Otro año

Lo políticamente correcto es desear al inicio de un nuevo año, que los doce meses por venir estén llenos de logros y planes colmados. El 2015 que está iniciado no puede ser la excepción, aun cuando las vísperas sean poco halagadoras y nos propongan un año lleno de problemas no resueltos, algunos surgidos en el que recién termina, pero todos ellos gestados en décadas anteriores.

Los problemas de México, son estructurales, de sistema; no son problemas que surgieron en los últimos dos años de Peña Nieto, o los cuatro del gobierno de César Duarte y del año y meses que lleva gobernando a Ciudad Juárez Enrique Serrano. No, son dificultades añejas cuyas soluciones hemos sido muy lerdos en encontrar o aplicar.

La penetración del narcotráfico en todo el país, por lo menos se remonta a los años setentas; las amplias zonas del estado, en donde reina la inseguridad y hay ausencia de gobierno legal, es un problema de décadas; la falta de un proyecto de desarrollo para Ciudad Juárez tiene por lo menos los últimos cincuenta años.

Nuestra ciudad tiene el grave problema de la falta de continuidad en la obra pública y la reinvención de la misma cada tres años, a capricho o respondiendo a los intereses de los alcalde en turno.

La política se ha convertido en el refugio de inútiles y descerebrados. Por supuesto lo hemos permitido todos; el no ocuparnos de la política ha dado por resultado que se ocupen de ella personajes inconsistentes, fofos, con muy pocas excepciones. Es urgente que los mexicanos, los chihuahuenses, los juarenses por supuesto, nos demos a la tarea de estar más presentes en la política, más demandantes de una acción gubernamental que tengan como fin último el beneficio de las mayorías, la inversión pública tendiente a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

En los próximos días se inician los procesos electorales para el cambio en la Cámara de Diputados; como ciudadanos debemos estar muy atentos a que los candidatos a los que les vamos a dar nuestro voto sean los más adecuados dentro de la oferta posible o bien en forma consiente votar en blanco, que también es válido, si la oferta de los partidos responde a los interés de los grupos enquistados en sus dirigencias y no en los intereses de los ciudadanos.

El 2015 nos da la posibilidad de intervenir en la cosa pública, la única manera en la que podemos hacerlo en forma legal y efectiva es con el voto. Reiteramos si la oferta es tan pobre como la que representan los actuales diputados, una buena manera de hacer ver nuestra inconformidad, es votando en blanco… Pero bueno, volvamos a la fecha, empieza el año y renovamos esperanzas. Deseamos que nuestros lectores y patrocinadores vean cumplidos todos sus proyectos. ¡Feliz año nuevo!

Editorial 1168