Niño migrante, el más vulnerable
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viernes, 25 de julio de 2014
20 preguntas a Leticia López
Niño migrante, el más vulnerable
«
El
niño migrante es el más vulnerable que se pueda encontrar porque viaja solo; a
veces un menor trae bajo su responsabilidad a otro y ambos se enfrentan a una
situación bastante difícil», dice la directora de la Casa Ymca del Menor
Migrante
«Los
menores que llegaron a este albergue dieron ejemplos de solidaridad y
compañerismo, como Isaías, quien en agradecimiento llevó un kilo de carne de
donde trabajaba para compartirla con los otros niños y jóvenes», comenta Leticia
López
Durante
toda su actividad profesional ha trabajado con niños promoviendo los valores y
el sano desarrollo de los menores; lo hizo inicialmente como tutora en la Escuela
de Mejoramiento Social para Menores, institución en la que además impulsó los
talleres para mejorar las condiciones de vida de los internos cuando se
integraran de nuevo a la comunidad.
De profesión trabajadora social, Leticia
López Manzano es desde hace 18 años la directora de la Casa Ymca del Menor
Migrante, y aunque actualmente ya no atienden a este tipo de menores; durante
tres lustros estuvo trabajando por ellos, sobre todo cuando los regresaban a
esta ciudad las autoridades migratorias estadounidenses.
Durante ese tiempo, más de 9 mil
menores, tanto mexicanos como centroamericanos y de otros países, fueron
atendidos en esta institución que operaba en una casa por la calle Tlaxcala, en
la zona centro, y a pesar de que posteriormente lograron tener mejores
instalaciones, en la colonia Chaveña, lo sorprendente es que por políticas de Estado
ya no alberga a menores migrantes. De esto, sus experiencias en este trabajo y
lo que debe hacerse para proteger a los niños migrantes, platica con Semanario.
1
—
¿Cuál fue el trabajo de Leticia López Manzano en la Escuela de Mejoramiento
Social para Menores?
—
En la EMSPM estuve en 1985 y tenía a cargo a niños infractores, los más chicos
que llegaban a la institución, de 9 a los 14 años de edad. Mi responsabilidad
era la de tutora; llevaba los expedientes de los menores y les poníamos los
patrones de conducta para que mejoraran su forma de ser.
«También estuvimos promoviendo las
clases de primaria para facilitar al menor que terminara de cursar este nivel
de educación, además de los talleres, entre ellos de talabartería y panadería, pues
era un proyecto que funcionaba bien en esa escuela; mi trabajo como tutora era tratar
de mejorar la vida de los niños».
2
—
¿Cuándo se hace cargo de la Casa Ymca del Menor Migrante?
—
Bueno, a la casa Ymca me integro desde 1996 para atender a los niños migrantes que
regresaban las autoridades migratorias de Estados Unidos, pero en aquellos años
la situación de los menores era diferente a la que se vive actualmente.
3
—
¿Cuál es esa diferencia de las condiciones que se tenían años atrás y las de
ahora con los niños que regresan de Estados Unidos?
—
La diferencia es que el joven y el niño que atendíamos en los inicios del
programa podían andar por las calles, ya que el albergue era de puertas
abiertas, pues el menor podía salir a dar la vuelta y regresar por la tarde,
pero ahora ha cambiado y la violencia que se registró años atrás y que aún
sigue, ha cambiado el perfil de los niños y jóvenes, pues ellos mismos
participan cruzando gente ilegalmente a Estados Unidos.
«Lo que influyó mucho en esto fue la
violencia que se vivió en la ciudad años atrás y que aún está latente».
4
—
¿De estos niños y jóvenes que usted estaba atendiendo, hay algo en particular
del porque cruzaban a Estados Unidos?
—
Ellos viajaban en diferentes circunstancias, a veces el niño o el joven iba
solo, alguno acompañado por un familiar y en otras ocasiones con los polleros, pues los papás le entregaban
el menor al traficante confiando plenamente en ellos y de esa manera viajaba el
niño migrante.
«Actualmente se da la misma situación,
viajan solos, acompañados y también con los polleros».
5
—
¿Antes eran más los riesgos que tenían los menores al cruzar de ilegales al
vecino país, o son más ahora?
—
Son muchos los riesgos que tienen los menores migrantes, pues el niño migrante
es el más vulnerable que se pueda encontrar porque viene solo, además de que en
ocasiones un menor trae bajo su responsabilidad a otro niño y ambos están en
una situación bastante difícil; incluso, se dan casos de que cuando se trata de
jovencitas, algunas vienen embarazadas.
«Sin embargo, cuando se registra el
incremento de violencia en la región, el niño y el joven migrante están en más riesgo,
eso es definitivo, además de los factores climatológicos por el clima que
tenemos tan extremoso en esta zona fronteriza, tanto en el invierno como en
verano, algo en lo que el menor es muy vulnerable».
6
—
¿En los más de tres lustros que estuvieron atendiendo menores migrantes en la
Casa Ymca, cuántos recibieron?
—
Desde 1996 hasta que dejamos de recibirlos, hace poco más de dos años, atendimos
más de 9 mil niños en 15 años que estuvimos trabajando por los menores migrantes.
7
—
¿De esos menores, todos eran mexicanos o también de otros países?
—
Atendíamos a todo tipo de menores migrantes que repatriaban las autoridades
migratorias de Estados Unidos, pues además de los niños y jóvenes mexicanos,
también había centroamericanos y de países sudamericanos.
8
—
¿En estos años que ha tenido usted trabajando con los niños migrantes, hubo
casos especiales de estos menores que dejaran huella en el albergue?
—
Si, se dieron muchos casos que nos marcaron en la vida, como fue el caso de
Luisito, un niño que cuando llegó al albergue tenía dos años de edad; sus
padres se fueron a Estados Unidos y allá nació, pero ellos deciden regresar a territorio
mexicano, a Puebla, para bautizarlo y que la familia lo conociera, al igual que
a la hermana menor que también estaba pequeña.
«Después de la fiesta, cuando se
regresan con otros miembros de la familia, pues vienen los tíos de Luis y otros
menores, todos se cruzan de ilegales, pero el pollero llevaba tanta gente en una
camioneta van, que se registra un accidente en una carretera de Nuevo México,
en donde muere el padre de Luis.
«Posteriormente Luisito fue enviado a Puebla
con su familia, mientras su padre regresaba en un ataúd».
9
—
¿Se dieron también experiencias que trascendieron con los jóvenes que atendió
la Casa Ymca del Menor Migrante?
—
Si, fueron muchas las experiencias y no todas malas, como fue el caso de un
jovencito originario de Chiapas, se llamaba Isaías, de 16 años de edad, a quien
lo recibimos en el albergue cuando lo deportaron, venía solo, no traía nada
consigo.
«Como en ese entonces se les daba la
oportunidad de salir, él fue al centro de la ciudad y consiguió trabajo en una
carnicería de la zona y un día al terminar la jornada de trabajo, llegó a la Casa
Ymca alrededor de las 6 de la tarde y llevaba un kilo de carne. La colocó sobre
la mesa y me dijo: señora traigo esta carne para compartirla con los demás
niños del albergue.
«Fue un hecho que a todo el personal nos
llenó de emoción y gratitud por el ejemplo de este joven, pues casos como estos
nos enseñan que un niño que no tiene nada, que está solo, nos da una lección de
compartir el pan con los demás, como lo hizo Isaías en esa ocasión».
10
—
¿Leticia, cómo fue la coordinación de Casa Ymca con las autoridades migratorias
mexicanas y de otras dependencias?
—
Siempre estuvimos coordinados con todas las autoridades, nunca trabajamos en
forma individual, nos sumamos al trabajo del gobierno, porque es el Estado el
que debe velar por la integridad de estos niños migrantes; nosotros en la Casa Ymca
nos sumamos al trabajo que estaban realizando las autoridades, pues éstas no
tenían un albergue donde pernoctaran los menores, un sitio donde se le diera el
seguimiento a cada caso, que es indispensable para saber hasta dónde va a
llegar este niño, si regresa a su casa o de nuevo a Estados Unidos.
11
—
¿El que ustedes dejaran de recibir a los menores migrantes por decisión de la
autoridad, y ahora que tienen instalaciones más funcionales, qué tanto afecta a
esos niños y jóvenes?
—
Realmente el que Casa Ymca no atienda a los menores que son repatriados por los
estadounidenses si afecta a esas personas que necesitan el apoyo, porque el
albergue fue un lugar donde a todo el personal se nos capacitó y se reconoció
el trabajo que se estaba desarrollando con este tipo de niños, claro que hace
falta la Casa Ymca, porque teníamos el personal especializado, seguíamos los
protocolos en cuanto a atender a estos menores.
12
—
¿Hay posibilidades de que nuevamente se aproveche esa experiencia que ustedes
tienen y la Casa Ymca atienda de nuevo a los menores migrantes?
—
Creo que sí, nosotros estamos abiertos y en cuanto se nos diga, empezaremos a
ponernos de acuerdo y a tener en condiciones la institución, las instalaciones y
el personal adecuado para atenderlos, ya que por ahora trabajamos en otros
proyectos con la comunidad.
13
—
¿Qué tipo de proyectos hacen ahora que están en la colonia Chaveña?
—
Actualmente estamos trabajando con el campamento de verano para los niños del
sector, y lo hacemos con el fin de que los menores aprovechen bien el tiempo
libre que tienen en las vacaciones escolares, para lo cual organizamos
actividades lúdicas y recreativas.
«Esta es una tarea en la que nos ayudan
algunos profesionistas que su preparación tiene relación con los niños, pero
además nos apoyan gentes de la comunidad».
14
—
¿Sin embargo, usted sigue participando junto con otras organizaciones en
algunas actividades relacionadas con los migrantes?
—
Así es, aunque por ahora en la institución no estamos a atendiendo a menores
migrantes, pertenecemos a una red de organismos que atiende migrantes, que se
llama De Norte a Sur, de Este a Oeste;
esta red la integran varias organizaciones no gubernamentales y algunas
instituciones como la Comisión Estatal de Derechos Humanos, liderados por el Centro
de Integración Juvenil.
15
—
¿Qué trabajo relacionado con la migración están haciendo en esta agrupación?
—
Estamos haciendo varias actividades, una de ellas fue en mayo; una campaña que
iniciamos en la Plaza de Armas en pro del migrante, tratando de que se
visualice este fenómeno por la sociedad, informarles a los ciudadanos cómo está
la problemática de los migrantes, que no los vean como personas que son malas,
que tomen en cuenta que son gente que solamente viene a buscar trabajo, otra
forma mejor de vivir.
«Con todos los fundamentos que puedo
decirlo, porque traté durante estos años más de 9 mil niños, puedo afirmar que ellos
y sus familias vienen a buscar otra forma de vida, algo mejor de lo que tienen
en su lugar de origen.
»Se hizo esa campaña porque queríamos
informarle a la comunidad como está la situación y lo hicimos en el centro de
la ciudad porque es un área donde llega mucho migrante. De ellos se acercaron
varios para preguntar si había problemas para cruzar a Estados Unidos y nosotros
dejamos que ellos mismos decidan si cruzan al vecino país, pero les advertimos de
los riesgos que enfrentarán, pasen por donde pasen, no necesariamente por aquí,
si es por el desierto o el río».
16
—
¿Entonces, Leticia López sigue participando en acciones de apoyo a los
migrantes, ahora a través de esta red de organizaciones?
—Sí,
aún tengo en este albergue folletos de orientación para entregarlos si tocan la
puerta o si nos hablan por teléfono, porque a la Casa Ymca la siguen buscando y
a los migrantes les orientamos de cómo llegar a la Casa del Migrante, a Derechos
Humanos o a donde necesiten ir.
17
—
¿Por la experiencia que usted tiene, da pláticas a los migrantes en la Casa del
Migrante, en el albergue que tiene el DIF o en otras instituciones?
—
Como red lo seguimos haciendo, como grupo sí se dan pláticas, se informa según
las necesidades que se tienen y si nosotros podemos, hablamos del fenómeno migratorio;
en mi caso no estoy fuera totalmente del tema, sigo relacionada porque tal vez al
rato nos necesiten de nuevo como la Casa Ymca del Menor Migrante.
18
—
¿Desde su punto de vista cómo ve la situación actual de los niños migrantes?
— Últimamente se ha hablado mucho de esta
migración, que se trata de niños originarios de Centroamérica, y hay ciertas
situaciones que nosotros sabemos que sí se trata de un centroamericano que es
detenido en Estados Unidos, ese país tiene el deber de canalizarlo a su lugar
de origen, y tomando eso como base, lo más probable es que por eso no han
repatriado gente centroamericana por aquí.
«Sin embargo, en caso de que los regresaran
por esta frontera no habría una forma de atenderlos».
19
—
¿Qué considera que debe hacerse en este caso que se trata de menores?
—
Lo que debe hacerse ahorita es tratar de aplicar esos protocolos que existen
para recibir una migración de niños. Debe haber lugares bien acondicionados
donde recibirlos y con un seguimiento adecuado en cada caso y el Estado es el
que debe estar a cargo, no sé si ya buscaron los puntos para en caso de que
lleguen los migrantes se les atiende como se debe, porque son niños y están
solos.
20
—
¿Cuál es su recomendación en cuanto al protocolo que debe seguirse?
—
Primero deben establecer hacia donde canalizarlos, con quién y los horarios
para ello, pues no deben hacerlo en altas horas de la noche, las 10:00 ó 11:00,
pues a esa hora el niño ya debe estar dormido y bien comido.
«Además, debe contarse con equipos multidisciplinarios
para atenderlos, y que en ellos se incluya a especialistas de distintas
profesiones, pues no cualquier persona debe entrevistarlos, debe ser gente
capacitada y hacerlo en un marco profesional; se trata de niños y jóvenes que
vienen dolidos, maltratados, hambrientos, solos y no sabemos cuánto han estado
en esa condición, ya que de ahí se pueden derivar situaciones difíciles y
graves en perjuicios de esos menores».
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