Bienvenidos

La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
Este sitio se ve mejor con Firefox de Mozilla. Descarguelo haciendo click aqui.

viernes, 7 de noviembre de 2014

¿Qué hacer en el caso Iguala?


La crisis que vive el país por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, tiene en un aparente dilema al gobierno. Al parecer está sopesando entre decir la verdad e ir al fondo del asunto y aceptar que los estudiantes han sido asesinados y presentar sus restos o continuar con la narrativa de que están desaparecidos, al parecer no saben, no han medido, cuál de los dos escenarios les causa menor daño al gobierno de Enrique Peña Nieto.
El padre Alejandro Solalinde fue crudo y brutal al declarar lo que ya estaba en cabeza de muchos, que los muchachos ya no se encuentran con vida y que fueron incinerados algunos de ellos aún con vida por miembros del crimen organizado, por la banda conocida como Guerreros Unidos.
La crudeza de lo dicho por Solalinde, ocasionó que los padres le impidieran dar una misa el domingo pasado en las instalaciones de la escuela de Ayotzinapa y éste tomara distancia del movimiento, al darse cuenta que la rudeza de sus palabras, atacaban la esperanza de los padres de familia que quiere a sus hijos de regreso vivos.
Sin embargo, el líder máximo de Guerrero Unidos Sidronio Casarrubias, quien fuera detenido hace más de una semana, declaró que él dio la orden de ejecutarlos y desaparecerlos y afirma que esto sucedió en acato a la instrucción de María de los Ángeles Pineda Villa, ex esposa del alcalde con licencia y prófugo José Luis Abarca, quien encabeza, nos referimos por supuesto a la mujer, al crimen organizado en varios municipios de Guerrero.
Sidronio Casarrubias desconoce el número de jóvenes que mandó asesinar y también afirma que no sabe dónde quedaron finalmente sus cuerpos, él sólo dio la orden en acato a los deseos de Pineda Villa.
Es urgente la solución del problema, el gobierno pronto debe dar con el paradero de los 43 normalistas, sin importar que los más tristes augurios sean realidad, sin importar que lo rudo y brutal que fue Solalinde al hablar de su destino, sea la verdad.
Tan importante como la aparición de los estudiantes es la detención de los directamente culpables, en este caso el alcalde con licencia de Iguala y su esposa, quien según testimonios fue quien dio la orden, imaginamos, que ensoberbecida por el poder y la impunidad.
Los daños al gobierno de Peña Nieto sólo siguen creciendo cada día que pasa y no hay información cabal, sobre el paradero de los estudiantes y siguen prófugos sus asesinos
Editorial 1160

No hay comentarios: