Por Antonio Pinedo
Si, debe haber un
gran dolor en la familia De la Vega Arizpe por el fallecimiento del ingeniero
Federico de la Vega Mathews, me tocó ver el amor y respeto que le profesaban su
esposa Pita de la Vega y sus hijas Guadalupe y Alejandra, sobre Artemio, sólo
lo observé ver a su padre en silencio y con amor en su último cumpleaños, el
84.
Tuve el privilegio
de convivir con él los últimos años con frecuencia, me costa su gran memoria,
por encima del promedio, escuché muchas veces su preocupación por Juárez, hoy todos
los medios de comunicación se están encargando de hablar de su ocupación por
Juárez: impulsor de la educación sobre todo superior, impulsor del deporte, uno
de los creadores de la industria maquiladora en Ciudad Juárez, impulsado por
Fernando Borreguero, al que siempre mencionó y nunca le regateó reconocimiento.
Desde hace décadas
se dé la gran labor social de FEMAP, del hospital de la familia en donde han
visto la luz cientos de miles de juarenses. Sé de primera mano de su amor por
Juárez. Tuve el privilegio de escuchar simpáticas anécdotas que lo retratan de
cuerpo entero, de él mismo y de sus amigos.
A sólo unas horas
de su muerte un colaborador de Semanario, me contó cómo lo conoció hace más de
35 años, cuando sin ínfulas de gran potentado, asistió a la fiesta de bodas de
uno de sus trabajadores más humildes, en el salón de la CNOP, cómo departió
cómodo en la fiesta de uno de sus empleados que se animó a invitarlo y él no
dudo en aceptar.
Recuerdo con agrado
mi última reunión con él hace algo así como 10 días, traía antojo de menudo y
nos fuimos al El Bombero, acompañado de sus amigos Víctor Hugo, Manuel Castillo
y su sombra Andrés.
Como decía en el
primer párrafo, el dolor de la familia es único, pero los juarenses, aun cuando
muchos no lo sepan, también estamos de luto, se murió uno de los mejores
juarenses que he conocido… un ciudadano juarense que como hace poco dijo el
licenciado Álvarez Compeán, cuando le comentaba sobre la gran lucidez mental y
el buen estado de su corazón, en el sentido metafórico, el corazón que algunos
confunden con el alma, el corazón del que hablan los poetas. Porque la mente y
el corazón del ingeniero gozaban de inmejorable salud, quien lo traicionó fue
su cuerpo. Como decía, hablaba con Jorge Álvarez, sobre el ingeniero y su deseo
de tener algunos años más de vida,por las ideas que para Juárez le bullían en
la cabeza; el comentario de Jorge fue que ojalá se le concedieran, pero que
mejor sería que hubiera en Juárez una docena de Freddys.
Empresario exitoso,
es el único que abrió su casa a los juarenses, muchos pueden presumir que
compartieron en más de una ocasión, reuniones en sus amplios jardines.
Mucho tiempo y
espacio necesitamos para hablar del legado que dejó a nuestra ciudad este
ciudadano, del que una vez dijo su esposa Pita «qué bueno que Freddy es bueno para
hacer dinero, porque yo soy muy buena para gastarlo», se refería concretamente
a la labor que durante décadas ha realizado para la salud de los juarenses más
humildes FEMAP… en fin que en paz descanse el ingeniero De la Vega, quien
seguramente vivirá muchos años más en la memoria de quienes le conocimos y
apreciamos.
Semblanza
A continuación una
breve semblanza proporcionada por un amigo: «Federico De La Vega Mathews, nace
el 1 de septiembre 1931, fue hijo de don Artemio de la Vega Berdayes y Katheryn
Mathews, llegó a este mundo como hijo único después de cuatro años de
matrimonio.
«Quienes le conocen
coinciden que hablar de Federico de la Vega, es hablar de un gran hombre que a
través de su vida ha dado ejemplo de lo que es honrar a sus padres, a su esposa
e hijos. Es hablar de un hombre que conoce el valor de la amistad, de la
familia, del trabajo y del esfuerzo.
«Con una destacada
preparación académica que inicia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT) en donde se graduó como ingeniero en finanzas, y que después aconsejado
por su padre continua sus estudios en el Tecnológico de Estudios Superiores de
Monterrey, ITESM, en Monterrey, en donde se gradúa como ingeniero químico,
tierra donde conoce al amor de su vida, la señora. Guadalupe Arizpe de de la
Vega.
«El cabeza de la
familia De la Vega es y será, un sinónimo de desarrollo en Juárez, por lo que
hablar de su apoyo a la educación, la industria maquiladora, la salud o el
deporte sólo se pueden comparar con el gran amor que se tienen entre sí, el
cual ahora ha trascendido generaciones. Una muestra es el compromiso de sus
hijos Guadalupe, Artemio y Alejandra, tanto dentro del grupo empresarial como
en el seguimiento y crecimiento de los proyectos creados e inspirados por
Federico. Quien además, inculcó en sus seis nietos compromiso y amor por esta frontera.
«Con la firme
convicción de ayudar a la comunidad, Federico trabajó por establecer Instituciones
de Educación Superior en esta Frontera y se involucró en la creación de la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez de donde fue el primer Presidente del
Consejo, y del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey,
Campus Juárez, donde fungió como Presidente del Patronato de esta instancia
educativa por más de 25 años, durante los cuales apoyó en la creación de un
fondo de Becas para más del 70 % de los estudiantes. Además muy importante fue
su gestión para edificación de la Universidad Tecnológica Paso del Norte, única
institución de educación superior en la zona poniente de la ciudad, a los pies
del desierto y modelo de desarrollo de comunidades marginadas, y más
recientemente la Escuela de Enfermería perteneciente a FEMAP, un modelo de
institución a nivel nacional e internacional.
«Orgulloso de su
tierra natal, funda Grupo De la Vega, Consorcio Empresarial Juarense que da empleo a más de tres mil
personas. El cual comprende empresas como Inmobiliaria De la Vega, Superette
Del Río, Carta Blanca y Altec Purificación (Agua Alaska), Operadora Alpic
(Dominos Pizza), Almacén Del Río y Gasolineras Petrol.
«Pero Federico no
sólo ha sido un gran empresario, su vocación de servicio y amor por esta
comunidad lo han llevado a transformar la vida de decenas de miles de juarenses
gracias a su acceso a la educación superior y con ella el rostro de toda una
ciudad.
«Además interesado
en el deporte, impulsó al equipo de beisbol, Indios en AAA, el desaparecido
equipo de futbol «Cobras de Juárez» que alcanzó a posicionarse en primera
división dándole esa identidad que tanto unió a los fronterizos, y en donde se
le podía ver emocionado al igual que el resto de la afición en casi todos los
encuentros, también fue uno de los principales motivadores para la llegada del
equipo de Futbol Bravos de Juárez, actuales Campeones del Torneo de Apertura de
la Liga de Ascenso MX.
«Siempre consciente
de esa gran necesidad de apoyo Médico y Social que los más desprotegidos
requieren; es ahí donde nació FEMAP, conocido en la comunidad como Hospital de
la Familia, fundado y dirigido por su señora esposa Doña Lupita Arizpe de De la
Vega.
«Su labor en favor
de Ciudad Juárez tiene un valor más allá del que podamos medir o cuantificar,
su fe en la gente de Juárez, ha permitido salvar muchas vidas y crear miles de
historias de éxito personal.
«Federico de la
Vega Mathews ha sido un hombre, que como pocos han dado grandes muestras de
amor a su ciudad y a su gente, contribuyendo grandemente en la construcción de
un Juárez más humano. Su compromiso con Ciudad Juárez lo ha llevado a ser no sólo un gran impulsor del
desarrollo económico de esta frontera, a través de sus empresas que han brindado
a miles de familias la oportunidad de un empleo digno, sino que ha llevado a
esta frontera a ser un polo regional de crecimiento y florecimiento industrial,
referente a nivel nacional e internacional».
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