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viernes, 1 de abril de 2011

Felipe Calderón, un Elliot Ness frustrado

 Por Rodrigo Borja


En dos años el presidente Felipe Calderón, pasó a ser para el presidente de Estados Unidos Barack Obama, de un “Elliot Ness mexicano” a un presidente frustrado por el fracaso en la lucha contra el narcotráfico, no se reconoce, pero el cambio de opinión al parecer tiene que ver, con la forma en que el presidente de México forzó la renuncia del embajador Carlos Pascual.
Es evidente la irritación que causó en Hillary Clinton, el tener que aceptar la renuncia de su enviado diplomático, por el enojo del Felipe Calderón, ante las filtraciones de WikiLeaks, en las que se pone en evidencia que para Carlos Pascual, el partido del presidente mexicano tiene precandidatos “débiles y grises” para enfrentar la futura sucesión presidencial, situación que causó el enojo del primer mandatario mexicano.
Sin embargo, no se ha manifestado igualmente indignado por la operación “Rápido y furioso”, que permitió la entrada de entre 2,500 y dos mil armas a territorio nacional, en donde en los últimos cuatro años, la “guerra” que se libra contra el narcotráfico ha cobrado la vida de más de 35 mil mexicanos y un norteamericano.
Sobre esta “guerra” la actitud de Washington era de reconocimiento y apoyo público, y críticas privadas, hasta la declaración de Barack Obama en El Salvador, sobre la frustración de Calderón y el fortalecimiento de los cárteles. Lo que implica un fracaso en la “guerra” que ha sido la razón de ser del gobierno calderonista.

Cuando era un Elliot Ness

En la capital de los Estados Unidos, Barack Obama comparó la lucha del presidente mexicano Felipe Calderón contra el narcotráfico con la de Elliot Ness, el famoso agente federal del tiempo de la prohibición del alcohol, contra el mafioso Al Capone.
Esto fue el 30 de marzo de 2009, allí resaltó la actuación del mandatario mexicano contra los cárteles de las drogas: "Está encarándolos, de la misma manera que Elliot Ness enfrentó a Al Capone durante la época de la Prohibición, con frecuencia eso causa más violencia, y estamos viendo que eso está aflorando", dijo.
Eran tiempos de buen entendimiento, por lo menos en los discursos:"Tenemos que reducir la demanda de drogas. Necesitamos hacer nuestra parte para reducir el flujo de dinero y armas hacia el sur. Esta es una calle de dos sentidos", agregó el mandatario.        
"Esta semana presentamos una iniciativa integral para ayudar a las regiones de la frontera que son amenazadas por estos cárteles de la droga a proveer ayuda al gobierno mexicano, y para asegurar que en nuestro lado de la frontera tenemos más personal y más equipo de vigilancia", comentó, en una entrevista con Bob Schieffer, del programa de televisión "Face the Nation" de la cadena de televisión CBS.
Calderón frustrado
El pasado 23 de marzo, a casi dos años de las declaraciones anteriores, Barack Obama, dijo en la última escala de su primera gira por Latinoamérica, “En conjunto, la relación con México es muy fuerte. El reto es que los cárteles de la droga se han fortalecido, y el presidente Calderón tiene justa frustración”, dijo en entrevista con la cadena CNN, al referirse a las recientes críticas del presidente Calderón a una falta de colaboración de EE.UU.  en el combate a la delincuencia organizada. “Pero tenemos que compartir los problemas y las cargas, debemos reducir la demanda de consumo en Estados Unidos”, dijo Obama.
El factor Pascual
Cuatro días antes de las declaraciones de Obama en El Salvador, la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton anunció la renuncia del embajador en México Carlos Pascual, un diplomático al que el presidente Felipe Calderón ha criticado abiertamente tras las filtraciones de WikiLeaks.
En un comunicado Clinton dijo: "Siento mucho anunciar que el embajador Pascual ha pedido al presidente (Barack) Obama y a mí que aceptemos su dimisión como embajador en México” calificó al diplomático de "un arquitecto y defensor de la relación entre EE.UU. y México".
El comunicado dice que con su decisión Pascual busca asegurar la continuidad de los estrechos vínculos entre ambos países y evitar problemas a raíz de asuntos planteados por el presidente Calderón que podrían obstaculizar "el avance de los intereses bilaterales.
“El presidente Obama y yo hemos aceptado su dimisión con gran renuencia". El roce inicio cuando Calderón sugirió en declaraciones al diario The Washington Post que las filtraciones de WikiLeaks habían dañado las relaciones bilaterales y que podrían llevarlo a suspender la colaboración con Pascual.
Felipe Calderón destacó en particular en sus declaraciones al Post un cable diplomático en el que se señalaba que los militares mexicanos tienen "aversión" al riesgo.
Respecto a Pascual, Calderón dijo al diario que la confianza "es difícil de construir y muy fácil de perder". Al parecer el cambio de Elliot Ness a presidente frustrado por el fracaso, pasa por la forma en que Calderón, forzó la salida de Carlos Pascual y finalmente se deja en claro la posición y pensamiento de los vecinos del norte, con respecto a la “guerra” de Calderón y su falta de escrúpulos para realizar operaciones como “Rápido y furioso”, que extrañamente no ha concitado el enojo presidencial.

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