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jueves, 27 de septiembre de 2012

La infamia de El Barreal



En los últimos días la prensa local se ha ocupado de los graves problemas y la infamia que cometieron los llamados «desarrolladores de vivienda» en la zona conocida hoy como El Barreal, pero que siempre fue para los juarenses la Laguna de Patos. Se habla de la necesidad de derribar 1,500 casas y de una pérdida económica que supera los 500 millones de pesos.
Semanario en su edición No. 837 del 29 de julio de 2008 cuenta la historia que hoy se presenta como novedad. «En el verano del año 2000, Manuel Quevedo Reyes, dueño de la mayor parte del predio anteriormente conocido como “Lote Bravo”, y en el cual se ubica la «Laguna de patos» hoy conocido como El Barreal, fue a visitar la zona que se encontraba completamente inundada, de hecho sobre ambos márgenes del Boulevard Independencia. Llevó con él a amigos e ingenieros para que evaluaran el predio y buscaran una solución, era un grupo de cuatro personas.
«Pronto tuvo el dictamen de uno de los ingenieros de su confianza que lo acompañaron: era una zona en la que era imposible cualquier construcción, los lodos en su parte más profunda alcanzaban los 24 metros, las zonas más favorecidas tenían cinco y promediar en quince metros la profundidad de la capa de lodo era aceptable.
«El terreno era impermeable, al llegar el agua, como periódicamente lo había hecho durante siglos, estos se expandirían y lo harían impermeable, lo que significa que sólo se podría sacar mediante bombeo o bien esperar a que el sol la resecara.
«Impensable la construcción de vivienda.
«Pudo más la ambición. Se pidió un cambio del uso de suelo, y éste fue negado en primera instancia, el alcalde Gustavo Elizondo, se negaba sistemáticamente y alegaba que el IMIP no avalaba la obra. Ya el gobernador Patricio Martínez, por sus pantalones, había construido por medio del Instituto Chihuahuense de la Vivienda el fraccionamiento “El Mezquital”, que quedaba incluso fuera del fundo legal de la ciudad; era una zona que no tenía autorización del municipio para urbanizar o mejor dicho para construir vivienda.
«Fue el gobernador Patricio Martínez, que con “El Mezquital” inició, lo que hoy es un drama para más de 3 mil familias y que ha resultado en un gran negocio de los poderosos y sus cómplices, que no socios —sobre todo porque este fraccionamiento construido fuera de toda normatividad, abrió la zona al desarrollo urbano—.»
Entonces hubo incuria y corrupción por parte de las autoridades y mala fe por parte de los propietarios. Hoy hay miles de viviendas abandonadas y familias con escasos recursos invaden esas casas por no tener otra opción de vivienda sin importar que arriesgan la vida ya que las los inmuebles están fracturados y en muy malas condiciones.
En esta infame historia no debe olvidarse que fue en la administración de Jesús Alfredo Delgado que se obtuvo el cambio de uso de suelo para construir casas en una zona en la que se había advertido desde el principio no se podía realizar tal acción. Cómplices son muchos, como quien inició la construcción de las viviendas, el ingeniero Ernesto Mendoza Viveros, en fin, una infamia, en la que aún no salen a relucir los culpables y que merece una investigación a profundidad, con sus implicaciones en la otorgación de créditos de Infonavit, entre otros ángulos.
Editorial 1050

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