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jueves, 7 de agosto de 2008

Destruyen u olvidan el patrimonio cultural


Por Antonio Pinedo
Juárez tiene vocación natural de gran ciudad y la incuria e ignorancia de sus autoridades, posponen el momento de su acreditación. La miopía, la falta de imaginación y de amor por nuestra ciudad han terminado por desdibujarla urbanísticamente y por fomentar un gran desarraigo y falta de orgullo de pertenencia, que sería algunas de las condiciones necesarias para acreditar a la frontera como la gran urbe que se construye a si misma a pesar de la ineptitud de sus gobernantes.

La bendición de las lluvias
Con todas las desgracias que las lluvias de los últimos dos años han traído a los juarenses que viven en zonas de alto riesgo o en «Laguna de Patos», algo bueno puede salir de estos lamentables acontecimientos.

Podría parecer paradójico, pero gracias a las lluvias, cayó gran parte de los que era el edificio colonial más antiguo de nuestra frontera, después de la Misión de Guadalupe y uno de los tres que sobreviven del siglo XVII —el otro es la vieja presidencia municipal, con todo y sus modifica-ciones, adiciones y mutilaciones—. Benditas lluvias que fijaron la mirada de todos en un ejemplo de lo que llamaríamos patrimonio cultural tangible.
Patrimonio que es escaso y se encuentra en el abandono en nuestra frontera. Tal vez debamos bendecir a las lluvias que lamentablemente hicie-ron perder todo a 3,200 familias, pero evitarán que se siga construyendo en este vaso de lodo impermeable, que según cálculos del IMIP, pudiera albergar 377 mil viviendas, si se respetara el 14 por ciento de terreno que en este Caso especial se logró para espacios públicos y parques.
Un dos por ciento más que en el resto de la ciudad y un punto menor al quince por ciento que se exigía antes que los «desarrolladores» de vivienda pusieran sus ojos en el gran filón que es la dinámica económica de esta frontera y con presiones obligaran a los endebles políticos que han gobernado nuestra ciudad a ceder a sus presiones.
A veces les pagan con casas, sobre ésto el ex director de Obras Publicas José Luis Rodríguez, podría comentar mucho. Pero la intención de esta columna no es hablar de la irresponsabilidad de los «desarrolladores».
De los llamados «Filósofos de la construcción y el notariado», que incluso uno de ellos llegó a ser alcalde, el tamaulipeco Gustavo Elizondo.

La Casa Juárez
La intención de la columna reiteramos es fijar nuestra atención en nuestro patrimonio cultural tangible, básicamente edificios históricos, los cuales hemos descuidado y las autoridades municipales han pecado de incuria e ignorancia suprema.
Muchos son los ejemplos, pero aquí en nuestra tierra estuvo viviendo don Benito Juárez, hasta la caída del imperio de Maximiliano y la Restauración de la República, por ello una de nuestras principales avenidas se llama «Paseo Triunfo de la República».
El haber dejado que se perdiera la vieja Oficina de Correos, que albergó en aciagos momentos de la historia nacional, la sede de la presidencia de la República, que fue el palacio nacional por períodos interrumpidos en los años 1865 y 1866. Debiera ponernos a pensar en su recuperación y restauración, ya que tenemos registros foto-gráficos y el lugar exacto en que estuvo asentado, justamente al costado izquierdo de Catedral, sobre la Avenida 16 de Septiembre.
El edificio que era por lo menos de la primera mitad del siglo XIX y que fue remodelado para oficina de correos, cuando en 1888, dejo de ser la sede la de la Aduana Fronteriza, que pasó al bello edificio neoclásico francés de Avenida Juárez y 16 de Septiembre, hoy convertido en museo.
El 2006 era el año perfecto, pero no hubo la visión necesaria, no obstante los esfuerzos de varias instancias por regresar al país y patrimonio histórico y cultural invaluable, la reconstrucción con mate-riales similares del espacio que ocupó Juárez en su estancia en nuestra frontera. Labor que por lo menos desde hace diez años intento el historiador Darío Oscar Sánchez Reyes.
Aquí hay registros fotográficos de los daños que la batalla de Juárez en 1911, en la Revolución maderista ocasionó. Es claro que en aquella época no había noción de la importancia del lugar, pero ahora es tiempo de regresar a la nación, el lugar que dio refugio a la República en momentos tan llenos de incertidumbre como los vividos aquí por Benito Juárez.

La Escuela Particular Hermanos Escobar
Este es un caso particularmente interesante, en el que se conjuga todos los factores que contribuyen a acabar con nuestro patr-monio cultural, vea usted: con fecha 29 de agosto de 2005, fue solicitado al antropólogo Jorge Carrera Robles, director general del Ichicult, que en base a la Ley de Patrimonio Cultural del Estado de Chihuahua, publicada por el Periódico Oficial del Estado No. 17 del 28 de febrero de 2001 y en base a los artículos 60,61,62,63,64, inciso 6 y demás relativos a la ley en mención, se declarara Patrimonio Cultural la Es-cuela Particular de Agricultura Hermanos Escobar.
Fundamentado la petición en la antigüedad de la misma 1808 –conocida como La Casona de la Playa-, en su estructura original y 1906 en la remodelación para convertirla en la EPA, la petición era firmada en lo particular —la Ley lo permite—, por doce juarenses entre los que podríamos mencionar a los entonces regidores Mireya Porras, Roberto Hernández y Josefina Rodríguez, al actual director del Centro Cultural Paso del Norte, profesor Miguel Ángel Mendoza, a la directora del museo del INBA Rosa Elva Vázquez, al entonces director del, IMIP Luis Felipe Siqueiros, al Director Zona Norte de los Servicios Educativos, maestro Guillermo Narro, a la ingeniero María del Rosario Díaz Arellano, actual directora del IMIP y Miguel Ángel Argomedo, entre otros firmantes.
La propia ley indica que deberán ser noventa los días en que se dará respuesta y hasta el cierre de Semanario han pasado mil 30 días y la respuesta no se ha dado.
Lo más grave no es la incuria de las autoridades estatales, sino que funcionarios del Ichicult y del municipio iniciaron de inmediato pláticas con el dueño de los casi cinco mil metros del predio que alberga el histórico edificio, el empresario restaurantero Jesús Yáñez, quien estuvo dispuesto a intercambiar la propiedad por un predio cercano a Electrolux.
Antes de la declaratoria se habían iniciado negociaciones con los propietarios, uno de los negociadores fue Federico Mancera, funcionario de Ichicult, y como originalmente se habló sólo de permuta, por eso fue que el 3 de junio de 2005 –oficio DGEC/370/2005- se solicitó a Sergio Acosta del Val, Director de Obras Públicas «(…)un avalúo de lo que cuéstale antiguo edificio de lo que era la escuela Hermanos Escobar, la cual cumplirá en 2006 cien años y dadas sus condiciones urge su restauración, los actuales dueños en un acercamiento reciente mostraron disposición de permutar el edificio por un terreno o inmueble municipal, ya que están concientes que el destino del mismo es enriquecer el acervo cultural de la ciudad».
Fue en pláticas posteriores a la declaratoria de patrimonio Cultural, que puntualizaron los propietarios, su interés de permutar por terrenos cercanos a Electrolux y se envió el oficio DGEC/597/2005 al licenciado Carlos Villalobos en cuyo primer párrafo se dice: «Señor Director, la presente es para solicitarle a usted su invaluable colaboración en la búsqueda de un terreno municipal por el rumbo de la empresa maquiladora Electrolux».
Con la rapidez que le es propia a la burocracia de las tres esferas de gobierno, se obliga a llegar a instancias mayores y con fecha 13 de enero del 2006, el presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal, envía una carta al gobernador, que se entrega primero a Jesús Macías y un mes después en propia mano al gobernador —ante el fracaso del primer intento—, en ella se dice en el párrafo central y luego de antecedentes: «Funcionarios de Ichicult y de la Dirección de Educación y Cultura del Municipio, han mantenido pláticas con los propietarios del inmueble y la disposición de los mismos es una permuta por terrenos públicos, el único condicionante que anteponen es que estos se encuentre en las inmediaciones de la maquiladora Electrolux y ahí el municipio no tienen terrenos para el intercambio en negociación, por lo cual estamos solicitando que el Gobierno del Esta-do, proporcione los terrenos que por valor de 700 mil dólares implica dicha permuta».
Para acotar la historia el gobernador ordena a Adán Quezada, actualmente al frente del PRI estatal que atienda el problema, éste a su vez le pide a Gerardo Hernández que se ocupe de encontrar los terrenos, y para marzo, Gerardo Hernández asegura que en una semana estarán localizados los terrenos, pasan más de una semana y dice que es inminente, que en unos días más.
Total que hasta las lluvias de julio de 2006, el funcionario estatal, no resolvía nada y los propietarios aprovechando las lluvias de ese verano, iniciaron la demolición hormiga del inmueble histórico. Según dice el maestro restaurador Fernando Treviño en un dictamen: es claro que la mano del hombre y no la lluvia es la que acaba con el monumento histórico.
Fernando Treviño, dice en el punto “a” de su dictamen, acompañado de documentos fotográficos: «se observa claramente como las columnas de hierro colado que formaban parte del pasillo exterior, fueron retiradas a mano, conservan aún las zapatas adosadas a cada una y se puede apreciar la excavación realizada por medios manuales en la banqueta perimetral».
El INAH ignoró la denuncia y fue necesaria una demanda penal también de particulares con fecha 22 de septiembre de 2006, para parar la demolición hormiga.
La demanda se presenta ante el Ministerio Público Federal, firma la actriz Perla de la Rosa y Darío Sánchez Reyes, entre otros. Sólo así el Instituto Nacional de Antropología e Historia interviene ya que con anterioridad su dictaminador, realizó un vergonzante documento, firmado por el arquitecto Antonio Guerrero Arzaga, quien no vio la destrucción por la mano del hombre y tras un documento de 15 cuartillas, concluye que «el inmueble del que se está tratando constituye un testimonio histórico de gran valor para el Estado de Chihuahua y su desarrollo cultural y económico, el cual debe preservarse para las generaciones futuras», el dictamen tiene fecha cuatro de septiembre, 18 días antes de la demanda judicial.

El cuartel del XV
Es un caso gravísimo, pero sinteticemos: fue un inmueble que fue destruido por orden del alcalde Jesús Macias, con el argumento que no estaba —por error evidente—en el catálogo del INAH, el predio se destinó por el entonces líder de la CNOP, Víctor Valencia de los Santos, a un tianguis, cuyo desorden y suciedad podemos constatar en el cruce de las calles Ramón Rayón y Melchor Ocampo.

La Pila de la Chaveña
El alcalde Francisco Barrio, cambió su centenaria cantera por un horrido círculo de cemento, con la «justificación» de mejorar la vialidad en las calles que confluyen en este monumento del siglo XIX, exactamente de 1895, originalmente de gran belleza y que durante todo el siglo veinte fue el orgullo de los juarenses, un símbolo que sólo rivalizaba con el monumento a Don Benito Juárez.

La sala y Museo del INBA
Aquí tal vez deberíamos hablar de la forma en que se destruyó y sigue destruyendo El Pronaf, que es una muestra de lo que como ciudad pudimos haber sido, según manifiesta acertadamente el escritor Willivaldo Delgadillo.
Otra vez los ex alcaldes, fue en la administración de Jesús Macias que se realizó la venta e inició la destrucción de El Pronaf, olvidando que tanto el Museo de Arte, y la Sala de Convenciones eran edificios de autor, ambos diseña-dos por el arquitecto Mario Pani.
La sala del INBA se salvó por la fuerte oposición de un grupo de artistas y ciudadanos concientes, el Museo está ahí, arrinconado por otros edificios y mallas ciclónicas que lo oprimen y nulifican.
La destrucción continúa con la destrucción de la bella arquitectura original del Centro Artesanal, que ahora se destina a diversos rubros comerciales y que se permite cualquier cambio o adición sin el menor respeto.

La vieja presidencia municipal
El edificio fue rescatado para fines de promoción cultural y formación artística, sin embargo no se le ha dado el mantenimiento debido y sus goteras y fractura en la esquina frontal de Mariscal y 16 de Septiembre, es preocupante, Urge hacer algo.

La casa de adobe
Ahora con el Centenario de la Revolución Mexicana, podría reconstruirse está modesta casa de adobe que sirvió de oficinas al gobierno revolucionario de Francisco I. Madero.
Imposible hablar de todo lo que se tiene que hacer en nuestra ciudad, en lo que se refiere a la preservación de monumento históricos y la incuria oficial sobre los mismos. Pero el Centenario es un buen pretexto para reconstruir el Cuartel y la «Casa de Adobe»…

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