1.- Desde el gobierno de George Bush, padre, que inició en 1988, prácticamente junto con el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se inició, lo que ya se convirtió en una tradición, que el presidente de México, se entreviste con el presidente electo de los Estados Unidos; Así lo hicieron Ernesto Zedillo y Bill Clinton y George Bush, hijo, y Vicente Fox Quezada. En fin desde hace 20 años los presidentes de ambos países se reúnen y ocasiones como la actual, suelen ser el único Jefe de un Estado extranjero, que tiene un encuentro con el próximo inquilino de la Casa Blanca. En ocasiones se sobredimensionan los encuentros como fue el caso de Bush y Fox, en donde se daban el trato de grandes amigos, destinado a hacer grandes cosas y a la vuelta de los años, resultaron no tan amigos y ambos ex presidentes con un gran desaprobación.
2.-Acaba de realizarse el encuentro entre Barack Obama y Felipe Calderón. El encuentro que duró más de una hora, incluido el almuerzo. Fue muy festinado por la prensa mexicana. La televisión le dio mucho tiempo al aire, al igual que la radio y los matutinos de la capital de la república, las ocho columnas en varios casos. El encuentro se presentó a la opinión pública mexicana, como un gran logro de las relaciones internacionales de nuestro país y con consecuencias muy trascendentes no sólo para México y Estados Unidos, sino para todo el continente. Por otra parte la prensa norteamericana en general, incluidos los medios electrónicos dieron poca o nula importancia al encuentro, simple y llanamente porque no la tiene para ellos.
3.- Viendo las cosas con frialdad, no fue sino un gesto de cortesía de Barack Obama el aceptar una invitación a almorzar por parte del presidente de México, quien viajó, con gran parte de su gabinete hasta la capital del vecino país y en la casa de la Cultura de México –antiguo inmueble que ocupó la embajada mexicana-, se ofreció una recepción al próximo presidente de los Estados Unidos. Barack Obama, seguramente almuerza todos los días, y en un gesto de cortesía, aceptó por motivos diplomáticos, además el esfuerzo hecho por el presidente de México, no era para despreciarse, finalmente somos un país vecino, al que ciertamente siempre se le ha dado un mal trato, pero con el que no hay motivo para ser descortés.
4.-La plática previa al almuerzo, que fue de algo más de media hora, es muy poco para que Barack Obama, como el presidente Felipe Calderón, se pongan de acuerdo en una agenda común. Entonces debemos poner las cosas en su exacta dimensión: Fue una visita de cortesía del presidente de México al presidente electo de los Estados Unidos y la respuesta fue igualmente cortés por parte del presidente electo del vecino país. Lo cierto es que es estas visitas jamás se ha sacado nada, salvo el dejar de manifiesto que por lo menos en la superficie las relaciones México-Estados Unidos marchan adecuadamente. La cobertura de los medios de comunicación mexicanos, engañan sobre la trascendencia del encuentro, no es por supuesto inútil para México el que su Primer Mandatario, inicie una buena relación, con su par del país del norte, pero mejor sería, que se redujera a su exacta dimensión. (Rodrigo Borja).s
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