Por Rodrigo Borja
La secretaria de Asuntos Internos de Obama, fue muy clara a principios del presente año, en una visita a la Universidad de Texas en El Paso, lugar que escogió para mandarles un mensaje a los cárteles mexicanos, no se metan con ellos o sentirán lo que es la fuerza del Estado.
Luego del asesinato del agente Jaime Zapata, de la Oficina de Aduanas e Inmigración (ICE), se realizó con el nombre de «Operación Héroe Caído-Bombardier», una redada masiva desde el jueves 25 al viernes 26 de 676 personas, con cargos sobre narcotráfico, ligados a las organizaciones mexicanas. Según se informó oficialmente desde Houston, Texas.
La respuesta se dio a menos de una semana de la muerte de un agente estadunidense en San Luis Potosí, y se desarrollaba básicamente en Estados Unidos de forma conjunta por varias agencias federales, Las autoridades capturaron también 18 toneladas de mariguana, 467 kilos de cocaína, 282 armas y 94 vehículos, agregó el portavoz.
Otras acciones tuvieron lugar en América Central, Colombia y Brasil, según un comunicado emitido por el Buró Federal de Investigaciones (FBI). «Este esfuerzo coordinado demuestra que el agente especial del ICE, Jaime Zapata no será olvidado», añadió el texto del FBI, citando a Robert Rutt, un agente del ICE en Houston.
Zapata fue asesinado el 15 de febrero en una carretera de San Luis Potosí por presuntos sicarios de una de las más sangrientas organizaciones mexicanas, «Los Zetas». Un compañero suyo resultó herido. «Ese asesinato es un asunto personal para el ICE, pero estamos deteniendo a miembros de bandas transnacionales y narcotraficantes que tienen vínculos con los cárteles mexicanos a causa de su actividad criminal, y no solamente como represalia», explicó Robert Rutt.
Por su parte el gobierno mexicano anunció la detención de un pistolero que encabezó el ataque contra Zapata y un compañero suyo, que resultó herido en el ataque. Julián Zapata, alias «El Piolín», presentado por las autoridades mexicanas como líder de una célula del cártel de «Los Zetas».
Jaime Zapata y otro agente salieron de la Ciudad de México con destino a Monterrey, Nuevo León. En el trayecto por una carretera que atraviesa el estado de San Luis Potosí, fueron atacados. Zapata «perdió la vida sirviendo a su país», declaró el director del ICE, John Morton. Su compañero recibió dos disparos en la pierna y fue trasladado a Estados Unidos donde se recupera.
Las bajas de EE.UU.
El asesinato del agente especial Jaime J. Zapata, en San Luis Potosí, es apenas la segunda baja por ataque por arma de fuego que registra el ICE, desde su creación en 2003.
The Officer Down Memorial Page registra puntualmente los decesos de policías de todas las corporaciones de Estados Unidos, a manera de homenaje. En su sitio de internet da cuenta de los más de 20,000 agentes estadounidenses en servicio que han muerto desde 1791.
ICE es una de las siete agencias dependientes del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, despacho como respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Para el establecimiento en 2003 del ICE, el principal brazo del Departamento de Seguridad Interna, fueron fusionadas las agencias del Servicio de Aduanas y del Servicio de Inmigración y Naturalización existentes.
Con la finalidad de identificar y perseguir actividades criminales que amenacen las fronteras, economía, transporte e infraestructura de territorio estadounidense, el ICE cuenta, según su portal, con 20 mil empleados y representaciones en 47 países, entre ellos México. El Departamento de Justicia de Estados Unidos dio a conocer que identificó a los compradores y traficantes de una de las armas que utilizaron integrantes de Los Zetas para asesinar el pasado 15 de febrero en San Luis Potosí a Jaime Zapata.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por autoridades de México y Estados Unidos, el arma fue adquirida en octubre de 2010 en una tienda del estado de Texas por los hermanos Otilio y Ranferi Osorio, y luego transportada ilegalmente a México y entregada a miembros de «Los Zetas».
El arma calibre 7.62 con número de serie DC2777-10, fue utilizada el pasado 15 de febrero para asesinar al agente Jaime Zapata.
Para el 23 de febrero, efectivos del Ejército Mexicano detuvieron durante un operativo en el estado de San Luis Potosí, a «El Piolín», «El Catracho», «El Loco» y seis integrantes más de una célula de dicha criminal.
Para el 27 de febrero, elementos de la Marina detuvieron en Saltillo, a Sergio Antonio Mora Cortez, «El Toto», señalado por autoridades mexicanas como el autor intelectual del ataque contra los agentes estadunidenses.
Derivado de esas investigaciones, para lo cual se creó un grupo binacional con la participación de más de 50 integrantes de la ICE, Contra las Drogas, la Oficina Federal de Investigaciones y de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por sus siglas en inglés), se localizaron tres armas, una de ellas llevó hasta los hermanos Otilio y Ranferi Osorio, quienes ya fueron arrestados en Texas acusados de traficar a México un arma usada para atacar al agente Jaime Zapata.
El evento, lamentable desde cualquier punto de vista, tuvo una respuesta inusitada y contundente por parte del Estado, como lo advirtió Janet Napolitano, incluso por parte del gobierno mexicano, hubo una rápida reacción, para encontrar a los autores del crimen, situación, que no se ha visto con los más de 35 mil muertos mexicanos en la guerra de Calderón, alentada por los Estados Unidos,… por supuesto fuera de su territorio y sin que se toque a sus ciudadanos. La fuerza del Estado es suficiente para poner en orden a las bandas del narcotráfico… por supuesto nos referimos al Estado, como se concibe en el vecino país del norte.
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