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jueves, 11 de septiembre de 2008

Parral, otra inundación. El agua arrasa con el 30% de la población


Por: Antonio Pinedo
Normalmente elusivas, casi avaras, las lluvias, vuelven a trastornar como hace 17 años la entidad. Hasta ahora el mayor daño ha sido la inundación y casi destrucción total del 16 de las 54 colonias de Parral Chihuahua, que a muchos trajo a la memoria la gran inundación de septiembre de 1944.
El número de muertos y desaparecidos por las lluvias de la última semana suman las dos docenas, el conteo no es puntual, porque han sucedido en varios eventos. Entre los desaparecidos destaca el nombre del regidor parralense Gerardo Montes Molina, quien fue arrastrado por la corriente con su vehiculo, luego de los peores momentos que vivió Parral, de hecho realizaba un recorrido de inspección, con Jaime Torres, Director de Aseo Urbano.

Comenzó como otros chubascos
Los últimos días de agosto las lluvias siguieron siendo prodigas con la entidad. Ha un mes de la tragedia de «El Barreal» en Ciudad Juárez. Un puente se colapso en Rubio, municipio de Cuauhtémoc y en la ciudad de Chihuahua cayeron alrededor de 50 milímetros de lluvias, suficientes para inundar a mas de un centenar de viviendas; destruir un vado del río Sacramento, y provoco la muerte de un hombre de 43 años, de nombre martín Sánchez, al caer al arroyo de “La Calera”, en la colonia CDP de la capital estatal y ser arrastrado por la fuerte corriente.

Sólo el inicio

Era solo el preludio de la tragedia de Parral. Luego de estas fuertes lluvias en la zona de Cuauhtémoc y la ciudad capital, el agua cayó a raudales en la zona sur del estado, sobre todo en la serranía cercana a la ciudad de Parral, lo que ocasionó daños en por lo menos 20 municipios, pero sobre todo en la llamada “Capital del Mundo”, en donde el rompimiento de dos presones se llevó a su paso gran parte del cementerio y causó estragos en 16 de las 54 colonias de la ciudad.
El lago Toronto, formado artificialmente por la presa de La Boquilla, llego a sus límites de captación y se convierte hasta el momento en gran amenaza para las poblaciones que están cercanas a los ríos Florido y Conchos, esto incluye incluso la Ciudad de Ojinaga y las poblaciones que le anteceden como Camargo, Rosales Meóqui y Julimes entre otras mas.
Camargo en su parte baja, la cercana al río florido, se inundo y 30 personas debieron ser desalojadas, así como 150 en Búfalo.
En estos mismos acontecimientos se registraron 29 derrumbes en la ciudad de Chihuahua. Los daños a las vías de comunicación sin ser de gran gravedad son múltiples y algunos aun persisten, aun cuando el tráfico no está interrumpido.
Dentro de la gravedad del desastre en Parral, este se presento en colonias de casas bien construidas y habitantes con capacidad económica, lo que no ha convertido el desastre meteorológico en un desastre social. Aun cuando los automóviles arrastrados por la corriente se cuentan por docenas, en su mayoría de reciente modelo.
En Parral hay por lo menos 14 muertos, mas media docena en el centro de la entidad en diversas poblaciones, mas los aun desparecidos.

Las presas al tope
El peligro por las lluvias sigue latente, sobre todo porque los pronósticos son de que septiembre será un mes de lluvias y por lo menos nueve de las diez presas de la entidad se encuentran al cien por ciento y algunas derramando.
Los daños en la infraestructura carretera del centro sur de la entidad son importantes y por lo menos 25 comunidades están en alerta por la posible llegada de las lluvias y el desbordamiento de La Boquilla, que en ella sola cabe todo el agua de las restantes nueve presas de la entidad. Lo bueno fue que su construcción fue planeado por Don Porfirio Díaz, y los conocedores creen difícil que su cortina pueda tener fisuras, aun cuando se han abierto solo dos compuertas para su desahogo y las mismas fueron abiertas con dificultad por la falta de mantenimiento.
Al momento hay riesgo en todas las poblaciones que tienen en sus inmediaciones presas o ríos que conducen el agua de las mismas; por ejemplo, Las Lajas localizada en el municipio de San Buena-ventura, amenaza al ejido Playitas, a Álamos de Peña y Ojo Caliente.
La Boquilla reporta arriba del cien por ciento de su capacidad y “Las Vírgenes”, en las cercanías de Delicias está al 125 por ciento, por lo cual el rió Conchos y San Pedro, conducen un gran caudal.
Solo la presa El Rejón, cercana a la capital estatal, se encuentra a solo al 78 por ciento de capacidad, es la única en todo el estado, que no representa ningún peligro.
La inminente llegada de los huracanes “Ike”, por el Golfo de México y la tormenta Tropical “Lowell”, por el océano Pacífíco, son la posibilidad inminente de nuevas lluvias para Chihuahua, lo que pondría en alerta a buena parte de la entidad. En cuanto a la destrucción del 30 por ciento de la ciudad de Parral, que con mucho ha sido el mayor daño causado por estas últimas lluvias, las cosas parecen volver a la normalidad poco a poco y hay un acelerado trabajo de limpia en la ciudad y sus arroyos y rió; preparándose para otro eventualidad como la sucedida el día primero del presente mes.

El último héroe civil
“El Cuadrado”


Por:José Pérez-Espino

N de la R: Con motivo de los últimos acontecimientos por la nueva inundación de Parral, hacemos un extracto de un trabajo publicado por semanario en el número 223 del 5 de septiembre de 1994, con motivo de los cincuenta años de la Muerte de Jesús Valdez “El Cuadrado”, en la legendaria inundación de 1944 en la ciudad de Parral.Este escrito basado a su vez en un trabajo del historiador Alfredo Uranga.

El Cuadrado quizás sea el último de los héroes civiles que hayan existido en Chihuahua. Cobró fama por sus actividades altruistas tanto en la capital del estado como en Parral, por su espíritu aventurero que lo mismo hacia una caminata de México a Nueva Cork, que caminaba sobre un alambre en las alturas para anunciar una película para niños. Y murió joven, el 8 de septiembre de 1944, electrocutado cuando intentaba salvar vidas durante la mayor inundación que haya afectado a La Capital del Mundo.
Se llamaba Jesús Valdez Montes y su vida tiene un halo que encierra mitos, misterios y aventuras, como cualquier drama épico. Nació en Saltillo, Coahuila, el 11 de enero de 1911, donde aparentemente fue abandonado en una parroquia de franciscanos; vivió en un orfanato hasta los siete años, cuando escapó por el mal trato del que era objeto, para dedicarse a la venta ambulante y a trabajaba de lavaplatos en los ferrocarriles. Llegó a Chihuahua –vía Parral–, hacía 1925, acompañando a un ruletero que viajaba por todo el país.
Era un deportista, un líder y un altruista nato. Le decían El Cuadrado por su físico atlético, obtenido a fuerza de ejercicio: era un excelente nadador, salvavidas, futbolista, basquetbolista, gimnasta, levantador de pesas, corredor de fondo, machista, alpinista, cazador, hombre mosca y torero. Medía 1.76 metros, era de tez morena y ojos color café. Fue Bombero Auxiliar, Jefe de Tropa del Primer Grupo Scout, cofundó varios grupos deportivos y asociaciones civiles y trabajo como extra en ocho películas. Coleccionaba vivas tarántulas y víboras. Con todo eso, la corta vida de Valdez Montes fue agitada y tormentosa. (…)

Muerte en la inundación
El padre Agustín Pelayo había llevado a El Cuadrado a Parral para que organizara un grupo de scouts. En esa ciudad se encontraba Valdez Montes el día de la inundación y sin pensarlo, ayudó en labores de rescate, pero aparentemente un cable de alta tensión le cayó cuando rescataba que se había quedado atrapadas bajo el agua cerca del santuario. Su cuerpo lograrlo rescatarlo dos semanas después, en estado de descomposición, sepultado por escombros.
Se mando hacer una caja de lámina gruesa que fue soldada para que el cuerpo fuera velado por los scouts en la casa de la señora Canutita Navarro, luego fue traslado en ferrocarril a la ciudad de Chihuahua, escoltado entre otros por los exploradores Luis Tercero Gallardo, Jesús Corral Gallardo, Clemente Licón Baca, Jorge Tercero Gallardo, Raymundo Tamayo.
En la capital del estado., el féretro fue velado en el viejo gimnasio Rodrigo M. Quevedo y fue sepultado en el panteón de Dolores. En los actos fúnebres participó gran parte de los habitantes de Chihuahua y se recuerda que nunca antes se había congregado tanta gente para un hecho similar. En el velorio estuvieron presentes la Tribu de Exploradores Mexicanos, el Pentatlón Militar, todas las escuelas ciclistas de mensajería, la policía, la Banda de Guerra del Estado, la Cámara Junior, representantes de la Quinta Zona Militar, el presidente municipal Salvador Valdez, el Cuerpo de Bomberos. El gobernador Alfredo Chávez fue el único que no asistió. “El homenaje más digno que se le puede hacer –escribe Alfredo Uranga–, es la divulgación de los hechos de su vida y mantener vivo su recuerdo para ejemplo de todos”.

Las grandes aguas de 1991
Cuando las lluvias paralizaron el estado

En el año 1991 el huracán Ignacio, causo estragos en la entidad. Un recuerdo y un recuento de aquellos momentos nos lo imponen los daños que recientemente destruyeron casi el 30 por ciento de Parral y mantienen a las presas en peligro de desbordamiento
Hace 17 años en por lo menos seis puntos se interrumpió el tráfico por carretera: en San Buenaventura por el desbordamiento del Río El Carmen; En la carretera Cuauhtémoc-Rubio. Solo había paso por dos de sus cuatro carriles y era imposible trasladarse a la Junta; el vado de Meóqui fue cerrado y solo había paso por uno de sus dos puentes gemelos; se interrumpió el camino Camargo-Jiménez, vía Las Pampas, la crecida del Conchos dificultó la comunicación entre Delicias y Camargo y no había tráfico entre Villa Ahumada y Flores Magón, por las grandes aguas que llevaba el río El Carmen.
Las presas derramaban, la boquilla que en 1990 –un año de lluvia–llegó al 56 por ciento, estaba al 105; La Francisco I. Madero (Las Vírgenes), que un año antes había captado el 100 por ciento de su capacidad, derramaba el 10 por ciento; La Abraham González, Las lajas y San Gabriel, que también había llegado al 100 por ciento en el 90, estaban al 110 por ciento. Por los mismos niveles las demás, sólo la Luis L. León, que el año anterior había llegado al 43 por ciento, el 1991 alcanzó un 61 por ciento. En el noventa, una tromba castigó la ciudad de Chihuahua, un año después Ignacio arrasaba con el campo chihuahuense. (Rodrigo Borja).

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