De fuentes Confiables

*El gabinete de «Teto»…

El presidente municipal electo, Héctor Murguía Lardizábal, prepara ya el equipo con el que volverá a gobernar esta ciudad de 2010-2013. Es claro que quien quede como Director de Desarrollo Social, es su potencial delfín, de ahí que en la posición se vea en primer lugar al diputado Jorge Gutiérrez Casas y algunos creen que persistirá con el amigo de la infancia Nayo Villar.

*Un suplente con funciones…

Hay quienes se inclinan por creer que el nuevo Director de Obras Públicas será el alcalde suplente Everardo Medina, quien es conocido constructor en la frontera y ha liderado a los empresarios de la construcción. Son menos los que le apuestan a Arcadio Serrano, pero también se le menciona.

*Antonio Andreu al gabinete…

Al parecer el actual líder del Comité Municipal del Partido Revolucionario Institucional, el diputado Antonio Andreu, ha logrado una gran química con Murguía Lardizábal y hay quienes lo ven en el gabinete. Conociendo su perfil es lógico presumir que irá a la Dirección de Desarrollo Económico.

*Otras posiciones…

En este juego de especulaciones que termina allá por el ocho o nueve de octubre, se menciona a la profesora Josefina Rodríguez, ex regidora y ex funcionaria en el sistema educativo estatal, como directora de Educación y Cultura.

*Jaloneo por la Secretaría del Ayuntamiento…

Dos nombres se mencionan insistentemente para ocupar la Secretaría del Ayuntamiento: el diputado Héctor Arcelus y el conocido abogado Javier Ito.

*La policía es el gran problema…

En donde no se ve la orilla, es en la Secretaría de Seguridad Pública. Aquí sí que no surgen nombres y es sin lugar a dudas la más delicada de las posiciones del gabinete dado la creciente violencia en el país y particularmente en Ciudad Juárez. Aquí hay quienes opinan que se debe poner a un ñoño, que sepa conservar la vida y no se meta en problemas entre las partes en pugna, esto es: que no intervengan en los asuntos de «La Línea» ni del «Chapo» Guzmán. Algo que tire a incoloro, incoloro e insípido, por lo menos hasta que termine el sexenio de Felipe Calderón y con ello su «guerra». Otra corriente habla de poner a una chucha cuerera, con el riesgo de enterrarlo pronto.