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jueves, 21 de julio de 2011

Tras los pasos de… Marco Quezada



1.-Las críticas de Rodrigo de la Rosa a la administración de Marco Quezada, son la evidencia de que las relaciones entre el alcalde de la ciudad capital y el gobernador César Duarte, no son lo armónicas que podría parecer o fuera de desearse. Es sólo el principio de lo que seguramente será una relación que se deteriorará cada vez más… simple y llanamente pertenecen a equipos políticos diferentes, incluso cuando sean del mismo partido, el PRI. Es claro que Marco Quezada tiene sus querencias, lealtades y planes políticos a futuro, con su compadre el ex gobernador José Reyes Baeza, quien lo llevó a la actividad política y al servicio público siendo muy joven el alcalde, apenas con unos veintidós años, fue en la administración de Fernando Baeza, quien el próximo año cumplirá 20 años de haber concluido su gestión, así de vieja es la sociedad política y la amistad entre ambos.
2.- Decíamos que es la evidencia, porque Rodrigo de la Rosa es hijo de Leonel de la Rosa, líder estatal del PRI y hombre cercano y de todas las confianzas del gobernador César Duarte. Es claro que la ruptura entre Duarte y Baeza, creó dos bandos en el priismo estatal, ya sea dentro o fuera de posiciones administrativas en los dos niveles de gobierno. Aun cuando hoy el ex gobernador  Reyes Baeza ha bajado el perfil, luego de una intentona por iniciar una campaña política con miras a ser el candidato número uno en la fórmula al Senado, en las elecciones del primer domingo de julio próximo. Las relaciones entre los dos «ismos», aceleraron su distanciamiento, Marco Quezada no tiene opción, ofender a un compadre es ofender al Eterno.  Es de esperarse que las manifestaciones de distanciamiento sean cada vez más evidentes.
3.- Por supuesto lo anterior no es una situación nueva, al contrario, es parte de los problemas periódicos que explican en algo las zancadillas en la política estatal. Ya Francisco Barrio, lo vivió incluso con los dos alcaldes de Ciudad Juárez emanados de su propio partido, Francisco Villarreal, mantuvo una independencia en sus acciones que en más de una ocasión causaron problemas al gobernador y sobre Ramón Galindo ni hablar, no lo tragaba por su informalidad y desparpajo. Barrio Terrazas, también tuvo muchos enfrentamientos públicos con el alcalde de Chihuahua Patricio Martínez, quien a su vez nunca se pudo entender con los alcaldes de Juárez: Gustavo Elizondo y Jesús Alfredo Delgado. Lo que sucede entre Quezada y Duarte, en su momento lo vivieron Murguía y Reyes Baeza.
4.- En fin, el problema no es nuevo y además se esperaba, que se haya puesto de manifiesto tan temprano es lo que llama la atención, regularmente este tipo de discordias salen a relucir en el último año, cuando se empieza a definir la sucesión, el grupo en el poder municipal intentar perpetuarse y el gobernador en turno, quiere todo el control y poder para sus afines. Es claro que la lucha es por el control de la política estatal, entre el grupo político priista más exitoso en las últimas tres décadas, que es el «Grupo Delicias» y el grupo en formación de César Duarte, que tiene muy poco tiempo para consolidar una corriente política en el estado, de no hacerlo, a la vuelta de cinco años estará de regreso el equipo que tiene en Quezada  su mejor posición. (Rodrigo Borja).

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