Por Rodrigo Borja
A mitad del camino, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, que en campaña se comprometió a ser el presidente del empleo y a auspiciar el mejoramiento de vida de los mexicanos, se ha convertido en una pesadilla, que sólo promete empeorar: crece la criminalidad, el desempleo y el descontento social, es evidente el fracaso del actual gobierno federal, quien trata de salir de sus problemas de liquidez, con un aumento de impuestos sobre la misma base gravable, es decir, sobre los que ya pagan impuestos en este país, que es alrededor del 12 por ciento de las personas dedicadas a actividades productivas.
El paquete económico que pretende sea aprobado para el próximo año conlleva una serie de aumentos en los impuestos, entre los que destaca un dos por ciento generalizado, incluido medicinas y alimentos, que ha recibido el rechazo de los principales partidos de oposición y de connotados estudiosos de la economía, Sólo el sector empresarial lo aprueba, pero rechaza el aumento del dos por ciento al impuesto sobre la renta (ISR). Por el contrario sindicatos y partidos de oposición dice si al aumento en el ISR.
Frenar la burocracia: CCE
La burocracia sigue siendo inmensa, el programa de adelgazamiento es «como una gota de agua en un barril», dijo Héctor Rangel Domene, presidente del Concejo Coordinador empresarial (CCE).
«Hay que hacer un enorme esfuerzo por ajustar el gasto corriente, eso lo hemos dicho en repetidas ocasiones y lo reiteramos; el país necesita un menor tamaño de gobierno y una estructura delgada, menos gasto y mayor inversión en infraestructura y educación».
Habló de las tentaciones y riesgos: «ante un débil Estado de Derecho y un índice de criminalidad elevado, los inversionistas buscan otros lugares…aquí preferimos no hacer nada que reconocer la realidad y actuar, aunque nunca es tarde».
En consonancia con el líder nacional otros dirigentes empresariales como Armando Paredes, dirigente también del CCE, abordó el tema: «El sector privado considera que sí se va a hablar de impuestos adicionales, se requiere ver un ajuste severo en las prebendas y privilegios que hoy se otorgan a múltiples organizaciones sindicales…».
Sobre la desaparición de tres secretarías de Estado, entre ellas Reforma Agraria, Función Pública y Turismo, las calificó de una simple «cuestión cosmética», ya que el ahorro es francamente mínimo.
Oposición generalizada
El paquete económico anunciado por Agustín Carstens, ha sido duramente criticado por diversos agentes políticos, el diputado por Hidalgo, David Penchyna puso énfasis en la pérdida de 800 mil empleos en los últimos meses, así como la caída de ocho puntos en el producto interno bruto: «La distribución del ingreso en México es la misma que en 1910 y lo que está haciendo crisis en el sistema económico es que tenemos más de 10 años sin poder cambiar el paradigma económico de la nación, para tener tasas de crecimiento aceptables».
La élite burocrática
El PRI por su parte declaró que en los últimos nueve años la burocracia de alto nivel pasó de 6 mil a 47 mil plazas en toda la administración pública federal y los sueldos promedio mensual pasaron de 39 mil y prestaciones por 200 mil en el año, a 100 mil y prestaciones anuales de 700 mil en promedio hoy en día.
La fracción parlamentaria del PRI en el Senado, comentó que la alta burocracia aumentó en los gobiernos panistas en 791 por ciento.
Un ejemplo del desmedido aumento en la burocracia federal es la Procuraduría General de la República que pasó de una plaza de dirección adjunta a 142.
También la burocracias estatales se han disparado; en la actual administración de Humberto Moreira, de extracción priista se crearon 33 nuevas subsecretarías, más del doble de las existentes en la anterior administración.
Por otra parte un reporte del centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados, reveló que durante el período 2000-2009 creció el gasto corriente y se redujo el de inversión, puso como ejemplo que el reparto del pastel fiscal a los estados pasó de 230,960 millones en el 2008 a 181,746 millones en 2009.
El boquete fiscal que la Secretaría de Hacienda dice asciende a 300 mil millones de pesos, y evidentemente finge un adelgazamiento en la obesa estructura burocrática, pero trata de sacar vía impuestos la crisis ocasionada por el desmesurado aumento en la burocracia de alto nivel.