El narcotráfico: Global y gobernado por la oferta y la demanda

Por: Antonio Pinedo

Los estupefacientes se producen en todo el mundo, pero especialmente en Perú, Bolivia, Colombia, Marruecos, «El Triangulo Dorado» –Tailandia, Laos y Camboya- y la «Media Luna Dorada» en países del Medio Oriente. La consumen en todo el mundo, pero especialmente en Estados Unidos –que produce más del 50 por ciento de la marihuana que consume-, Europa y Orienté. Se trafica, en todo el mundo, pero especialmente en México, Haití, Balcanes y China. En fin un negocio global, que se rige bajo las leyes de la oferta y la demanda.

Sobre el consumo
Los consumidores de drogas ilícitas son infinitamente menos que los que consume alcohol o tabaco, sin embargo, su creciente número podría situarlos en la actualidad en el cuatro por ciento de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De todas las drogas prohibidas, la marihuana es la más requerida -en los mercados de Haití, se expone enseguida de cebollas y tomates-, aunque las drogas sintéticas ganan terreno entre los jóvenes de las zonas urbanas; en algunos estados de la Unión Americana, hay maquinas expendedoras de marihuana, en donde es legal su consumo. Sin embargo entre las clases pudientes, es de «status» el consumo de heroína.

Sobre su producción
Las leyes de la oferta y la demanda gobiernan este comercio ilícito. A mayor demanda mayor producción; por supuesto está expuesta a que una sobreproducción reduzca los precios. Y como cualquier otro negocio, los productores, ya sea en la región andina o en las grandes ciudades de los Estados Unidos, tratan de minimizar los costos y aumentar las ganancias.

Sobre el tráfico
El comercio global de estupefacientes, genera miles de millones de dólares anuales. Como generadora de recursos es tan importante como la industria turística mundial. Estos niveles de ganancias en el narcotráfico, lo hacen una de las industriasmás lucrativas y peligrosas del mundo de los negocios ilícitos.
La globalización de la economía, la desregularización bancaria y los acuerdos de libre comercio, son tierra fértil y herramientas ideales, prácticamente hechas a la medida de los grupos organizados para el tráfico de drogas, algunos de los cuales posee los recursos y organización de grandes empresas multinacionales.

Una industria global
Claramente estamos ante un fenómeno de alcances mundiales, situación que por otra parte inició exactamente en 1914, cuando los Estados Unidos prohibieron la entrada de opio por parte de traficantes chinos, dirigido especialmente a la creciente comunidad china de California, que se habían asentado en ese estado luego de haber trabajado en el tendido de vías para el ferrocarril en la segunda mitad del siglo XIX.
Si habláramos únicamente de nuestro continente, tendríamos que plantear que Perú y Bolivia, son los dos principales productores de la hoja de coca, lo son desde hace miles de años, son los campesinos pobres de los valles andinos, los menos beneficiados en este ilegal tráfico, en la cadena siguen los procesadores de la hoja de coca, para convertirla en cocaína, que se encuentra especialmente en la zona amazónica de Colombia y en una vista rápida y simple, llegamos a los cárteles colombianos y mexicanos, que organizan el trasiego por todo Centroamérica y el Caribe, para llegar al gran mercado con son los Estados Unidos, en donde por todo su territorio circula, se vende y consume todo tipo de drogas.

La guerra mexicana
El marco anterior es en el que el gobierno de Felipe Calderón inició en diciembre de 2007 la «guerra contra el narcotráfico», en estos dos años miles han sido los muertos a todo lo largo y ancho del, país y en lo que va del presente años, Ciudad Juárez, con más de mil ejecutados supera todos los, acontecidos en el estado de Sinaloa, en donde históricamente surgen y se nutren las bandas de traficantes.
Es importante ruta en el tráfico de enervantes nuestro país hacia los Estados Unidos, según el Departamento de Estado de los EE. UU. El 90 por ciento de la cocaína que llega a ellos pasa por suelo mexicano. También por nuestro país pasa el 40 por ciento de la heroína que se consume en el vecino país y la marihuana ocupa un tercer lugar, porque aun siendo lo que más consumen los vecinos, ellos son los principales productores, está cerca de atender el 60 por ciento de sus necesidades domésticas con la producción casera o industrial intramuros.
La secuela de corrupción y muerte que la demanda de estupefacientes de los Estados Unidos, provoca en nuestro país, es un hecho lamentable. Pero, no es con una guerra delimitada en el territorio nacional, como se podrá acabar con esta industria global. Urgen nuevas medidas y enfoques en la lucha contra el narcotráfico en México, un mayor énfasis a reducir el consumo interno, por ejemplo y a tratar como enfermos - que eso son-, a los mexicanos atrapados en estas adicciones.s

Violencia de los cárteles de la droga.
El narcotráfico es el segundo mayor problema que enfrentan los mexicanos después de la corrupción, y muchos creen que la narcocultura está siendo glorificada en el país.
Estas son algunas de las principales conclusiones de una encuesta comisionada por BBC Mundo a la empresa Synovate sobre el narcotráfico en México.
En ella, 42% de las 1,266 personas que respondieron afirma que se siente más inseguro que hace un año. La encuesta se llevó a cabo entre mexicanos de entre 18 y 64 años, del 28 de julio al 20 de agosto en México DF, Guadalajara, Monterrey, Hermosillo, Mérida, Querétaro y Culiacán.
El estudio forma parte de una investigación que BBC Mundo hizo sobre el impacto del narcotráfico en los valores y las costumbres de algunos sectores de la sociedad mexicana.
Al ser consultado sobre estos resultados, el subsecretario de Seguridad Pública de México, Facundo Rosas, señaló que se está llevando a cabo campañas de sensibilización en los sectores más vulnerables de la sociedad.
Apoyo al gobierno
A pesar de estas percepciones, los mexicanos entrevistados también expresaron su aceptación hacia la campaña militar iniciada por el gobierno contra el narcotráfico.
De hecho, un 68% de los encuestados expresó su aprobación a esta medida y 53% considera que la actuación de la presidencia de Felipe Calderón ha mejorado en el último año.
Más aún, 58% es optimista de que la guerra contra las drogas puede ser ganada.
Sin embargo, 80% de los encuestados también expresó la necesidad de encontrar otras alternativas para ganar esta lucha. ¿A qué se deben estas visiones opuestas? Quizás se deba a que existe una percepción de que la vía militar no es la única solución al problema.
Para el 62% de los encuestados, el crecimiento de los cárteles se origina en problemas sociales como el desempleo o el estado actual de la economía.
Otro dato sorprendente es que 22% de los mexicanos que participaron en la encuesta dijo conocer directamente a alguien que estuvo o está vinculado al negocio del narcotráfico. S

Las economías paralelas del narco
En estas fechas hace dos años, la ciudad de Uruapan en Michoacán saltó a los titulares. Las razones no eran las lluvias desbordadas o el impacto de algún terremoto, sino un incidente macabro en el bar «Sol y Sombra» de esa ciudad.
De manera tan insólita como inesperada, las cabezas de cinco hombres decapitados fueron lanzadas a la pista de baile.
Hasta esa noche, este bar, ubicado en la carretera Uruapan-Pátzcuaro en la colonia Bella Vista, ofrecía servicio de «table dance» y se llenaba de forma habitual.
Michoacán, como su vecino Guerrero, son dos estados que han sido marcados por la violencia asociada al narcotráfico.
Si bien durante décadas ambos estados han figurado en la geografía de la economía de las drogas ilícitas en México, la página roja del narcotráfico en ambos estados coincide con el desvío de las rutas de cocaína a territorio mexicano, y más concretamente al Océano Pacífico.
Michoacán y Guerrero tienen una larga franja litoral sobre el Pacífico.
En efecto, bordeando el lindero entre ambos estados se encuentra Lázaro Cárdenas, el puerto más dinámico del Pacífico mexicano - punto de entrada y salida de mercancías con un movimiento cada vez más intenso, que en menos de una década, en el período 1999-2008, pasa de 4,475 a 197,149 contenedores al año. Al transitar las carreteras de ambos estados el viajero se topa con los signos más ostensibles del «boom» de una economía ilícita cada vez más violenta.
Al recorrer con la mirada el filo de la carretera, cerca de la salida o la entrada de los poblados aparecen las discotecas obligadas, los lotes de venta de autos usados que aparecen y desparecen como por arte de magia, moteles que anuncian una promoción especial de $100 a 150 pesos (unos US$10 a US$15) la renta de habitación por tres horas y desde luego, también, el servicio funerario disponible las 24 horas.
En México, como en tantos otros países, el narcotráfico es una de las muchas actividades que forman parte del crimen empresarial ilegal.
De una economía en la que los bienes y servicios que se intercambian son ilegales -ya sea por su propia naturaleza o en virtud de los medios que se utilizan-, pero en la que también encontramos una buena dosis de consentimiento.
Pero el narcotráfico es mucho más que un simple sector en una economía ilícita. Es a la vez un accionista de muchas de las actividades «empresariales» antes descritas, y es también un agente multiplicador de espacios de impunidad.s