Por Rodrigo Borja
Hasta el viernes 23 de febrero al filo de las doce treinta de la tarde, la
lucha anti narco aún estaba en los niveles que le permitían decir al presidente
de la república Felipe Calderón Hinojosa, que era una lucha entre los propios cárteles
y que las bajas de miembros del ejército o policías apenas llegaba al cinco por
ciento y la de civiles inocentes ni al cinco por ciento.
La desafortunada pero optimista declaración
dejaba en claro que en la concepción del presidente lo que ha sucedido hasta hoy y desde el
inicio de su gobierno era una matanza entre narcotraficantes por el control de
la plaza, simplificado y falso el problema, además el minimizar la muerte de
más de mil inocentes le acarreó muchas críticas y rectificó por enésima ocasión
luego de alguna declaración ligera en temas diversos, situación que ya se convierte
en común en el actual sexenio.
El 23 de febrero se emboscó en las calles
Santiago Troncoso y Durango en Ciudad Juárez, a un convoy de la Policía Federal
que realizaba una revisión; a plena luz del día alrededor de 20 0 30 sicarios –
las versiones no están de acuerdo-, a dos fuegos y en ráfagas que descargaron
más de 380 cartuchos asesinaron a cinco policías federales una policía
municipal de Juárez y cuatro personas entre civiles y policías murieron o en el
lugar de los hechos o en las siguientes horas en el hospital, en total nueve
muertos fueron el resultado del evento siete policías y dos civiles, aparte de
algunos heridos.
La emboscada a los agentes federales que
patrullaban las calles de Juárez, marca un nuevo momento en esta lucha que
empezó la principio del 2008 y se recrudeció en marzo del mismo año con la
llegada de miles de soldados y agentes federales.
Los hechos suceden dos meses después de la
masacre de estudiantes en Villas de Salvárcar, que provocaron una reacción un
tanto tardía pero esperanzadora para los juarenses, el presidente Felipe
Calderón, visitó la ciudad fronteriza en tres ocasiones en menos de un menos y
ofreció muchas cosas, sobre todo de carácter social, porque quedó en claro que
los rezagos que en ese rubro tiene Ciudad Juárez son muy graves y antiguos… sin
embargo hasta el momento ninguna de las promesas u ofrecimientos del presidente
han sido cumplidas.
Los actos de barbarie se están dando por
todo el país y en la miopía del centro, se criticó por boca de Fernando Gómez
Mont, la ingobernabilidad que se vive en Chihuahua, entre otras cosas por su
nuevo sistema de justicia penal. La respuesta fue rápida y puntual por medio
del gobernador José Reyes Baeza, quien declaró que la ingobernabilidad se da en
todo el país y el sistema de justicia penal de Chihuahua, tiene réplicas en
muchos estados del país por las bondades demostradas.
La
pregunta de NYT
En la edición en que consigna la emboscada
a los policías federales el cotidiano The
New York Times, de los diarios más influyentes del mundo, se hizo la
pregunta: ¿De qué lado estaban?, lo que sugiere que los asesinados eran parte
de alguno de los cárteles en pugna por el control de la plaza, y una pinta
realizada al estilo graffiti a espaldas de la casa de Juan Gabriel, parece
darle la razón al periódico norteamericano, ya que en la misma el atentado lo
reivindican elementos de «La Línea» y lo presentan como una advertencia a los
mandos policíacos por venir a defender a «El Chapo» Guzmán.
No se detuvo a nadie, ni siquiera porque en
teoría hay siete mil elementos federales patrullando la ciudad y se cuenta con
apoyo aéreo e información de cámaras de vigilancia.
Al margen de las suspicacias es notable que
a cinco de los federales emboscados se les rindieran homenaje de héroes en la
ciudad de México y ello contrató
notablemente con los funerales ofrecidos a la joven de sólo 22 años que recién
acababa de egresar de la academia de policía municipal y también murió en el
evento.
Ante el agravamiento de la situación, que
al parecer salió totalmente de control de las autoridades federales o por lo
menos ya se está aceptando, ya que en la esfera pública se ha dicho que nunca
han estado en control dese el inicio de la «guerra» decretada por Felipe Calderón a sólo diez días de
iniciado su sexenio, el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, declara
que «Necesitamos apoyo y ayuda internacional para hacer frente al crimen» y
acotó que esa ayuda era esencialmente que los norteamericanos tomen medidas
para evitar el tráfico de armas hacia el sur, pues es con esas armas que se
están asesinando a mexicanos.
La
batalla de Juárez, perdida
Al igual que hace cien años en que las
fuerzas revolucionarias, derrotaron al ejército mexicano, nuevamente en Juárez
la batalla la pierde la federación, pero a diferencia de mayo de 1911, en que la
batalla duró sólo dos días y los muertos algunos centenares, no se acercan ni
con muchos a los cerca de seis mil que lleva esta nueva batalla de Juárez, que
en los últimos dos años únicamente ha tenido más de cinco mil muertos y que a
partir del pasado 23 de febrero, al parecer tomó un nuevo sesgo.
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