Bienvenidos

La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
Este sitio se ve mejor con Firefox de Mozilla. Descarguelo haciendo click aqui.

jueves, 14 de agosto de 2008

Javier Corral afirma: pragmático y sin escrúpulos en sus alianzas; Calderón


Nota Introductoria: Revelador e interesante el documento redactado y leído por el ex senador Javier Corral, en la presentación del libro de Manuel Espino Barrientos «Señal de alerta: advertencia de una regresión autoritaria».
Las palabras de Corral Jurado, tiene múltiples vertientes, «la cura en salud» por su acercamiento al grupo de los dhiacos, al que había combatido en los últimos 16 años. Un fuerte crítica a quien había sido su amigo desde la primera juventud, el presidente Felipe Calderón, por motivos desconocidos, pero que podríamos especular tienen que ver con su posición frente a los dos gigantes televisivos, con los que el Presidente no quiere problemas. Hace una agria crítica al equipo de Calderón al que señala bisoño, asustado y arrogante.
En uno de sus puntos torales, descalifica por inescrupulosas las alianzas del presidente y su pragmatismo. Sobre todo su entendimiento con Elba Esther Gordillo.
Reproducimos íntegro el documento, por su importancia, no olvidemos que su autor fue diputado local, federal, senador y aspiró hace cuatro años a la gubernatura. Corral Jurado, no es para nada una figura menor de la política estatal panista. (La redacción).


«Gracias por invitarme a presentar este libro. Bueno, realmente no sé si debo agradecer la invitación, porque el haber aceptado ha generado algunas maledicencias, y para tratar de desanimar mi presencia aquí, se han hecho maliciosas interpretaciones que han logrado generar alguna confusión. Se ha sobredimensionado el hecho y eso al momento que me preocupó, me animó más a hacerlo, sobre todo porque sé perfectamente de donde vienen esas descalificaciones.

«Comentar un libro no es avalarlo en todo, ni podría asirme al pensamiento de su autor. Es un ejercicio de análisis crítico. El hecho de aceptar una invitación a comentar un libro que sale a la venta es más un signo de civilidad que de zalamería. Digo ésto porque están acreditadas las diferencias entre Manuel Espino y yo desde hace años. Nos hemos combatido con dureza, pero siempre hemos dialogado, y algo de lo que no podría regatearle a él, ni él a mí, es que siempre nos hemos dado la cara. No hemos necesitado de ninguna correa de transmisión de intrigas para plantear nuestros diferendos. Ideológicamente no comparto muchas de las ideas y las posiciones de Manuel Espino.

«A él la gente, y no sólo yo, lo ubican a la derecha del PAN y a mí a la izquierda. O mejor dicho conservador a él y a mí liberal. Se puede comentar su texto sin que represente una claudicación en lo que he creído y por lo que he luchado. Advirtiendo que ésto no es el inicio de una alianza dentro del partido al que pertenecemos. Ni tampoco un viraje mío o de Manuel hacía una corriente nueva dentro del PAN. Me causa risa que incluso se diga que me acerco al Yunke, que no necesariamente es la posición orgánica de Manuel. Son otros los que quieren Guanajuatizar al país...

«Acepté esta invitación motivado por la necesidad de discutir los asuntos públicos. Precisamente por eso son públicos, porqué son asuntos que atañen a todos y no sólo a una cofradía política. Es decir espero que en el libro no se lea lo que no está escrito, ni de este acto se oiga lo que no se ha dicho. No se busquen interpretaciones ocultas ni mensajes indirectos. No es mi estilo prefiero mantenerme en lo que significan las palabras y en la transparencia de las intenciones. Esta aclaración la traigo a esta reunión porque en el momento que fue anunciado que yo sería uno de los comentaristas del libro de Espino, recibí algunos correos acusándome de traidor. Sí de traidor y aún no entiendo a quién le robé algo o a quién le entregué secretos del PAN.

«No entiendo que por leer y expresar mis puntos de vista de una lectura me vaya al lado del adversario. Y me convierta en enemigo de las causas por las que he luchado. Me parece que esta visión es profundamente intolerante. Hija de la crispación que estamos padeciendo entre los partidos y al interior de los partidos. Creo que este clima que padecemos lo ha ensanchado López Obrador con su crítica diaria en contra de todos los que piensan distinto a él. Pero lo más delicado, y ahí debiéramos preocuparnos, resultó que el terreno fue fértil en diversos lugares y momentos al odio, al abucheo y a la rechifla callejera. La cultura del encono vive actualmente en los partidos, en los medios, en el Congreso. Y tarde que temprano lleva al linchamiento.

«Vivimos lo que decía George Orwell que las sociedades personifican sus odios y frustraciones en seres concretos: los villanos favoritos. Toda la frustración que se sufre tiene un responsable. Todo el mal, aun éste sea ajeno, es causado por alguien malévolo que desea la desgracia ajena. En el PAN, hay que decirlo abiertamente, Manuel Espino se ha convertido en una especie de villano favorito, aun cuando no le sean propios los males de los que se le acusa.

«Cuando vi por primera vez el linchamiento contra Salinas de Gortari asumí como cierto lo que se decía pero después fueron otros los villanos de los mexicanos. Dados estos prolegómenos permítanme comentar lo que pienso del libro de Espino, y decir con toda claridad en lo que estoy y no, de acuerdo. El libro recoge una historia que de alguna manera me vincula: fui el primer enviado del CEN en el Estado de Sonora, antes de Manuel, y por mandato del CEN que encabezaba entonces nuestro actual Presidente de la República Felipe Calderón; realicé un diagnóstico sobre la compleja situación del panismo allá, de la división tan fuerte que se avizoraba.

«En el informe que entregué al CEN —de cuyo documento tengo copia—, ya advertía de la influencia y quizá la penetración del entonces Gobernador Manlio Fabio Beltrones en la vida interna del partido. Manuel llegó allá para reorganizar al partido y relanzarlo a la lucha electoral por la Gubernatura del Estado, que prescindió de las figuras más re-nombradas del panismo sonorense para la candidatura, por decir sólo dos personajes que me merecen respeto: Ramón Corral y Adalberto Rosas López.

«El libro es una especie de crónica personal de todo el trabajo realizado, enfrentándose a uno de los priísmos más primitivos como el que representa el hoy Senador de la República, Beltrones. Y da cuenta de las redes de complicidad que operaron contra ese esfuerzo, en un ambiente de impunidad, de intimidación, de cooptación y de chantaje. Denuncia el control de medios ejercido por el gobierno de Beltrones, y el método abusivo y perverso del espionaje ilegal, del que por cierto hoy se dice víctima, el que según Espino, fue victimario del manejo interno del partido y la vida privada de los panistas en aquel Estado.

«Con la experiencia de haber enfrentado al que Espino presenta como «heredero de la peor tradición político-policíaca que aún entre los autoritarios del pasado se considera dura», es absolutamente comprensible que el autor cuestione e impugne el papel de definidor de la agenda legislativa, que el gobierno del Presidente Calderón le ha conferido. Que se le permita actuar como la última palabra en las reformas estructurales del país, ya sea para posponer la reforma de medios, o bien para que ahora la reforma energética que se discuta sea la iniciativa Beltrones, con la cual entre otras cosas quiere ni más ni menos que nombrar a todo el directorio de Petróleos Mexicanos. Es explicable que se busque la negociación entre el gobierno y la oposición. Es más, es un deber de una política democrática. El quid de la negociación es hacerlo con una visión de futuro. Medir las consecuencias de los actos políticos, incluyendo las negociaciones que se realizan.

«Y en efecto, el encumbramiento que se le da a Beltrones no prestigia al Gobierno de Calderón, porque es absolutamente cuestionable su manejo político, no milita en el interés público, siempre movido por sus intereses, sus negociaciones de grupo. En efecto, las palabras de Espino hacía Calderón en el tema de Beltrones son más preventivas. En lo que me parece que Manuel exagera, es concederle a Beltrones tanto poder, y pensar que puede ser el sucesor de Felipe Calderón. Manlio es un político desacreditado, con pocas posibilidades de llegar a ser candidato; por supuesto que sería magnifico para Acción Nacional repetir un fenómeno como el que se produjo con Roberto Madrazo. En todo caso lo que hace es encarecer hacia el interior de su propio partido la negociación mediante una postulación sin asidero popular, sólo con el respaldo del Gobierno Federal.

«Dice Manuel que ese sí, sería un peligro para México, y es donde centra su advertencia de regresión autoritaria. Diría que ésta es la parte medular del texto que hoy presentamos. Pero luego a lo largo del libro hay una serie de advertencias a Acción Nacional, esto es, a todos sus militantes; Manuel va entremezclando en su relato muy local, una serie de críticas y cuestionamientos a prácticas que en el partido tienen carta de naturalización, y son de autentica factura priísta.

«La manera en que nos ha invadido el pragmatismo rampante, y el amiguismo en la definición de candidaturas; el cortoplacismo en la toma de decisiones. A mí es uno de los temas que más me preocupan en el partido y de los que más me llaman la atención del libro de Manuel. Como todo se ha supeditado al electorerismo que tanto criticaron los fundadores. Como se ha ido perdiendo eso que denominamos mística panista. porque entonces, en política panista, no sólo contaban los resultados electorales, sino que como dijo Don Manuel «en ámbito más ancho y elevado, del que la política no es sino dependencia, otros son los datos de la cuenta y otra la medida de valor». En el libro también hay reproches continuos al equipo de Calderón, y una queja profunda sobre los ataques que se le lanzan desde la oficina de Comunicación de la Presidencia de la República, a su desempeño, primero como Presidente nacional del PAN, y ahora como Presidente de la ODCA.

«De hecho aclara algunos temas que a mi me han resultado reveladores, en relación con el manejo de medios que se dio en torno de esos mismos temas. Sería interesante que antes de condenar el libro, como algunos ya lo han hecho, se tuviera por lo menos el cuidado de leerlo antes. Yo critiqué dura, acremente a Espino por las negociaciones con Elba Esther Gordillo. Ahora me entero que no sólo no permitió intercambio alguno de posiciones desde el CEN, sino que se opuso.

«Y miren la gravedad de no tener escrúpulos para escoger aliados, la manera cínica como ayer la mismísima aliada presidenta vitalicia del SNTE, vulnera y vuelve a inquietar al país al poner en duda la elección del 2006. Dijo delante del Secretario de Gobernación y de la Secretaria de Educación Pública, sin respuesta alguna de ninguno de los dos: “Nada mejor, ni nada más útil que la verdad: transparencia y rendición de cuentas quiere decir que todo aquello que hemos hecho, no que han hecho, que hemos hecho a valores entendidos en beneficio de la política, por la política electoral, se erradique”.

«Si el libro de Manuel no tiene ‘ocultos propósitos’ como dijera Don Manuel, puede contribuir a crear una conciencia sobre esos riesgos, si es genuino puede ser útil. No es un libro que ataque al Presidente, ni mucho menos al partido. Si pone énfasis en algo que varios hemos criticado, un equipo bisoño que no ayuda al Presidente, sino que queriendo interpretar sus fobias y filias le hacen enormes daños. No sé si se trata de un equipo bisoño, o asustado, al que muy rápidamente se le subió el poder, debido a su juventud, pero sobre todo a su poca experiencia en la administración pública. Espero que este trabajo editorial que ha sido presentado por el autor como una tarjeta amarilla, no llegué a su segunda edición de tarjeta roja.

«Sería lamentable para el país una regresión priísta en la Cámara de Diputados, y por supuesto que lo sería mayor el regreso del PRI en el 2012.. El momento del país es difícil: por un lado una lucha contra el narcotráfico a la que no se le ve final; por el otro la necesidad de una serie de reformas para destrabar el estancamiento económico que padecemos. Para mejorar la democracia del país. El Presidente Calderón ha privilegiado procurar la sobrevivencia del país como su principal reto de gobierno, pero ha vuelto a correr el riesgo —como lo hizo Fox —, de postergar otros problemas como los monopolios económicos y los políticos, como son los sindicatos corruptos que hoy esquilman los servicios públicos o las empresas gubernamentales.

«Así como Manuel le advierte a Felipe Calderón así yo también lo prevengo y en todo caso apuntaría que si las reformas contra los monopolios no pueden ser contundentes en este momento, habría que realizar acciones no para que los erradique sino para marcar el rumbo por el que el país debe transitar en los años por venir. México ha hecho avances importantes en materia política pero necesita continuar la democratización en dos renglones: lo social y lo económico.

«Sí, Manlio puede ser una amenaza de regresión, pero hay otras verdaderas amenazas que están en los poderes fácticos, en el sometimiento a las televisoras, en la connivencia con los monopolios, en el riesgo de que el PAN caiga en el pragmatismo y el electorerismo que tanto criticaron os fundadores, de que reproduzca el modelo de subordinación priísta al Presidente en turno; que no le importe hacer alianzas hasta con el diablo por ganar una elección. La unidad verdadera es la lealtad a los principios, no agarrarse de las manos y sólo estar juntos para la foto; es la congruencia con las aspiraciones. No hay unidad posible sin lealtad al origen de Acción Nacional».

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pinedo, para que revives muertos? Deájalos descansar en la paz de sus sepulcros.

Revista Semanario del Meridiano 107: dijo...

Para casi Renato:
Se dice que en política "nadie está totalmente vivo, ni totalmente muerto".