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lunes, 8 de febrero de 2010

Otra «graciosa huida»: Valencia para alcalde... se requiere «cara dura»


 Por Antonio Pinedo

            A sólo unas horas de la masacre que conmueve a Ciudad Juárez y repercutió como ningún otro crimen en nuestro país en los medios de comunicación mundiales, el político Víctor Valencia de los Santos deja la Secretaría de Seguridad Pública Estatal e inicia labores proselitistas para ser alcalde de Ciudad Juárez.
            Sorpresa e indignación fue la primera reacción de la opinión pública nacional, ante esta nueva «graciosa huida», del político juarense, que en los últimos seis años ha sido salvado por el señor gobernador José Reyes Baeza, del descrédito total y ha mantenido viva su precaria carrera política, prácticamente sostenida por su voluntad personal sin importar la opinión del electorado.
            En los diez meses que duró al frente de la SSPE, se registraron más de 2,400 asesinatos en la ciudad que ahora pretende gobernar, no  pudo combatir la inseguridad pública en la frontera desde el lugar de privilegio que le significaba el encabezar la secretaría encargada del combate al crimen, qué elementos hay para suponer que pueda tener algún éxito como alcalde de Ciudad Juárez.
           
            Reacciones iniciales
            A menos de doce horas del asesinato de 15 personas en su mayoría estudiantes de preparatoria en Villas de Salvárcar, a manos de un grupo de sicarios de al menos 15 personas, que dispararon en forma indiscriminada en una fiesta que realizaban los jóvenes en un domicilio de la citada colonia ubicada al sureste de Ciudad Juárez, el priísta Víctor Valencia de los Santos dejó el cargo en forma por demás precipitada,  en un evento apresurado a las diez de la mañana del domingo siguiente a la masacre.
            «Bajo Reserva», columna de El Universal de la ciudad de México, habló de una «candidatura ensangrentada» y de la «cara dura» de Valencia de los Santos, el lunes 1, este mismo día la primera plana de periódicos como El País, de España, consignaban la nota, The New York Time, en su primera sección daba cuenta del trágico acontecimiento, en fin los periódicos del mundo e incluso la agencia de noticias árabe Al Jazeera, que diariamente documenta eventos en una zona de guerra, difundió con alarma los hechos.
            Los medios de comunicación electrónica de los Estados Unidos y por supuesto los de nuestro país, abrieron sus espacios noticiosos con la matanza de jóvenes, los hechos siguen conmocionando al todo el país a y mantienen a los juarenses en el estupor y la indignidad, la única persona que toma las cosas con calma es Víctor Valencia, quien con la mirada fija en su proyecto personal de ser alcalde de Ciudad Juárez, al parecer no aquilata la gravedad de los acontecimientos.

            No pudo… ¿podrá con la alcaldía?
            Las cifras hablan por sí solas y los múltiples señalamientos de la prensa fronteriza sobre la pobre y sesgada actuación de Valencia de los Santos, al frente de la seguridad pública de la entidad.
            Las acusaciones de favorecer la vigilancia en negocios de Federico de la Vega o en zonas residenciales de pudientes, está documentada periodísticamente. También está documentado el ejercicio de 875 millones de pesos en 2009, que hasta el momento ha sido el año más violento en la entidad y particularmente en Ciudad Juárez. No parece haber asidera para las pretensiones políticas de Valencia, que sorprende a los medios de comunicación nacional, que comentan con sorpresa que luego de la multicitada masacre de jóvenes, todavía tenga en sus planes ir por la presidencia municipal abanderando al PRI.

            La mano salvadora
            Es claro que en los últimos seis años quien han mantenido con aliento en la vida política al juarense es el gobernador José Reyes Baeza, quien al parecer aún le dura el agradecimiento con Víctor Valencia, por haber sido este el único diputado y uno de los pocos políticos en la entidad, que apostaron por él a tiempo y en forma decidida en la lucha preelectoral del 2004, por la candidatura del PRI a la gubernatura, que  el hoy gobernador sacó del bolsillo, según algunos observadores políticos, a Víctor Anchondo Paredes, el delfín del entonces gobernador Patricio Martínez.
            En la elección federal de 2006, es un hecho que el conteo de votos en el IV Distrito Federal Electoral, fue suspendido por una llamada desde el CEN del PAN, ya que en el conteo la precaria ventaja de Valencia de los Santos, sobre la panista María Antonieta Pérez, se reducía peligrosamente, hay quienes aseguran que de haber continuado la revisión de votos en las casillas sospechosas el resultado final habría sido otro.
            No obstante su sospechoso triunfo electoral, el agradecido gobernador lo nombró líder de la bancada priista de Chihuahua y desde esa posición obtuvo la lucidora encomienda de investigar al ex presidente Vicente Fox, por enriquecimiento inexplicable, lo cual le empezó a dar cierta notoriedad a nivel nacional. La investigación, es de todos conocido, no iba a ninguna parte, entendiendo por algún puerto el documentar el enriquecimiento inexplicable del ex presidente panista y  la mano salvadora del gobernador Reyes Baeza, lo sacó de la diputación y lo trajo a Ciudad Juárez, como su representante, en donde fue investido en un evento fastuoso y nunca antes visto, ni posteriormente repetido.
            El domingo pasado a diez hora de la masacre de estudiantes en Ciudad Juárez, nuevamente la mano de su benefactor, le adelanta la salida de la SSPE, y por lo, menos no tienen que responder a las interrogantes del sangriento evento, desde la posición de titular de la seguridad pública estatal. Sin importar la imagen de huida que los cambios de gabinete en domingo podrían despertar.
           
            Juárez, otra vez
            La frontera vuelve a ser objeto de la atención mundial por eventos lamentables, seguramente las muertes de los estudiantes tendrán el mismo fin que los más de seis mil crímenes en Chihuahua en los últimos  tres años, los años de la llamada «guerra contra el narcotráfico»: la impunidad.
            Sin embargo vale la pena consignar la encuesta que el  Gabinete de Comunicación Estratégica, realizó para el periódico Milenio, de la Ciudad de México, sobre el hartazgo y la incredulidad que en las instituciones y el gobierno , tiene el pueblo de Ciudad Juárez: el miércoles en una muestra telefónica de 500 personas,  quedó en claro  que el 65% de los juarenses no cree que el único detenido por la matanza tenga algo que ver en el asunto, se inclina la opinión pública por creer en el «chivo expiatorio»; sólo un 8 por ciento cree que si es culpable y un 27% dice no saber. También un 55% califica mal o muy mal la actuación del ejército en Juárez y un abrumador 87% cree que se debe de cambiar de estrategia en la lucha emprendida por el presidente Calderón Hinojosa a solo diez días de haber tomado posesión.
            Mientras el país no sale del estupor y en los juarenses crece la indignación y elevan cada vez más la voz en reclamos al gobierno por este anegamiento en sangre en que vive la ciudad… Víctor Valencia, con un cuerpo de cuatro guardaespaldas, planea su llegada a la alcaldía de Ciudad Juárez, con las siglas del PRI, hay quienes dicen que cuenta con la mano protectora del gobernador.


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