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domingo, 24 de octubre de 2010

En sábado y en la últimas horas... Reyes Ferriz privatiza el Museo de El Chamizal

 Rodrigo Borja

            El sábado nueve de octubre, única sesión de cabildo que en tres años se realizó en día inhábil, a sólo horas de entregar la presidencia municipal, el ex alcalde José Reyes Ferriz. Entregó en comodato a una asociación civil  por quince años el Museo de Arqueología de El Chamizal, uno de los tres museos que existen en Ciudad Juárez.
            El acto en el que se puede presumir mala fe, se da en los momentos en que por la ola de violencia y criminalidad que azota a la ciudad, se habla que la recomposición del tejido social pasa necesariamente por la atención a los espacios públicos, su creación y multiplicación, de hecho en el discurso de las tres esferas de gobierno, se da por hecho que una de las líneas a trabajar es la de impulso a la cultura, deporte y organización de eventos culturales.
            Por lo anterior resulta más incomprensible, el que se privatice un museo, que por otra parte no pertenece al municipio sino al Instituto de Nacional de Antropología e Historia (INAH), y que desde 1987 a diez años de su fundación pasó en comodato al municipio, junto con todo lo que contiene el Parque Nacional de El Chamizal.
            La Asociación Civil Arte en El Parque, ya desde hace seis años había demostrado sus apetitos por quedarse con el espacio y la administración municipal 2004-2007, ante la insistencia y promesa de compartir la inversión necesaria para la convivencia del museo con la actividad recreativa que diez veces al año realiza la asociación mencionada, se les presentó un proyecto en el que el polígono del museo se ampliaba y respeta en su totalidad el museo diseñado por el poeta tabasqueño Carlos Pellicer.
           
Los espacios públicos como negocio
            El proyecto, que fue comentado con la representación local del INAH e incluso uno de sus funcionarios fue quien  realizó la propuesta, que básicamente consiste en tomar todo el polígono y mover las canchas de basquetbol y de rebote, estas últimas muy utilizadas por los visitantes al parque a sólo uno metros de su actual ubicación, era sólo pasarlas a cualquiera de los polígonos aledaños al museo. Arte en el Parque perdió interés, ahora podemos coludir, porque no estaba dispuesta a invertir un solo centavo en el espacio, no obstante que un sábado de cada mes de marzo a diciembre, subarrienda los andadores  e invade espacios del mismo museo con puesto de venta de comida y cobra por entrar al mismo no obstante ser un espacio público que pertenece a los juarenses y en los restantes días del mes se tiene la entrada libre.
            El proyecto mencionado amplía en alrededor de cinco mil metros el espacio disponible y en el mismo se contempla la construcción de una concha acústica, que permita mejorar las condiciones para que Arte en el Parque, tenga cada uno de los diez meses que organiza un espectáculo, mejores condiciones para la realización del mismo.
            El interés se acabó, quería gratis el espacio que se realizó con fondos públicos y concretamente con fondos del INAH y que en su concepto, se buscó, como lo declaró el poeta Carlos Pellicer en 1997 —quien era senador de la República en ese momento—, recrear el museo de La Venta en su natal Tabasco, allá con piezas originales, aquí con réplicas. El museo mientras fue atendido por las autoridades municipales, fue motivo de orgullo y de pertenencia para los juarenses, pero su paulatino abandono y los destrozos que sábado a sábado, una vez al mes realizaban los miles de visitantes que con boleto pagado entraban a los espectáculos de Arte en el Parque, fue agravando su condición y las inversiones para su mantenimiento no fluían de ninguno de los tres niveles de gobierno, sin embargo, era un espacio que siempre estuvo en gran actividad cultural y muy visitado por miles de estudiantes de preprimaria en el programa de visitas guiadas del primer trienio de Héctor Murguía Lardizábal; también era uno de los espacios más solicitados en los campamentos culturales de verano. En fin era un espacio para los juarenses quien aun y con el abandono, seguían acudiendo a él por la belleza de su diseño, aun cuando ya se había perdido el lago artificial, que le daba un encanto especial, sobre todo para los juarenses: hombres y mujeres del desierto.

            El despojo
Lo metieron en asuntos generales, con el número 17, según el oficio SA/GOB/12636/2010, en el documento se da cuenta que es una iniciativa del regidor panista José Mario Sánchez Soledad, destacado miembro del DHIAC.
El acuerdo dice “Se autoriza a los ciudadanos Presidente Municipal y Secretario del Ayuntamiento a otorgar en comodato un inmueble propiedad municipal ubicado en los jardines del Museo de Arqueología del Parque El Chamizal de esta ciudad, con una superficie de 34,660 metros cuadrados”. Se debe hacer notar que esa superficie es la totalidad del polígono y que mañosamente se quiere hacer pasar por jardín un museo al aire libre.
En el acuerdo segundo, se delimita un espacio para estacionamiento, lo cual ya nos lleva no al museo mismo sino a un espacio extramuros del museo, o sea a los estacionamientos públicos de El Chamizal, que ahora está bajo la tutela de Arte en el Parque, asociación civil que por cierto está animada por el empresario Miguel Fernández Iturriza, quien anima también El Plan Estratégico de Juárez, mismo que se ha financiado con fondos públicos, no obstante que en su discurso habla de la trasformación de la sociedad por la sociedad misma, lo cual es confuso, sino mentiroso.
La reversión de este mañoso comodato es posible, conforme al artículo 29, fracción XXVII del Código Municipal para el estado de Chihuahua. Ojalá se piense en Juárez y no se acabe con un museo de sólo tres que hay en Juárez.
Convertirlo en un tianguis semanal, una vez al mes está bien y diez veces al año son suficientes, da ganancias, lo cual no está mal para una asociación que no busca el lucro.

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