Bienvenidos

La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
Este sitio se ve mejor con Firefox de Mozilla. Descarguelo haciendo click aqui.

miércoles, 21 de julio de 2010

Ahora si…bombazos... Ciudad Juárez, sólo el campo de batalla de «La Línea» Vs federales

Por Rodrigo Borja
No era suficiente con ser la ciudad más violenta de México y la tercera en el mundo, sólo por debajo de Medellín y Bangkok, ahora en Ciudad Juárez, se da el narcoterrorismo, aun cuando el procurador Arturo Chávez Chavéz, no lo considere así. Una granada para detener el convoy de la Policía Federal, que cobró dos vidas y luego el estallido de un carro que buscaba acabar con la vida de los ocupantes de los dos vehículos que los seguían: resultado  tres muertos en el lugar de los hechos, más un ejecutado que sirvió de señuelo, aterrorizaron a los juarenses y sobre todo a quienes viven en los alrededores del lugar de los hechos.
La violencia escala en Juárez y la respuesta es irresponsable por parte de las autoridades competentes, de inmediato el comandante de la Quita Zona Militar, el general Eduardo Zárate, dio a conocer que en el atentado se utilizó el explosivo plástico conocido como C-4 y fue más lejos,  determinó que el carro-bomba tenía 10 kilos de este explosivo.
La cuarta víctima fue el doctor Guillermo Ortiz Collazo, quien salió de su consultorio a atender a quien fuera necesario. Los hechos sucedieron en el cruce de la Avenida 16 de septiembre y calle Bolivia de Ciudad Juárez.
Minimizar los hechos
La constante en las declaraciones oficiales fue la minimización del evento, como uno más en la «guerra» que se libra contra el narcotráfico y que de unas semanas para acá, según dijo el presidente Felipe Calderón, no es una batalla contra las bandas que trafican con estupefacientes, sino una cruzada nacional contra la inseguridad y la lucha contra las bandas que se dedican al trasiego y venta de narcóticos, son sólo una vertiente de esta lucha nacional, que según él dice, debe involucrar a todos, esto último de alguna manera se ha conseguido, por lo menos en Juárez, en donde difícilmente se puede encontrar a una persona que no haya sido víctima de un acto delictivo, o algún amigo o familiar.
Sobre los hechos en donde el carro-bomba fue central, a la apresurada del comandante de la Quinta Zona Militar, que es por demás irresponsable, se han levantado voces como la de Thomas Crowley, experto de la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos (ATD), quien indica que media libra de C-4 sería suficiente para lograr los daños del bombazo en Juárez. De hecho se especula sobre la explosión de otra granada o bien que haya sido TNT lo utilizado en el carro que explotó.
Un grafiti advirtió que habrá más carros-bomba, si los federales continúan apoyando al «Chapo» Guzmán, el mensaje iba dirigido a la DEA y el FBI y quien lo pintó no alcanzó a firmarlo, aunque se presume que fue de «La Línea» ya que el hecho se considera una represalia por el arresto de Jesús Armando Acosta Guerrero «El 35», señalado como el jefe de «La Línea», el brazo armado del cártel de los Carrillo Fuentes en Ciudad Juárez.
Sólo un día antes se había asesinado al sobrino del gobernador electo César Duarte Jáquez en la ciudad de Chihuahua, Mario Humberto Medina Velo, cuando se resistió a un secuestro, según versiones periodísticas.
Únicamente el diputado  Víctor Quintana Silveyra, del Partido de la Revolución Democrática, tuvo la lectura de que los dos eventos, son el recibimiento del crimen organizado a César Duarte Jáquez, teóricamente para intimidarlo, aun cuando la respuesta del gobernador electo en el sepelio de su sobrino, fue el de que se confrontarán a los grupos del crimen organizado con decisión.
El todavía procurador Arturo Chávez Chávez, declaró desafortunadamente que : «No tenemos ninguna evidencia de narcoterrorismo en México… lo del coche bomba en Juárez es sólo consecuencia de la descomposición social que se vive en la localidad y la confrontación de grupos delictivos…», o sea Juárez agoniza por culpa de los juarenses, y la acción de los tres niveles de gobierno, ¿En dónde está?
Una pista sobre la «descomposición social de Juárez», podría ser el decomiso de 20 vehículos de lujo estacionados en el hotel Fiesta Inn, propiedad de los policías federales que ahí se hospedan y de los cuales sólo nueve han sido acreditados por el  dueño con papeles de propiedad.
La tarea que viene para César Duarte y Murguía Lardizábal, es de pronóstico reservado, pero es evidente que un cambio se presentara a partir del mes de octubre del presente año, aun cuando el recibimiento a las nuevas autoridades electas, sea una escalada en la violencia y un evento que tocó en lo personal al gobernador electo.

No hay comentarios: