Tras los pasos de César Duarte Jáquez

1.- Desde mediados de julio por lo menos algunos columnistas políticos sobre todo de la capital de la entidad, mencionaban al gobernador César Duarte, como un probable miembro del gabinete de Enrique Peña Nieto. Desestimamos la versión y nunca nos ocupamos de ella, porque desde siempre se habla de que el gobernador de Chihuahua va al gabinete, así pasó con Fernando Baeza, entonces nos parecía más un acto de cortesanía, que un trascendido con visos de realidad o con algún fundamento. Sin embargo en la última semana desde la ciudad de México en corrillos políticos bien informados se habló de la evaluación que se hace sobre la conveniencia de invitar al gobernador chihuahuense al gabinete de Peña Nieto, la posibilidad se basa sobre todo en la opinión que con respecto a Duarte ha externado el propio Peña Nieto a sus allegados.

2.- Lo considera un político joven, con talento y las calificaciones necesarias parta estar el frente de una cartera en el gobierno federal, pondera su apertura al diálogo y estilo abierto y el trabajo que en dos años ha realizado en Chihuahua, sobre todo en lo que a seguridad pública se refiere, entonces las posibilidades de una invitación a ocupar un lugar en  el primer equipo del próximo presidente de la república, tiene visos de realidad, no obstante los orígenes políticos tan diferentes. De darse la invitación en el plazo inmediato, se vendría un grave problema para la entidad: la sustitución del gobernador, es lógico suponer que se buscaría un personaje que sea aceptado por todas las fuerzas políticas de la entidad y sobre todo que tuviera el visto bueno del actual gobernador, es aquí donde la cosa se complica.

3.- La situación se ve difícil, sobre todo porque no se ven políticos que puedan reunir las características necesarias para sustituirlo en un ambiente terso, sin posibles conflictos. Es claro que el gobernador querría dejar en su lugar a una persona afín a su proyecto de gobierno que garantizara la continuidad en los proyectos y estuviera en la misma sintonía, en esta tesitura no  son muchos los que se encuentran, tal vez el más notable de ellos sea Enrique Serrano Escobar, quien es constantemente significado por el gobernador, quien hace sentir su confianza y aprecio en el diputado local y presidente del Congreso estatal. Sin embargo habría que ver cómo lo ven los empresarios de la capital de la entidad y otras fuerzas políticas y poderes fácticos en la entidad, incluso cómo lo ve el propio Enrique Peña Nieto.

4.- Hay otras posibilidades, una de ellas de gran atractivo, como lo es la senadora Graciela Ortiz, quien aun cuando inició como secretaria general de Gobierno con César Duarte, es posible que en estos momentos haya tensión entre ellos, sobre todo por la forma en que dejó su posición en el gabinete para ocupar un puesto en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional y así asegurar una senaduría plurinominal, como finalmente sucedió. Ortiz González, tiene el perfil, pero el visto bueno del gobernador es fundamental. Los otros dos senadores que en otras circunstancias sería una posibilidad real, hoy no se ven por varias razones; en el caso de Lilia Merodio, es evidente su falta de experiencia y una base de apoyo político a nivel estatal, y Patricio Martínez, aun cuando nada lo impida legalmente, los juarenses ya sabríamos qué esperar de él y no es deseable. (Rodrigo Borja).