Un guatemalteco de 16 años en su viaje a
Estados Unidos.
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Wilfredo Díaz/IPS
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miércoles, 12 de febrero de 2014
Dudas e ilusiones por impulso a reforma migratoria en EE.UU.
WASHINGTON, D.C., (IPS) - Los defensores de una reforma
migratoria en Estados Unidos procuran capitalizar el nuevo impulso nacional
sobre el tema, luego de que congresistas conservadores pusieran fin a meses de
titubeos y presentaran una «lista de principios» para negociar.
En ese documento,
legisladores del opositor Partido Republicano finalmente abrieron una puerta
para que algunos indocumentados obtengan la legalización, siempre que tengan un
tiempo residiendo en el país y carezcan de antecedentes penales, y para que los
«dreamers»(jóvenes indocumentados que ingresaron cuando eran niños) reciban la
ciudadanía.
Los principios
permiten la legalización solo para trabajadores no documentados que respeten la
ley, «paguen significativas multas e impuestos atrasados, logren un buen
dominio del inglés y de la cultura cívica estadounidense y sean capaces de
mantenerse a sí mismos y a sus familias (sin acceso a beneficios públicos)».
Sin embargo,
también llaman a fortalecer la seguridad fronteriza y a consolidar una política
de «cero tolerancia» para quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos.
FWD.us, grupo de
presión de la industria tecnológica liderado por el fundador de la red social
Facebook, Mark Zuckerberg, y que apoya los esfuerzos para cambiar el sistema
migratorio, declaró el lunes 3 “día de acción” para aprovechar este nuevo
impulso.
La organización
instó a la población estadounidense a que se contactara con legisladores clave
del Partido Republicano para promover la reforma.
En este país hay 11
millones de inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales sufren
explotación. En los últimos cinco años, el gobierno de Barack Obama deportó a
dos millones de personas.
Grupos religiosos,
que representan uno de los sectores conservadores a favor de la reforma,
también redoblaron sus esfuerzos. Los cristianos evangélicos subrayan el daño
que provocan las actuales leyes de inmigración en las familias de los
indocumentados.
«Más que en razones
de seguridad y económicas, pienso que se necesita (la reforma) para la salud de
las familias», opinó Alex Cosio, pastor evangélico del estado de Carolina del
Norte, durante una conferencia de prensa el lunes.
«Las familias
sufren mucho cuando temen que algún pariente pueda ser atrapado y deportado.
(La deportación) divide a las familias», afirmó.
Cosio también
señaló los efectos negativos del actual sistema migratorio en los jóvenes
indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos a edades muy tempranas.
«Es muy difícil
para un padre decirle a un hijo que no puede tener licencia de conducir porque
no están legalmente aquí», señaló.
Cauto optimismo
El año pasado, el
Senado aprobó un proyecto de ley para revisar todos los aspectos del sistema
migratorio del país.
Esa propuesta habría
abierto un camino a la ciudadanía para muchos de los 11 millones de
indocumentados, pero republicanos en la Cámara de Representantes se opusieron
arguyendo que en realidad eso constituía una «amnistía» para responsables de
delitos.
Desde entonces, la
iniciativa permaneció estancada y los republicanos no se decidían sobre cómo
proceder en el tema.
A diferencia de sus
pares en el Senado, los líderes republicanos en la Cámara de Representantes
ahora afirman que no desean abordar el tema de la inmigración en un proyecto de
ley único.
En cambio,
prefieren tratar este y otros asuntos relacionados de manera fragmentada, a
través de sucesivas leyes hasta potencialmente resolver el conflicto.
No obstante, el
hecho de que la Cámara de Representantes esté nuevamente discutiendo el tema
les dio a muchos promotores de la reforma un renovado optimismo.
En algunos casos,
los nuevos principios republicanos muestran un giro ideológico de 180 grados.
Por ejemplo, aceptan por primera vez una vía para que jóvenes indocumentados
con título de estudios superiores o que sirvan en el ejército obtengan la
residencia legal o incluso la ciudadanía.
Esto representa un
acercamiento a las propuestas de una iniciativa anterior del gobernante Partido
Demócrata, conocida como la Ley DREAM (acrónimo en inglés de Progreso, Alivio y
Educación para Menores Extranjeros), a la que se opusieron algunos congresistas
republicanos.
Los múltiples
intentos fallidos desde 2001 para aprobar la Ley DREAM en el Congreso llevaron
al presidente Obama a emitir una orden ejecutiva que detuvo la deportación de
jóvenes indocumentados que cumplieran ciertos requisitos.
«Creo que podemos
estar seguros de que aquellos que califiquen bajo las leyes y reglas
establecidas para los estudiantes en DREAM se convertirán en un gran valor para
nuestra nación», dijo a IPS la directora de la Asociación Cristiana para el
Desarrollo Comunitario, Noel Castellanos
«No todos esos
jóvenes terminarán yendo a la escuela, pero algunos se unirán al ejército y
contribuirán con grandes obras para servir a nuestro país», sostuvo.
Además de la
derecha cristiana, la Cámara de Comercio, el mayor lobby empresarial del país,
también recibió con agrado los principios republicanos.
«La reforma
migratoria es un elemento esencial del crecimiento económico, y creará empleos
estadounidenses», sostuvo en una declaración el presidente de esa institución,
Thomas J. Donahue.
«El momento es
ahora, y la Cámara está determinada a lograr que 2014 sea el año en que
finalmente se apruebe esa reforma migratoria», afirmó.
Ambivalencia progresista
Mientras los grupos
conservadores que apoyan la reforma se mostraron ilusionados con la lista de
principios republicanos, en el campo progresista hubo menos entusiasmo.
America’s Voice,
una organización pro-reforma con sede en Washington, criticó que los
republicanos insistieran en fortalecer la seguridad en la frontera con México,
como requisito para avanzar en la legalización de los inmigrantes.
Los activistas
advierten que el gasto en seguridad fronteriza ya es exorbitante.
«El gobierno de
Estados Unidos gasta 18.000 millones de dólares anuales en hacer cumplir las
leyes de inmigración, más que todas las agencias federales combinadas», señaló
la organización en un análisis enviado a IPS. «La patrulla fronteriza se duplicó
en los últimos años para llegar a un récord de 21.000 agentes», adujo.
«No obstante, los
republicanos están desempolvando la vieja postura de ‘seguridad primero’,
haciendo creer que eso es lo que falta», sostuvo America’s Voice.
Defensores de los derechos
laborales también condenaron que los republicanos se nieguen a facilitar el
acceso de los extranjeros a la ciudadanía, con el argumento de que eso
afectaría los puestos de trabajo y los salarios de los estadounidenses.
«Hasta que no
tengamos un sistema migratorio con un camino hacia la ciudadanía, empleadores
inescrupulosos seguirán explotando a trabajadores con bajos salarios,
impulsando a la baja los sueldos de todos», alertó Richard Trumka, presidente
AFL-CIO, la mayor central sindical estadounidense.
«Los lugares de
trabajo serán más seguros y los salarios crecerán para todos los empleados,
sean inmigrantes o no, cuando podamos abrir un camino hacia la ciudadanía. Y
sin embargo, los republicanos no solo rechazan esto, sino que abrazan un modelo
que reducirá los sueldos e incrementará la desigualdad de ingresos», sostuvo.
Todavía no está
claro cómo continuarán las discusiones en el Congreso, y si todos los
republicanos cerrarán sus filas detrás de estos nuevos principios.
El domingo 2, el
representante republicano Paul Riyan dijo a periodistas que estaba “claramente
en duda” si el Congreso aprobaría una reforma migratoria este año.
Después de todo, en
noviembre se celebrarán las elecciones legislativas en Estados Unidos, y la
reforma migratoria es un tema candente para muchos.
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