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viernes, 6 de marzo de 2009

Escenarios Políticos

Las cosas por su nombre
Estado de excepción en Juárez


* La frontera gobernada por militares
* La incontinencia de Ramón Galindo
* Lejos de los Estados Unidos
Por Antonio Pinedo

Siempre será saludable decirle a las cosas por su nombre. La inseguridad pública en Ciudad Juárez ha llegado a niveles tales, que se hizo necesario entregar áreas muy importantes de la administración pública a manos de militares, según lo declaró el propio alcalde José Reyes Ferriz.
La macana y la registradora
En los corrillos políticos locales se suele recordar una anécdota de principio de los años sesentas en Ciudad Juárez. Siendo alcalde Humberto Escobar, era un hecho conocido de todos que su presencia era meramente emblemática y que los hilos del gobierno local se movía por el propio gobernador Teófilo Borunda, desde la capital del estado, a través de miembros de su gabinete que eran clave, como el jefe de la policía y el tesorero entre otros.
Por lo anterior se decía que si se quería gobernar, no se debería soltar ni la caja registradora, ni la macana. En Juárez, dadas las difíciles condiciones se ha soltado la macana, misma que por otra parte no estaba en manos de la policía sino del crimen organizado y ahora la tiene el ejército. Se llegó a este estado de excepción luego de más de dos mil ejecuciones en menos de dos años.
¿Por qué en la ciudad de Chihuahua, en donde también las ejecuciones se cuentan por cientos, la agenda del alcalde Carlos Borruel es tan nutrida en trabajo propio de un presidente municipal e ignora olímpicamente el asunto de las ejecuciones al estilo del narcotráfico?
Más aún, el presidente dice que no está en su agenda de gobierno el asunto de inseguridad por crímenes o delitos contra la salud por quedar fuera de su competencia. Simplemente ignora el asunto y se dedica a eventos en los que besa a viejitas, levanta en brazos a niños y saluda cientos de manos todos los días. Parece candidato en campaña. Tampoco ha soltado la registradora ni la macana. De hecho con la reciente renuncia del tesorero, más identificado con el ex alcalde Juan Blanco, recuperó la registradora. ¿Por qué en Juárez el alcalde no puede dedicarse, en lo que a seguridad pública se refiere, a la prevención y dejar en manos de la federación el asunto de las ejecuciones?

El pez por su boca muere…
El senador Ramón Galindo Noriega, ex alcalde de Ciudad Juárez, sigue con su vieja costumbre de hablar con mucha rapidez. Ya olvidó los estragos de que causó a su carrera política el haber dicho que dos de las regidoras, por cierto de extracción panista, tenían problemas hormonales.
Su más reciente desliz verbal fue el haber declarado que actualmente para ser alcalde de Juárez o se es corrupto o loco. Todo a consecuencia de las miles de ejecuciones que en los últimos poco menos de dos años han regado las calles de la frontera.
Galindo Noriega, quiere olvidar su aportación a este caótico estado de cosas, que para nada es menor. Durante su administración se empeñó en sostener en el puesto de jefe de la policía al ex regidor Reygadas, quien simplemente nada sabía de lo que pasaba al interior de la corporación y en su afán por conservarse impoluto, evitaba inmiscuirse en los asuntos relativos a la policía y dejó todo en manos de un capitán de apellido Falcón.
Fue en su administración cuando se formó el llamado «Cártel de los capitanes». Es muy simple la premisa: no es necesario estar bien con Dios, si con los angelitos hay buena relación. Fue probablemente en su administración en donde la corrupción policial floreció más. Así fue y llegó a darse cuenta de los desaguisados que su impericia y falta de conocimiento había creado en la corporación, que se aventó el «tiro» de jubilar al capitán Falcón, con un abultado salario y con menos de cuarenta años encima.
O sea que los juarenses estamos pagando un muy buen salario cada quince días al famoso capitán Falcón, como premio a la penetración que logró el narcotráfico en la corporación en ese período y que por no poder comprobarlo, pero tampoco tener dudas sobre el papel nefasto jugado por el jefe operativo de la corporación se optó por el retiro dorado.
Ramón Galindo, debería tener mejor memoria y más cuidado al hablar.

Tan lejos de Dios y tan lejos de los EU
Se adjudica a Porfirio Díaz la siguiente frase: «pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos». Todo es relativo, lo cierto es que también se dice que un primer ministro japonés dijo en algún momento que lo que le faltaba a su país era un metro de frontera con los Estados Unidos.
Lo anterior viene al caso porque es evidente que los vecinos del norte son muy importantes para nosotros en términos sobre todo económicos y nosotros para ellos no estamos entre los primeros puntos de la agenda.
Mientras el presidente Calderón, acude presuroso a invitar al presidente electo Barack Obama a una reunión en Washington, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, hace un primer viaje de ocho días a China y luego se traslada al Medio Oriente. Es evidente que en la agenda de los Estados Unidos está por encima de todo el asunto económico y China juega un papel muy importante y luego consideran como tema de seguridad interna, los acontecimientos en el Medio Oriente, por ser el principal proveedor de petróleo.
Y los miles de muertos al sur de la frontera, que por lo menos en el discurso están ofreciendo su vida para evitar que la droga pase a los Estados Unidos, no merecen prácticamente ninguna consideración, salvo avisos a sus connacionales de que tengan mucho cuidado de viajar a México y a su soldados que no lo hagan sin un permiso que es muy complicado en sus requisitos.s


1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que tengan suerte en el nuevo pais por el que estan luchando. Y que puedan seguir dandole batalla, no al narco,desde Argentina, mis mejores saludos.