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lunes, 28 de marzo de 2016

Crónica


Qué sabemos de la Plaza 5 de Febrero 1857
Ubicada frente a la antigua penitenciaria

*1857: se promulga la primera Carta Magna Liberal en México
*1898: se inicia la construcción de la penitenciaria *1908: se dota el terreno para la Plaza 5 de Febrero de 1857 *1917: se remodeló y se ratifica su denominación oficial
*1994: el 7 de junio se inaugura el Monumento a Francisco Zarco

Por Jesús González Raizola*
El 5 de febrero de 1908 este solar, según lo asienta en sus libros el historiador Non de Chihuahua don Francisco R. Almada, fue expropiado por el municipio, cuyo Jefe Político era José Asúnsolo, para convertirlo en Plaza, y se le dio el nombre de «Plaza 5 de Febrero de 1857» en recuerdo de la fecha en que se expidió la Constitución Federal de 1857, en la que Francisco Zarco participó como Diputado Federal, en la forma más destacada, y en cuyos debates logró elevar a rango constitucional el derecho de hablar, de escribir, y de publicar, sin limitación alguna.
Ese solar original se amplió con otros predios que compró el Cabildo sobre la calle Ignacio Ramírez.
En 1934 el presidente municipal Eugenio Prado ordenó hacer a la plaza los primeros arreglos formales, la plantación de árboles, construir las banquetas, así como instalarle el primer sistema de alumbrado público.
Y el munícipe don Manuel Gómez Chávez, en 1934, la remodeló totalmente y el 5 de febrero de ese año la inauguró en forma oficial, ratificándole el nombre «Plaza 5 de Febrero de 1857».
En 1944, don Salvador Valdez, alcalde en turno, como suplente en funciones, le redujo tres metros a la plaza por el lado de la calle 20 de Noviembre, para que esta arteria adquiriera más anchura, dándole el rango de avenida, la cual con anterioridad se llamaba Calzada de la Penitenciaría.
Los últimos quince días de mayo de 1994, se realizaron trabajos de restauración integral a la plaza, por acuerdo del presidente municipal Patricio Martínez García, quien el 7 de junio siguiente, con el Cabildo en pleno allí presente, inauguró en ella el Monumento a Francisco Zarco.
Pero también hay otros 5 de febrero relacionados con el área de la plaza ahora también llamada: Francisco Zarco, muy deteriorada, por cierto, por el descuido, el abandono, la irresponsabilidad de los últimos jefes municipales en la ciudad de Chihuahua, ya que no sólo esta plaza, sino todas las existentes en la ciudad capital, están dignas de lástima.
Por ejemplo: el 5 de febrero de 1898 se inició la construcción de la penitenciaría, que junto con la estación del tren a sus espaldas, motivaron el rápido poblamiento de esa parte de la ciudad.
La primera piedra la colocaron el gobernador Miguel Ahumada y el jefe político Ignacio Enríquez, y fue uno de los actos oficiales de los festejos del aniversario de la Constitución Federal de 1857.
Hubo un admirable personaje que vivió  allí frente a la plaza, que llevó el nombre de Primitivo Ruíz, padre, quien sin exhibicionismo, en forma muy callada, sacaba de su domicilio una larga manguera, que conectaba a su toma particular y regaba, diariamente, la parte de la plaza frontera a su casa hasta donde la manguera le alcanzaba.
Por eso, en los meses de descuido de las autoridades municipales, fue don Primitivo quien salvó la vida de los árboles y las plantas menores, en una actitud de elevado civismo, sin que nadie le pagara por hacerlo y, desgraciadamente, con poco o nulo reconocimiento de sus conciudadanos,  como hay muchos hombres olvidados.
El señor Ruíz no era ecologista. No era de los que hasta se muerden los labios por pregonar lo ecológico pero autorizan talar los bosques y destruir los manglares. Don Primitivo era uno de esos hombres a los que les gustaba hacer las cosas positivas; no decirlas ni pregonarlas.
Pudo don Primitivo haber tenido su recuerdo grato o ingrato de Pancho Villa, si consideramos los avatares de la vida, de las muy complicadas circunstancias de la época que ambos vivieron.
Pero eso no les impidió evitar, con energía, que talaran el árbol de esa cuadra donde Pancho Villa amarraba su caballo cuando pasaba por allí y llegaba  a esas casas, donde vivían los Ruíz Núñez, y descendientes  hasta la fecha, a «echar la platicada» con ellos, en especial con José, quien después, en la Revolución fuera uno de los Generales Villistas.
Este 5 de febrero quizá sólo el que escribe estará allí en la plaza.
Chihuahua, febrero de 2016.

*Premio Nacional de Periodismo 1973 

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