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lunes, 13 de junio de 2016

Crónica

El 9 de marzo de 1916 ardió Columbus porque 
Ravel se negó a pagarle un adeudo a Villa

*Me dijo don Nicolás Fernández Carrillo: «Ravel obligó a mi general a cobrarle el dinero en esa trágica forma» * El jefe de la escolta de los Dorados aseguraba que Villa no cruzó esa noche la línea  divisoria hacia los Estados Unidos *En Columbus fue herido Pablo López en su pierna izquierda. Y unos días después Villa recibió una bala perdida en su pierna derecha *Pershing, el más importante General del US Army, fracasó en su intento de capturar a Villa «y lleno de vergüenza regresó a su país»

Por Jesús González Raizola*
El jueves 9 de marzo de 1916 a la una de la mañana ya para amanecer el viernes 10, los habitantes del pequeño pueblecillo de Columbus, Nuevo México, Estados Unidos de Norteamérica, dormían plácidamente al igual que los trescientos soldados del US Army pertenecientes al 30 Regimiento de Caballería que comandaban el coronel Harry J. Slocum y el mayor Frank H. Tompins.
Pero pobladores y soldados despertaron con el ruido infernal de los disparos y cuando vieron espantados la presencia entre ellos de un gran contingente, estimado en 400 hombres, que ya habían tomado en audaz asalto a toda la población y al cuartel de los soldados norteamericanos.
Eran villistas. Los mandaban Candelario Cervantes, Pablo López, Martín López, Francisco Beltrán, Jesús Manuel Castro y otros muchos seguidores de Villa que habían pertenecido a la famosa División del Norte y a la no menos reconocida Escolta de Los Dorados.
Su objetivo era capturar a los Ravel, en especial a Samuel, dueños del gran almacén llamado «Ravel Brothers Merchandise Store», quienes desde 1913 eran proveedores de armas y parque que Villa les pagaba por adelantado, con lo que su engrosaron su riqueza de comerciantes avaros.
En 1915 no surtieron un fuerte pedido que Villa les pagó, como siempre, por adelantado. Por eso en febrero de 1916 desde su cuartel en la Hacienda de San Gerónimo, a 20 kilómetros al norte de Bachíniva, Villa mandó siete hombres al mando de Candelario  Cervantes a pedirle a Ravel que le devolviera los  cincuenta y tantos mil dólares adelantados por el pedido no surtido.
Ravel negó deber esa cantidad y le dijo a Cervantes que no quería ningún trato con bandidos. Y esa actitud del deshonesto comerciante, obligó a Villa a cobrarle en la forma como se hizo aquel 9 de marzo del 1916.
Chihuahua, 1916.

*Premio Nacional de Periodismo 1973

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