Escenarios Políticos

Martha Lara Alatorre,

en Juárez no cayó bien

* «Todo lo quieren para Chihuahua»

* Ferriz, con César Duarte Jáquez

Por Antonio Pinedo

El principal auxiliar de John Cook, al alcalde paseño, en una ocasión se acercó a un funcionario municipal en la administración de Héctor Murguía Lardizábal; una compañía de telecomunicaciones norteamericana, proponía a las dos ciudades: Juárez-El Paso, conectividad con internet al cien por ciento, o sea que en ambas ciudades hubiera servicio inalámbrico gratuito para la población en general, pagado por las entidades que ya en ese momento lo tenían para su usuarios, como lo eran ambos gobiernos municipales, hoteles, maquiladoras etc.

Ante la sugerencia de reunirse con representantes del gobierno de Reyes Baeza, para involucrar en el proyecto a esa esfera de gobierno, el funcionario paseño, fue muy claro: no quiero plantearle nada al estado, porque todo lo quieren para Chihuahua y a nosotros nos interesa el crecimiento de Juárez y El Paso.

Lo anterior me vino a la memoria cuando la presidente de la Asociación de Maquiladoras A.C. (AMAC), reaccionó negativamente al nombramiento de Martha Lara Alatorre, como Secretaria de Desarrollo Industrial de Gobierno del Estado.

La presidente de AMAC, María Soledad Máynez Bribiesca fue clara al declarar: «El gobernador nos volvió a fallar en esta decisión y no nos tomó en cuenta. Necesitábamos en ese puesto a una persona que conozca la industria, a una de Juárez, porque no estamos para experimentar ni para capacitar a una inexperta. Requerimos intervención efectiva,

«Urge que se retribuya con decisiones sólidas, ejecutivas y no políticas, la contribución de Juárez en un 70 por ciento al Producto Interno Bruto estatal».

La reacción tanto del gobernador, como de la propia Marta Lara, fueron: la primera en el sentido de dar el espaldarazo a la diplomática y la segunda fue muy a tono con su carácter de embajadora, que lo será hasta el fin de sus días, porque son cargos que nunca se pierden: simplemente le sacó al bulto con la elegancia de lo que es, una avezada diplomática.

Las maquiladoras habían propuesto a dos juarenses para el puesto, a un ex director de AMAC, Carlos Riquelme y a un híbrido muy raro, mezcla de policía-conocedor de las fontanerías del sistema-operador de trabajos sucios de la familia Salinas-amigos de impresentables personas y por otra parte un funcional ex director de la delegación local de la Secretaría de Comercio, que dejó buen sabor de boca entre los industriales y que hoy es de los principales operadores políticos de César Duarte Jáquez, no obstante haber sido por alrededor de 90 segundos el virtual vicepresidente de Ciudad Juárez, con Héctor Murguía Lardizábal: Carlos Salas, a quien Joaquín Hernández Galicia «La Quina», se levanta mentándole la madre y se va a la camita deseándole lo peor.

Se arman los bloques

El próximo 5 de julio habrá elecciones para el cambio de 500 diputados en todo el país, eso es lo que tiene preocupada y ocupada a la clase política nacional, pero Chihuahua, parece vivir en una ínsula. Las elecciones del próximo julio son importantes, pero se imponen sobre de ellas las elecciones para la sucesión de gobernador en 2010.

Se empiezan a crear bloques y como dijo el gobernador José Reyes Baeza en agosto del 2003: «es tiempo de buscar alianzas y apoyos». Le hacen caso los tres priistas en la carrera (por estricto orden alfabético): César Duarte Jáquez, Héctor Murguía Lardizábal y Oscar Villalobos Chávez.

Es interesante ver como el alcalde de Ciudad Juárez, parece tomar ya posición para los próximos años y sus quereres los manifiesta por el diputado parralense y trata de meter a la jugada al rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, el licenciado Jorge Quintana Silveyra. Aparentemente en disonancia con el gobernador, lo cual parece muy extraño, porque en política siempre ha sido lo que se llama un niño bien portado.

Es claro que en la administración municipal de Ciudad Juárez se tiene muy claro que la próxima sucesión sería deseable se definiera por César Duarte Jáquez y de ser posible meter a la jugada al rector. Lo que es impensable en ese ámbito de gobierno es que tales posiciones queden en manos de Héctor Murguía Lardizábal y Víctor Valencia de los Santos. Como que éstas entidades políticas se agarraron un «odio jarocho» que no es fácil explicar si no se tienen a la mano los elementos: los hechos o los dichos que fueron creando la distancia sobre todo en el caso de Murguía y el alcalde, ya que el primero fue muy importante en la selección y posterior triunfo del segundo.

En fin, los bloques se fueron creando ante la falta de una señal clara del gobernador Reyes Baeza, quien ahora enfrentará algunos problemas para aquietar a la gallera.