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jueves, 14 de abril de 2016
Crónica
Cada 70 minutos pasa el camión Ruta 3
Del fallido «sistema» Vivebús de Chihuahua
•Es la razón de
llegar tarde al café con los amigos, pero miles de personas pierden sus empleos
por los retardos cotidianos •El pésimo
funcionamiento de las rutas alimentadoras perjudica a la población usuaria más
desvalida y de menores recursos •Viacrucis que
opacan los acontecimientos politiqueriles y la renuncia fastidiosamente
publicitada de Poquitichín al PRI •Pero se ignora
que el frijol subió al $18; el tomate a $35; el bolillo a $3.70 y que Sedesol
dejó sin comer a 150 mil viejecitos
Por Jesús
González Raizola*
El jueves 21
de enero de 2016 llego, con retraso a la mesa del desayunadero en la que ya estaban yantando tres amigos
varones y una amiga damita; y, a manera de disculpa, real, por llegar tarde casi a las 9 en lugar de a
las 8, les explico que salí de mi aposento
a las 7 y media hacia la parada del camión en 20 de Noviembre y calle
39, donde permanecí los 70 minutos que traigo de retraso esperando, en vano,
que llegara el camión de la Ruta 3 el que cuando llegó, venía atiborrado y
estuve en peligro de que me dejara de plantón como se quedaron otras siete
personas que me acompañaron sufriendo el embate del viento helado de la mañana.
Tal cual se los narré a mis amigos y amiga, con un
interés especial: dos de ellos y ella
tienen relación con medios informativos; uno en un impreso y en un digital; el
otro escribe una columna los lunes en un diario local; ella es comentarista de
dos horas en una estación de radio, y yo me dije: por lo menos me van a ofrecer
hacer algún comentario sobre mi caso que es, en realidad, el caso de cientos de
miles de chihuahuenses de la capital estatal que padecemos el mal servicio del
«sistema» Vivebús, con la remota e improbable esperanza de que algún día lo
mejoren en algo.
Pero no sucedió así. Prediqué en el desierto. Me
tragué mi enojo.
A mis tres amigos y amiga les preocupaba que un
tal Poquitichín había renunciado al PRI la noche anterior, supongo yo, que
enojado porque no lo hicieron candidato a Gobernador de estado que él
ambicionaba, que él deseaba, a mi juicio sin merecimientos pues yo no le
conozco ninguno, pero que engrosaba el numeroso grupo de aspirantes que estaban
en las mismas condiciones que el tal
Poquitichín.
Pero en fin,
ese era su tema. Ese era su «problema». Un
«problema» de cuatro personas, mayoría en la mesa. El mío, de minoría,
no les interesó
Chihuahua, enero
del 2016
*Premio Nacional
de Periodismo 1973
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