Por Rodrigo Borja
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jueves, 9 de junio de 2011
Calderón, con el PAN en un puño
Por Rodrigo Borja
Se especulaba desde meses atrás: Felipe Calderón quiere de sucesor a Ernesto Cordero, ha dado diversas muestras de ello, la más importante el viernes 13 de mayo, en donde ante un número desmesurado de delegados federales de todas las secretarías de Estado, 1,800, y con el más puro estilo priista de los años sesentas, lanzó el mensaje sobre sus preferencias.
Sorprendió la forma, que ya empieza a estar en desuso entre los priistas, salvo excepciones como la de César Duarte, en el caso de Patricio Martínez, aquí en Chihuahua, pero en realidad, las formas en el Partido Revolucionario Institucional empiezan a cambiar. Sorprendió también la inmensa cantidad de delegados federales en las entidades, con mucho superan la cantidad de secretarías de Estado y descentralizadas, quienes en la práctica son operadores electorales a las órdenes del presidente, quien con un estilo autoritario que recuerda al de Carlos Salinas de Gortari, da inicio a su propia sucesión.
Los hechos
La fecha citada convocó en una comida a los más de mil 800 delegados. Los invitados fueron trasladados en autobuses al Centro Banamex, moderno complejo para convenciones, con vista al Hipódromo de Las Américas. Sólo se permitió el acceso de los medios de comunicación al discurso presidencial, era una comida entre familia.
El comunicado de prensa de Los Pinos que llamó al evento Encuentro Nacional con Delegados Federales, no indicaba la hora de inicio de la comida, pero sí la del final del encuentro, y donde sólo haría uso de la palabra el presidente.
Sin embargo, sin previo aviso, fuera de programa, al inicio de la reunión tomó la palabra Ernesto Cordero. Fue el único orador antes de la comida. El segundo, efectivamente fue el titular del Poder Ejecutivo. Ningún otro más tomó el micrófono, aunque asistió prácticamente el gabinete en pleno, todos entendieron el mensaje presidencial.
En el fondo el mensaje de Felipe Calderón fue claro y contundente. Al estilo Salinas les dijo: no se hagan bolas, el candidato será Ernesto Cordero, ahí presente.
El discurso presidencial fue de tintes proselitistas. Calderón, sin pudor, habló como si lo hiciera desde un templete en una plaza pública y en un acto de campaña. En todo momento mantuvo la voz. Incluso cuando dijo que se alzará con la victoria al final de su mandato. Pero el mensaje fue tomado en dos vías: la elección del próximo año y la lucha contra la criminalidad.
Parafraseando a Manuel Gómez Morin dijo: «Salgan y muevan los corazones y hablen a los mexicanos», arengó el mandatario. «Utilicen todos los medios a su alcance para que se sepa su labor». Pero antes les aclaró que todos son un equipo y que deben sentirse orgullosos de formar parte de un gobierno humanista (doctrina panista).
«Ustedes son la voz, ustedes son el rostro, ustedes son los oídos del gobierno al que orgullosamente todos pertenecemos. Ustedes en consecuencia deben ser los agentes del cambio y para ser agente de cambio se requiere, también ser precisamente una expresión de ese cambio, ser una luz que brilla de ese cambio, ser precisamente una voz fuerte de ese cambio.
«Y por esa razón, les instruyo también a que sean portavoces de una señal, de un mensaje de esperanza y de una información que es fundamental, que la conozcan las mexicanas y los mexicanos en todo el país».
« ¡Fe-li-pe!», « ¡Fe-li-pe!», corearon los cientos de delegados. Hubo reacciones como la del secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien a toda prisa abandonó el salón.
No quedó ninguna duda de quién será el candidato para el 2012.
El disciplinado Cordero
Como es de todos conocido se dijeron listos para ser candidatos Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio, Santiago Creel, Javier Lozano, quien jacarandoso dijo que él era el bueno y que no tenía duda de que sería el próximo presidente.
También expresaron sus cualidades para llegar a Los Pinos, el gobernador de Jalisco Emilio González y el secretario de Desarrollo Social Heriberto Félix. El único que siempre mantuvo su dicho que él estaba entregado a su labor en la Secretaría de Hacienda, fue Ernesto Cordero, quien también se manejo como viejo priista, sólo una semana antes de su virtual destape insistía en su entrega al actual trabajo y que en su ambición y panorama no había otra cosa.
No todo está dicho
Las cosas para Felipe Calderón, con todo y que se ha preocupado por mantener al partido en un puño y tiene su control total, algo que nunca se había visto en el Partido Acción Nacional, sin embargo, los signos de rebelión ya se dejaron ver, incluso desde antes de la referida comida, ya que se intuían las preferencias presidenciales y su escaso talante democrático. Ernesto Ruffo Appel, ícono panista y primer gobernador en la historia del partido, anunció su inclinación por Josefina Vázquez Mota y porque la elección se abra a los delegados y adherentes y sea en una asamblea de delegados, que es más controlable.
Creel Miranda ya trabaja por su cuenta y es el mejor colocado en las encuestas. El PAN todavía no experimenta la imposición de un candidato y por ser una situación inédita hay dudas sobre el resultado final de la intentona de Felipe Calderón.
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