Semanario del meridiano 107

La disputa por el PRI

Aun cuando el gobernador se encuentra pasmado por el rotundo fracaso sufrido el pasado 5 de junio en las urnas, en el proceso para la renovación de la gubernatura, las 67 presidencias municipales y el Congreso local, algunos en el PRI, se aprestan para la reconformación del partido y se inicia la disputa por la presidencia que antes del cambio de gobierno se dará en el partido tricolor.

El orgullo priista, muy maltrecho por la derrota, resurge bajo la lógica, de que si perdieron se debió principalmente a la mala gestión e imagen del gobernador César Duarte, quien sale en medio de un gran repudio ciudadano, que tiene su actividad de gobernador como un período de creciente corrupción y control en todos los ámbitos de la vida social, económica y académica de la entidad. Más de uno dice queel revés se debe a la fama, para muchos muy bien ganada de César Duarte de gobernante corrupto y corruptor.

Otros dicen que no se votó por el PAN, sino por el candidato que más claramente dijo que castigaría la corrupción gubernamental y es creciente el número de chihuahuenses que quieren ver a César Duarte en la cárcel y estos incluyen a muchos priistas.

Bajo la lógica de que la derrota no fue ideológica o incluso partidista, sino como castigo a un gobernante que fue desmesurado en el enriquecimiento personal; desmesurado en sus ansias de controlarlo todo y a todos; desmesurado en el boato y la parafernalia que suele rodear a los gobernantes, es que se da esta animada lucha por la presidencia del PRI en Chihuahua.

Los grupos políticos tradicionales, como el dominante por décadas baecismo-reyismo, el vapuleado tetismo, el contumaz duartismo o fuerzas políticas priistas emergentes como las senadoras Lilia Merodio y Graciela Ortiz, buscan abiertamente la presidencia o en otros casos parecen buscarla.

Ciertamente el PRI sufrió una derrota memorable el pasado 5 de junio en el todo el país, pero los priistas al parecer están dispuestos a reconstituirse y regresar nuevamente, no sería la primera vez, que lo lograran, no está lejos el tiempo en que fueron expulsados por doce años de Los Pinos y regresaron, en esa lógica se da la lucha por el PRI en Chihuahua.

Efectivamente van por los restos del naufragio, pero ya han naufragado antes, sus posibilidades en Chihuahua de reconstituirse, van directamente proporcional a la capacidad de Javier Corral, de hacer un gobierno como pretende, más allá de memorable, según sus últimos discursos.         

                                                                                                                                          Editorial 1336