Calderón y la locura

Escuchar el reiterado discurso del presidente Felipe Calderón sobre que la estrategia seguido por él contra el crimen organizado es la única manera de enfrentar el problema y últimamente exigiendo a los cuatro candidatos a la presidencia que la avalen pronunciándose por su continuidad es por lo menos  extremadamente molesto.

                El discurso ha sido el mismo prácticamente todo el sexenio, sin importar el evento o el foro, lo mismo puede ser el inicio de la colecta de la Cruz Roja, que el Foro Económico de Davos, en Suiza, el presidente sigue con su cantaleta sobre lo valiente que ha sido su gobierno y lo negligente que fueron los anteriores en el asunto de enfrentar el narcotráfico, asunto claramente nada menor y que ha dado al país más de cincuenta mil muertos , miles de viudas y de huérfanos y miles de desaparecidos, no obstante lo anterior el sigue con su cansado discurso, repetitivo hasta decir basta.

                Felipe Calderón, siempre que tiene enfrente un micrófono, sin importar el tipo de audiencia, vuelve a lo mismo, pareciera que quiere repetir miles de veces lo mismo, para que, como dicen que Joseph  Goebbels sostenía, una mentira se convierta en verdad.

                El discurso presidencial no  resiste el menor análisis, ya que esta estrategia de lucha contra el narcotráfico no la sostiene Estados Unidos, en donde el problema de consumo es muy grande, o bien España, en donde el consumo per capital es el mayor del mundo, de hecho ninguno de los 194 países del mundo mantiene una política antidrogas como la de Felipe Calderón y en los 194 países hay problemas de trasiego y consumo y en muchos de ellos de producción.

                En dicho muy extendido en política dice que el poder atonta a los inteligentes y enloquece a los tontos. Viene a la cabeza lo anterior, porque parece una locura el discurso presidencial de los últimos tres o cuatro meses, al margen de su defensa de la estrategia antidrogas ha dicho cosas increíbles, como por ejemplo que baja en la migración a los Estados Unidos, se ha reducido porque en nuestro países y gracias a sus políticas ha mejores oportunidades de empleo y de estudio para los jóvenes que optan por quedarse en su tierra a emigrar y cosas por el estilo… la locura total, ya que datos de la ONU nos indican que hay en el mundo 75 millones de jóvenes sin trabajo y sin empleo y de esos  “ni nis” siete millones son jóvenes mexicanos, lo único que abre una puerta a la esperanza es que el sexenio cada día que pasa tiene un día menos de vida y cualquiera de los cuatro precandidatos hará un mejor presidente.

 Editorial 1035