Otra vez, ¿qué pasa con el plan de movilidad urbana?

El presidente municipal de Juárez, Héctor Murguía Lardizábal, ya se muestra desesperado por los retrasos en el inicio de las obras del plan de movilidad urbana, que conlleva la inversión de dos mil doscientos millones de pesos, que fueron obtenidos a través de un crédito, avalado por el Gobierno del Estado.

El famoso plan de movilidad urbana, es una inversión que urge a la frontera, no únicamente porque dará una mejor articulación a las vialidades que forman el anillo periférico de la misma y dará la oportunidad a Camino Real, de demostrar que fue una obra de grandes dimensiones y de gran alcance, con una gran visión a futuro, sino porque también sería un detonante para la economía.

Las obras contempladas en este programa de movilidad urbana, son necesarias para acortar los tiempos de traslado en una ciudad que está muy dispersa en su mancha urbana, lo cual desde hace por lo menos treinta años se inició, pero que en los últimos quince alcanzó niveles preocupantes, ya que una dispersión como la de Ciudad Juárez, encarece servicios públicos, costo de traslados y una gran pérdida de tiempo de los habitantes de la ciudad para ir a su trabajos, a la escuela o a lo que sea, simplemente el trasladarse de un punto a otro de la ciudad en las actuales condiciones es una inversión en tiempo que no se debiera tener en una ciudad que si bien es la más grande de la entidad con una población aproximada al millón y medio de personas, en realidad nos movemos en una macha urbana que por lo menos podría contener a una población de dos millones de personas.

El plan de movilidad que contempla el mejoramiento de un buen número de vialidades y la apertura de 26 nuevas es urgente, no puede esperar más tiempo, ya han sido muchos los meses que se han perdido en perjuicio de la economía de los juarenses y de su calidad de vida.

Urge no sólo el plan de movilidad urbana, urge que se aceleren los trabajos de reactivación del centro histórico, la construcción del Centro de convenciones, en fin urge que las inversiones planeadas y en muchas ocasiones ya aprobadas para Juárez, se echen a andar a la brevedad, insistimos, no tiene tiempo.

Editorial 1063