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viernes, 10 de octubre de 2008

Un poco de Sensatez: Calderón pone a debate despenalizar las drogas


Por: Antonio Pinedo
La propuesta del presidente Felipe Calderón, de despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de droga, mas allá de lo que deje el debate que con esta propuesta se abre, es un atisbo de sensatez en la lucha que sin pensarlo inició hace casi dos años. Ahora habla de que es un problema de carácter internacional y que las medidas que se deben de tomar deben de estar en el ámbito internacional, aunque sea a 22 meses de iniciada la cruzada, es el primer paso firme para acabar con el reguero de muertos por todo el territorio nacional.


Una vieja propuesta
Lo interesante y novedoso de esta propuesta es que venga del propio presidente de la república y que éste sea emanado del Partido Acción Nacional, que aunque se autodenomina de centro es claramente el partido más a la derecha en el espectro nacional.
Sin embargo, la propuesta de despenalizar el consumo de marihuana, viene en nuestro país, para sólo hablar de los tiempos recientes, de la posición de intelectuales como Carlos Fuentes, Octavio Paz y Carlos Monsiváis, quienes en los años setentas hicieron alegatos sobre su despenalización, en cantidades que fueran claramente para uso personal.
Actualmente en el mundo se da el debate y en diez estados de la Unión Americana, hay leyes estatales que permiten su uso para fines terapéuticos: Alaska, Colorado, Hawaii, Maine, Montana, Nevada, Oregon, Vermont, Washington y California. Aun cuando hay una sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos, de junio del 2005, que intenta que la medida prohibitiva, abarque a los cincuenta estados del país.
En Holanda está permitida la venta y consumo de la marihuana y sus derivados en los llamados coffee shops.
En Argentina desde marzo del 2008, el gobierno presentó en la ONU en su tradicional política antinarcóticos, apuntando hacia una despenalización del consumo de drogas, para tratarlos como un problema de salud.
El ministro de Justicia argentino, Aníbal Fernández dijo ante la ONU, que «es necesario cambiar las convenciones vigentes» sobre el consumo de narcóticos para adecuarse a la realidad actual, «El paco» –así llaman a la marihuana coloquialmente en argentina- está haciendo estragos. Debemos dejar de ser hipócritas: los jóvenes también se enferman por el consumo de alcohol y pastillas a las que acceden libremente, y los criminalizamos por la tenencia de un cigarrillo de marihuana», dijo Fernández.
Apelando a un cambio del sistema, el ministro dijo que Argentina va a revisar las normas. «En nuestro país, a diferencia de Brasil o Uruguay, Suiza, o España, se copió a ultranza la Convención en los 90 [se refiere al acuerdo de la ONU de 1989 sobre estupefacientes], persiguiendo al que tiene un problema de salud igual que al traficante. Esto no puede seguir así y no va a seguir», dijo el argentino.
La cannabis entró al continente por Chile en 1545 y también allá se da un debate sobre su despenalización y entre los argumentos más repetidos están que desde hace ocho mil años, hay vestigios del cultivo y uso de la planta, para diversos usos, incluso para hacer papel, como el que se uso en el Acta de Independencia de los Estados Unidos.
El debate pues es viejo y global, porque la corrupción y la sangre que riega su tráfico ilegal es igualmente global. Estados Unidos, el principal consumidor, empezó a perseguir a los consumidores hasta hace 71 años, antes no era delito ni problema, ni dejaba miles de muertos regados en las calles como sucede en Ciudad Juárez.
El investigador y especialista en el tema Jorge Chabat, del CIDE, dice «…la propuesta del presidente Calderón de fijar cantidades máximas de portación de droga para uso personal es una muestra de sensatez en un país acostumbrado a tratar de modificar la realidad por decreto. Estos cambios permitirán dejar de perseguir a los adictos a las drogas, los cuales son enfermos, no criminales, como lo señala el propio presidente Calderón y como lo han dicho decenas de expertos en el tema a lo largo de muchas décadas.
«La descriminalización del con-sumo de drogas no resuelve, desde luego, el problema de la corrupción y la violencia del narcotráfico, cuyo origen está precisamente en la prohibición. Sin embargo, sí ayudaría a concentrar las fuerzas del Estado en el combate a las bandas criminales y evitaría la extorsión de los adictos por parte de las autoridades».
Ya en marzo del 2000, el mismo miembro del Centro de Investigación y Docencia Económica, publicó un amplio trabajo en Letras Libres, llamado «La guerra imposible», advierte que la guerra contra el narcotráfico pone en riesgo el pacto social y hace aflorar, los limites de la soberanía nacional, nos advierte sobre la precaria situación del Estado en esta paradójica batalla que no se puede ganar, perder ni dejar de combatir.

Antecedentes inmediatos
El 2 de octubre el presidente Felipe Calderón, envió al Senado una iniciativa de ley en la que se legaliza la posesión de pequeñas cantidades de sustancias consideradas ilegales. Como se recordará el congreso en el último año de Vicente Fox, votó una ley que permitía lo mismo que ahora pide Calderón. Todos los partidos estuvieron de acuerdo. Pero Vicente Fox, vetó la ley al parecer por presiones de los Estados Unidos. Las cantidades que propone el presidente son verdaderamente pequeñas, por ejemplo en el caso de la marihuana, es de dos gramos, menos de lo que se requiere para un cigarrillo.
Incluso con lo anterior, sin importar la timidez, de la iniciativa presidencial, es un paso importante para el tráfico al menudeo de la droga, sobre todo de la marihuana, que es la más popular.
A finales de los años treintas, en el gobierno de Lázaro Cárdenas, la lucha antidrogas se daba desde la Secretaría de Salubridad y Asistencia, o sea se trataba como un problema médico y el principal responsable de esa lucha, el doctor Leopoldo Salazar Viniegra. Sostenía que había una sola manera de de detener el tráfico ilegal de estupefacientes, la creación de un monopolio estatal, en que se vendería a los adictos la droga a precios bajos, a costo y a la par realizar una gran campaña contra su uso y fundar hospitales para el tratamiento de los enfermos.
Salazar sostenía, hace 70 años, que era imposible acabar con el tráfico de drogas «debido a la corrupción policíaca y de los agentes especiales, y por la riqueza e influencia política de algunos traficantes», como lo cita Luis Astorga, investigador de la UNAM, en su libro «Drogas sin fronteras».
Estamos pues ante el primer paso sensato del gobierno, en esta guerra contra el narcotráfico, que como dice el especialista Jorge Chabat, es imposible de ganar, de perder ni dejar de combatir.
Es bueno escuchar del presidente que «tenemos que hacer valer la voz del Estado y la fuerza de los mexicanos para decir no a la esclavitud de las adicciones y nunca ver a nuestro país sometido a los intereses de los criminales. No lo va a permitir México, no lo va a permitir mi gobierno…» por primera vez una en esta extraña guerra, una actitud realista.s

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperemos que esta ley se apruebe !Ya basta de penalizar al consumidor! y proteger a los que venden la droga