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miércoles, 13 de junio de 2012

Los días decisivos: Peña Nieto ya no es «seguro ganador»

Por Rodrigo Borja
            Todo empezó el 11 de mayo en la Ibero; tuvo otro momento importante en la entrevista especial de Tercer Grado a Andrés Manuel López Obrador y culminó con el segundo debate en el que AMLO y Peña Nieto, no arriesgaron nada, sabedores de que están en la final y un resbalón podrían ser determinante, por lo cerrado de la contienda.
            Las encuestas
            La contienda electoral había estado marcada por las encuestas, éstas eran las que decían que el candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, tenía no menos de 20 puntos de ventaja sobre sus principales contendientes y los comentaristas de Televisa y Milenio-televisión, comentaban con desenfado que las cosas no se movían desde hace meses y que la única incógnita que «el aburrido» proceso electoral presentaban, es quien ganaría el segundo lugar, según estos datos dados a diario por GEA-ISA y Milenio, muy disputado entre Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador.
            La encuesta de Reforma
            Aun cuando María de las Heras un par de semanas antes había puesto ya en segundo lugar a Andrés Manuel López Obrador, con una ventaja de Enrique Peña Nieto de ocho puntos, luego del surgimiento del movimiento «Yo soy 132»; fue la encuesta de Reforma, la que presentó gran controversia, porque arrojaba sólo cuatro puntos de ventaja de EPN sobre el candidato de las izquierdas, su más cercano competidor, ya con la campaña de Vázquez Mota, en declive.
            AMLO dice estar arriba
            En el debate de Guadalajara, Andrés Manuel López Obrador, afirmó estar dos puntos arriba y actuó por lo menos como finalista y con una actitud y discurso conciliador, que los analistas interpretaron como parte de una estrategia, para abatir las opiniones negativas y de agitador social, que nuevamente la propaganda de los contrincantes trata de endilgarle, como fue la «del peligro para México» de 2006.
            Peña Nieto por su parte estuvo en una actitud fiel a su campaña, en donde ofrece eficiencia y cambio, luego de doce años de gobierno panista. El candidato priista que en todas las encuestas dadas a conocer hasta el 10 de junio, día del debate, sigue arriba, con menos comodidad de los 20 puntos, que hasta hace un mes la mayoría de las encuestas le otorgaban, pero de cualquier manera arriba, con el mínimo de 4 puntos, que el diario Reforma le dio  la última semana de mayo.
            La cronología
            El 11 de mayo en la Ibero, hace menos de un mes, se inició el gran cambio en la actividad electoral y los jóvenes irrumpieron en la vida política con gran estruendo y éxito, ha logrado que el segundo debate se diera en cadena nacional, mismo que obtuvo un rating de 22.6 puntos, más de doble de los 10.4 del primer debate que por otra parte fue muy visto.
            El primer evento en estos días decisivos pues, fue la llegada de los jóvenes a la política, quienes con gran decisión y aserto tomaron calles, plazas e inundaron las redes sociales con su inquietud, que afirman va mas allá del primero de julio.
            Los jóvenes se hicieron presentes, con una agenda que ha ido tomando mayor vigor y que aún cuando no definen por quién votarán, porque insisten en que son apartidistas, aun cuando entre sus simpatizantes hay muchos que abiertamente se declaran a favor de AMLO, parecen tener muy claro porque quien no votarán y han repetido innumerables veces que no darán su voto a Peña Nieto.
            Sólo dos días antes del debate, se dio un acontecimiento muy sonoro en el estadio Azteca, aun cuando los medios de difusión nacional trataron de acallarlo; en el juego de selecciones entre Guyana y México llegaron en camiones miles de simpatizantes de Enrique Peña Nieto. Con camisetas rojas y logos, mismas que les obligaron a quitarse antes de entrar al estadio y dentro se dio el apabullamiento de «yo soy 132», contra los simpatizantes acarreados por el PRI. El estadio se convirtió en una gran arena política en donde ochenta mil aficionados se hicieron escuchar, aun cuando Televisa ignoró prácticamente el acontecimiento.
            Luego de la llegada de los jóvenes universitarios a la esfera pública, que ya han tenido dos asambleas nacionales con la representación de 54 universidades públicas y privadas del país. Llegó la encuesta de Reforma  sólo días después la entrevista especial de Tercer Grado a Andrés Manuel López Obrador, misma que algunos observadores políticos, identificaron como una celada de Televisa a su gran detractor e incluso se llegó a decir que no iría.
            Las entrevistas
Tercer Grado —programa estelar de opinión política del Grupo Televisa— durante  las últimas semanas ha tenido cuatro entrevistas especiales una muy obsequiosa con el presidente Felipe Calderón, quien llevó la voz cantante e hizo que Brozo en su papel de Víctor Trujillo, fuera el objeto de las bromas y no como acostumbra el payaso en su programa matutino.
Una entrevista muy agresiva y apabullante se le obsequió a Josefina Vázquez Mota, quien salió maltrecha del trance; luego vino la entrevista a Peña Nieto, en la que con preguntas muy agresivas y sin la posibilidad de repreguntar se vieron, como en un debate de periodistas que moderaba el candidato priista, que salió sin despeinarse del evento.
Prueba superada
Luego vino la más esperada de todas, López Obrador, con una actitud socarrona, nunca salió de quicio y si logró poner en el borde de la histeria a Adela Micha y el resto de periodistas, fracasaba una y otra vez en hacer responder lo que querían a AMLO, que dejó más de una pregunta sin responder y volvió a su estrilo pausado y aprovechando el tiempo de las respuestas en filtrar sin disimulo, su programa de gobierno. En su cara les dijo que eran apoyadores de Peña Nieto, y se deslindaron con un chiste Víctor Trujillo, quien aludiendo a la frase de AMLO a Javier Sicilia,  con aquel no nos pongas en el mismo costal, hizo su deslinde y uno más demandante de Denise Maerker. López Obrador no cayó en alguna celada si es que así fue planeado y por el contrario sólo dejó un ambiente de crispación entre los entrevistadores, que no pudieron entrevistarlo, por lo menos no como a Josefina Vázquez Mota. Nadie esperaba una entrevista obsequiosa como a Calderón o agresiva y bajo control como la obsequiada a Peña Nieto.
            Colofón
En el movimiento juvenil AMLO, parece el beneficiado, aun cuando hasta ahora no se haya tenido indicios de tratar de capitalizar electoralmente el movimiento. Luego del debate algunos periodistas como Jorge Ramos, muy hecho al estilo de los políticos norteamericanos, criticó que López Obrador no hubiera atacado a Peña Nieto. Para Ramos es entendible que no quiera proyectar agresividad, pero en su opinión perdió la oportunidad perfecta para mostrar la debilidad que tiene Peña Nieto en espacios públicos.
Hubo un participación impensable en el debate vía Twitter: a lo dicho por AMLO de generar 300 mil millones de pesos al bajar el sueldo de los altos funcionarios del gobierno federal, Calderón respondió a través de su cuenta en Twitter @FelipeCalderon.
También es de consignarse, las notas de The New York Times quien en una nota apuntó que las críticas lanzadas hasta ahora a Peña Nieto, aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Verde, «bastarían para derrumbar a cualquier candidato en las encuestas. Aquí (en México) no».
A menos de tres semanas de la elección, por primera vez no se ve un ganador claro.

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