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viernes, 7 de agosto de 2015
El objetivo de Jacobson detener a «El Chapo»
Por Antonio
Pinedo
Barack
Obama, envió como embajadora a México un peso completo del Departamento de
Estado, Roberta Jacobson, quien en su primera audiencia ante el Senado de
Estados Unidos para ser confirmada como senadora, declaró que el gobierno está
«increíblemente frustrado y decepcionado» por la fuga de Joaquín Guzmán Loera.
Jacobson
deja la subsecretaría de Estado para el Hemisferio Occidental, por la embajada
de EE.UU. en México. Ante los senadores estadounidenses señaló que la situación
de seguridad en México es «muy complicada» y «muy difícil» y mencionó que son
seis los estados en donde hay una gran presencia de grupos delictivos.
Según
fuentes de inteligencia estadounidense, la fuga de «El Chapo» Guzmán del penal
de alta seguridad de El Altiplano, compromete la relación binacional
«El Departamento de Estado
ha forjado fuertes asociaciones para mejorar la seguridad civil en las áreas
afectadas para combatir tráfico de drogas, crimen organizado, corrupción,
tráfico ilícito de armas, lavado de dinero y demanda por drogas en ambos lados
de la frontera», dijo a los miembros del Comité de Relaciones Exteriores del
Senado estadunidense.
Con
estas declaraciones queda claro cuál será el enfoque de la nueva embajadora de
EE. UU., en su labor diplomática en nuestro país. Al parecer su intención es
apretar a las autoridades mexicanas para mejorar la colaboración, como la obtenida en el gobierno de Felipe
Calderón y que en el actual, encabezado por Enrique Peña Nieto, se fueron
perdiendo
Los Angeles
Times consignó que tras la oferta de ayuda estadounidense, a
mediados del mes de julio, hubo reuniones entre funcionarios de los dos países,
incluso la de la noche del martes14 de julio, «pero después de esas reuniones
privadas, Osorio Chong anunció públicamente que no se necesitaba más ayuda
estadunidense», publicó el rotativo.
Los tiempos de Calderón
regresan
«Las dudas mexicanas sobre el ofrecimiento
estadunidense reflejan años de tensión entre ellos mientras su ambicioso
esfuerzo conjunto contra el cártel ha disminuido, incluso una baja en las
deportaciones a Estados Unidos y prioridades divididas en México», señaló The New York Times.
Recordó que «bajo el sexenio del
presidente Felipe Calderón, el involucramiento estadounidense para enfrentar a
los cárteles aumentó tremendamente, al punto que drones de vigilancia volaban en México y aviones tripulados volaban
sobre el país para escuchar secretamente a sospechosos».
Los Angeles Times subrayó el interés de EE.UU., en
enjuiciar a «El Chapo», que enfrenta acusaciones en media docena de estados y
precisó que un obstáculo para la posible extradición sería el tema de la pena
de muerte, que no existe en México.
«Guzmán debe ser encontrado y funcionarios
estadounidenses se preocupan de que la búsqueda se extienda por años si
México no acepta el apoyo de EU», publicó el diario.
El columnista Raymundo Riva Palacio,
aborda el temo en estos términos: «La síntesis de la estrategia del gobierno de
Enrique Peña Nieto en materia de seguridad se puede resumir en una frase: de
ventanilla única, como dijo que sería la cooperación con Estados Unidos, a
ventanilla multimodal. En dos años y medio, la fuga de Joaquín «El
Chapo» Guzmán lo puso en su lugar. No fue sólo la arrogancia, sino la
incompetencia lo que lo golpeó. La humillación por la evasión lo hizo humilde y
subordinado: tuvieron que aceptar que sin los cazadores de Pablo Escobar, el jefe del Cártel de Medellín que
se escapó de la cárcel en 1992, poco iba a poder hacer. A dónde ha llegado, sin
estar aún a la mitad del camino.
«Los
cazadores de Escobar son colombianos y estadounidenses, y llegan a México entre
llamados de auxilio y presiones de Washington. El gobierno estadounidense ha
sido cuidadoso en las formas públicas, pero rudo en las privadas. Para estar
convencidos de que el gobierno de Peña Nieto no había liberado a Guzmán como
consecuencia de un pacto entre ellos, los representantes de la DEA y del FBI lo
preguntaron directamente en la Procuraduría General de la República. Si fue una
fuga, fue casi la exigencia, ellos tenían que estar en la cacería. Será la
parte visible de la cooperación de Washington en la búsqueda de «El Chapo»; en la invisible
participará la Marina estadounidense.
«La
pregunta es qué hará. ¿Proveerán información de inteligencia solamente?
¿Trabajarán coordinadamente con los comandos de élite de la Marina mexicana
para capturarlo? Así fue como lo detuvieron en febrero del año pasado, en
una operación
conjunta. La DEA aportó la inteligencia, la CIA envió un drone para apoyar en la
intercepción final de telecomunicaciones y la Oficina de Alguaciles a sus
expertos en la decodificación de esa información, porque el gobierno de Peña
Nieto nunca usó los drones que
envió Washington a México por la Iniciativa Mérida, y despidió a quienes
manejaban la telemática porque sus salarios eran muy altos. O, ¿irán más allá?
«Ir
más allá significa, en castellano, «eliminarlo». Esa fue la
instrucción que se dio a las unidades encargadas de cazar a Escobar cuando se fugó a mediados de 1992 de la cárcel
en Envigado, suburbio de Medellín. No lo querían una vez más como prisionero.
El recuerdo de esa fuga no es nostálgico. El grupo de élite que se está
conformando para recapturar a «El
Chapo» está integrado a
imagen y semejanza de aquél, incluso con algunos de sus miembros más
prominentes. Según El Tiempo de
Bogotá –el periódico donde la familia del presidente Juan Manuel Santos
mantiene una fuerte ascendencia–, el gobierno colombiano envió una «comisión
de élite» a México para ayudar a su recaptura.
«Entre
sus integrantes están los generales retirados Rosso José Serrano, jefe de la
Policía Nacional durante el gobierno de Ernesto Samper y considerado uno de los
cerebros detrás del desmantelamiento de los cárteles de Medellín y Cali; Ismael
Trujillo Polanco, que fue director de Policía Judicial e Inteligencia, que hoy
está incorporada a Interpol; y Luis Enrique Montenegro, el jefe táctico en la
guerra contra los cárteles colombianos, que fue director del Departamento
Administrativo de Seguridad, que era el órgano de inteligencia civil. Los tres,
junto con unidades de élite de la Marina y fuerzas especiales del Ejército de
Estados Unidos, integraron el llamado «Bloque
de Búsqueda», creado por el presidente César Gaviria en 1992 para
capturar, vivo o muerto, a Escobar. El Bloque de Búsqueda estaba compuesto por
miembros del Ejército, la Marina, la Policía y otras áreas de inteligencia
colombianas y estadounidenses, y operaba independiente del gobierno. A nadie le
informaban lo que hacían o iban a hacer, ni cómo lo iban a hacer. Tenían a su
disposición un presupuesto abierto y el permiso para matar. Eso sucedió en
diciembre de 1993 con Escobar».
Roberta
Jacobson, quien en breve estará en México, viene con una prioridad, detener a «El
Chapo», es una diplomática ampliamente reconocida y aunque ha manifestado un a mano
dura antes de llegar a su cargo de embajadora, al que seguramente le dará el
beneplácito el gobierno de Peña Nieto, es la persona que presidio las
negociaciones para restablecer relaciones con Cuba.
Su
primera audiencia ante el Senado de EE. UU., reveló el talante que imprimirá a
su gestión diplomática, la frustración y decepción por la fuga de «El Chapo»,
son sus cartas credenciales ante Enrique Peña Nieto. El gobierno estadounidense
ha ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares por información que
lleven a la recaptura del narcotraficante que hoy determina la agenda bilateral
entre ambos países.
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