Por: Antonio Pinedo
A nivel nacional Chihuahua resalta en esta lucha emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, de los 4,666 ejecutados al estilo del narcotráfico, el 40 por ciento han perdido la vida en este estado norteño.
En la última semana el gobernador cambió su discurso de que es una guerra entre bandas rivales que se disputan la plaza, pero que nada tiene que ver con la vida de los chihuahuenses, a un desplegado a toda una página en la que pide con urgencia a la federación, un replanteamiento de la estrategia en esta lucha que como dice el especialista Jorge Chabat: «No se puede ganar, no se debe perder y debe combatirse».
Los medios de difusión a nivel nacional ya ponen especial atención en nuestra entidad, ya resalta en el panorama nacional, que el epicentro de esta desgastante lucha es Chihuahua, como dijo el periodista y especialista en seguridad nacional Jorge Fernández Menéndez, en su programa televisivo «México Confidencial».
Otros conductores de televisión como Eduardo Ruiz Healy, de la empresa Telefórmula, dice ante la menor provocación, que en Chihuahua, no hay gobierno, que la ausencia de autoridad es tal, que la población está en la total indefención y ante los hechos es difícil refutarlo.
Una semana de locura
El inicio de la semana no pudo ser peor el martes 11, en la ciudad capital se inició un rumor que fue creciendo de tal manera, que se convirtió en un auténtico toque de queda, decretado tal vez no por los narcos, pero si por la desconfianza a los cuerpos policíacos de los tres órdenes de gobierno, incluido por supuesto el ejército que por miles patrulla la entidad y no hace ninguna diferencia, por lo menos positiva.
Todo empezó, como escribe Marcela Turati en Proceso «con un supuesto mensaje subido a Internet. En el se pedía a la gente estar en su casa antes de que oscureciera porque varios comandos arrasarían la ciudad, acribillando a quien se interpusiera en su camino e irían por la procuradora Patricia González Rodríguez.
«El aviso prendió como pasto seco.
«Presas de la psicosis, los habitantes comenzaron a utilizar su celular para enviar o leer textos a sus familiares para advertirlos sobre la situación. Los portales informativos en Internet se paralizaron por exceso de visitas.
«Llegó a decirse que a las siete de la tarde varios de esos escuadrones de la muerte estaban peinando las calles; que tenían rehenes en el centro comercial Plaza del Sol y habían cerrado el Periférico de la Juventud; que combatían con los soldados que defendían el Palacio de Gobierno; que habían levantado a la procuradora y después botado su cadáver…»
Así empezó la semana.
Asesinan a Armando Rodríguez
Dos días después, el miércoles 13 de noviembre, cuando los capitalinos apenas salían de su estupor, es asesinado de diez disparos de 9 mm. frente a su hija Ximena de sólo ocho años el periodista de El Diario de Juárez Armando Rodríguez, muy querido y conocido en el gremio como «El Choco», reportero de la fuente policíaca desde 1997 y quien había recibido amenazas de muerte desde principios de año e incluso estuvo trabajando algunos meses en la ciudad de El Paso, como medida precautoria para cuidar su integridad.
En un editorial publicado íntegramente en primera plana el cotidiano emplaza, luego de reclamar justicia por tan artero crimen: «Si la autoridad no está dispuesta a asumir el mismo riesgo ofreciendo una respuesta más efectiva contra la violencia que nos azota, lo más recomendable sería entonces que tanto el alcalde juarense como la procuradora de justicia, e incluso el mismo gobernador del Estado, dejaran su lugar a quienes sí quieran enfrentar ese reto».
La respuesta del gobernador fue que él no renunciaría y El Diario en primera plana en un cintillo a ocho columnas, dijo que no había dicho lo que había dicho, que ellos jamás pidieron ninguna renuncia.
La semana continúo muy agitada y el siempre metiche del embajador Tony Garza, el viernes 14 cuando inauguró las nuevas instalaciones del nuevo Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, reconoció la gran labor que el gobernador, el alcalde y la procuradora ha realizado en contra del crimen organizado.
El fragmento del discurso fue repetido hasta el cansancio —lo que en términos de mercadotecnia se dice «saturar»—, en los medios electrónicos, como si las palabras del entrometido embajador, borraran de golpe y porrazo que Chihuahua ha puesto el cuarenta por ciento de los miles de muertos que este año ha cobrado la guerra que se libra en territorio mexicano, para impedir que la droga llegue a los Estados Unidos, principal consumidor de estupefacientes a nivel mundial.
La saturación del mensaje en los medios electrónicos se transformará en un problema de transparencia del gasto público, ya que nunca se identifica al patrocinador del mensaje.
La semana terminó con un desesperado llamado de auxilio a la federación, para que se replanten en las estrategias del «Operativo Conjunto Chihuahua», (ver en esta misma edición el editorial).
Una Muerte anunciada
El jueves 6 de octubre de la semana en que nos ocupamos, se había dejado una cabeza a los pies del monumento al «Papelero», en la plaza del periodista, la cabeza de un decapitado, cuyo cuerpo fue colgado del llamado «Puente al revés».
También se hablaba de un narcomensaje en que se amenazaba a periodistas y aun ante estos hechos el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz, fiel a su estilo y luego de la asesinato de Armando Rodríguez declaro: «No creó que se trate de un ataque especial a los medios de comu-nicación, no creo que sea un mensaje para evitar la libertad de prensa que tenemos en la ciudad».
Lo anterior dio pauta para que el analista político Luis Javier Valero Flores, publicara en su columna dominical del 16 de octubre: «Un lector de la edición digital de El Diario de Juárez ubicó perfectamente la situación. Escribió lo siguiente: ¿Pues este hombre, el alcalde, dónde vive? El jueves pasado aparece la cabeza de un degollado en el monumento al voceador, el domingo una manta en una iglesia amenazando a periodistas ¿No se trata de un atentado a la libertad de prensa? Será que el alcalde tiene algún tipo de retraso mental, o peor aún ¿Pensará que los ciudadanos somos los que tenemos el retraso mental? Alguien por favor de su gabinete que lo oriente y le impida decir %$/## (censura de LJVF) de esa dimensión Ya no tenemos la esperanza de ver nuevamente al «Choco» (sobrenombre con el que se conocía ampliamente a Armando Rodríguez), pero sí de tener una mejor representación ¡¡ Qué desafortunado comentario!!».
Algo quedó en claro esta semana, esperamos, que el miedo y la desesperación ciudadana, la desesperanza de los chihuahuenses, ya tuvo oídos en el gobernador José Reyes Baeza, ahora sólo esperar que si las medidas no llegan de la Federación, el gobernador las tome, ya que es el responsable de la buena marcha de este estado; El epicentro del México ensangrentado.s
No hay comentarios:
Publicar un comentario