Faltan
políticas públicas para
dignificar al adulto mayor
LUIS CARLOS CANO C.
Entrevista Carola Amparán, presidenta
del Consejo de Girasoles, asociación que trabaja con los adultos mayores
- La sociedad ve con mucha naturalidad
que se segregue y se margine a las personas mayores, Carola Amparán
- Es más difícil encontrar apoyos a
programas para adultos mayores que para niños o jóvenes, dice la señora Amparán
Se
considera como una mujer multifacética, con muchos intereses, pero ahora hay
uno en el que centra su atención, el trabajo por las personas mayores, por
aquellas que dicen cada día son más excluidas por la sociedad y no se les da la
oportunidad de demostrar que aun valen, que aún pueden hacer mucho hasta el último
día de su existencia.
Compartiendo
sus aficiones de la jardinería, gastronomía y lectura con su trabajo de
asesoría empresarial, Carola Amparán dice que siempre le ha gustado
involucrarse en las actividades sociales para ayudar a los demás, algo en lo
que ha participado toda su vida, pero que ahora centra en los adultos.
Asimismo,
considera que el gobierno debe ayudar implementando políticas publicas enfocadas
a ellos, pero la sociedad también debe participar, que cada vez sean más las
personas que se decidan a tomar parte en estos programas de ayuda a quienes
llegan a la edad que todos esperamos llegar, la vejez. De esto y otros temas
platica la señora Amparán con Semanario.
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–¿Quién es Carola Amparán como persona,
como mujer?
– Como persona yo diría que soy
multifacética a lo mejor, o sea que tengo muchos intereses, no sé si le dé a
todos bien, desde luego uno de mis intereses es la familia, siempre empieza uno
por la familia porque es y me parece el rol importantísimo de la mujer, soy mamá
de dos hijos hombres, y que puedo decir de mí, me interesa muchísimo la
cuestión social. Yo me formé en la industria maquiladora, trabajé muchos años y
tengo 15 dedicándome a consultaría en planeación y desarrollo de organización
para empresas y a la vez he estado colaborando, desde que tengo uso de razón,
con organizaciones sociales, entre ellos la Ciudad del Niño, la Cruz Roja y
ahora con Girasoles, que es un centro de apoyo o impulso para las personas
mayores que deseen continuar su vida, una vida digna y autónoma.
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–¿Cuál es su profesión?
– No tengo ninguna profesión relacionada
con la gerontología ni con cuestiones sociales, de hecho soy administradora
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–¿Hablando de sus actividades en
Girasoles, cómo surge la idea de crearlo?
– Surgió la idea de la ingeniera Leticia
Gutiérrez, quien nos juntó a ocho personas para plantearnos la idea que traía
para formar un grupo de apoyo para adultos mayores. Ya estamos en el octavo año
trabajando. Es un centro educativo, empezamos con una escuelita tratando de
incluirlos en la vida a través del aprendizaje y ahora ya tenemos cuatro
programas trabajando, que es el educativo, el de vinculación con la comunidad,
de asesoramiento y el de reconocimiento, en los que trabajamos todo el año.
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–¿En qué consisten estos programas de
trabajo?
– El educativo consiste en reactivarlos
mediante el aprendizaje a través de talleres y de excursiones educativas, el de
vinculación en conectarlos con diversos sectores de la comunidad; el de
asesoramiento consiste en asesorarlos en varias áreas como derechos humanos,
derechos del adulto mayor, derechos cívicos y el de reconocimiento consiste en
reconocer la trayectoria de la gente mayor que no se han paralizado porque
tengan determinados años.
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–¿Cómo ha visto el avance que han tenido
en los primeros ochos años, es bueno, qué falta, qué han logrado?
– Mire, lo que hemos visto en este
tiempo es que es dificilísimo cambiar mentalidades y parece ser que la sociedad
está convencida de que el mundo es solamente para las personas entre 25 y 40 años.
Entonces se ve con mucha naturalidad que se segregue y se margine a las
personas mayores.
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–¿Con base en eso, qué debe hacerse
entonces para que ese pensamiento de la gente cambie hacia los adultos mayores?
– Es una tarea muy ardua, porque es una
cuestión de abrir mentalidades, algo que no es fácil; la gente está
acostumbrada a que cuando hablamos de personas mayores entienden muy bien que
deben estar atendidos en su salud, alimentación, techo y su vestido, pero en el
momento en que empieza usted a hablarles de permanecer dentro de la sociedad,
entonces ya no entiende la gente, muchas veces ni la propia gente mayor, ni la
familia, ni las demás personas. Yo me pregunto, ¿por qué no hay escuelas y
universidades para gente mayor arriba de los 40 años?, ¿por qué no hay diseñadores
de moda que hagan trajes o vestidos para la gente mayor de los 40 años?, ¿por qué
ese exagerado culto a la juventud?, no tengo nada contra los jóvenes, todos
pasamos por esa etapa, todos lo fuimos alguna vez, pero la situación que yo
creo es que con la misma importancia que se le da a los jóvenes, y ahora también
a los niños, es la misma que merecen las personas mayores para llevar una vida
digna, incluida en la sociedad.
7
–¿Entonces, ustedes también trabajan con
personas menores de 60 años de edad, con adultos más jóvenes a quienes buscan
darles una vida digna?
– Tenemos un programa de integración por
edades, nos da por segregar por edades y yo creo que no es bueno para la
sociedad, los jóvenes o los niños. Yo creo que si la ciencia ha hecho su
trabajo en el sentido de alargar la vida de las personas gracias a las
investigaciones y tecnología médica, esos años extras que nos han dado debemos
de decir como los llenamos, no nada más dar larga existencia, sino dar una
larga vida; por un lado, en los últimos 60 años la expectativa de vida de los
individuos ha aumentado nada menos que 30 años y para que se quieren esos años
extras sino es para llevar una vida digna en que la persona se sienta parte de
un grupo de una sociedad y pueda continuar los aprendizajes que quiera y pueda
seguir haciendo las cosas que le gustan y que pueden ser muy útiles para la
sociedad.
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–¿En el trabajo que hacen ustedes no es con
un sistema de albergue, cuál es la diferencia?
– Lo dividimos en esos cuatro programas
que tenemos, tenemos uno de trabajo, pero necesitamos un patrocinador para
apoyar a las personas, pues es muy difícil integrarse al trabajo.
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–¿Cuántos adultos atienden en Girasoles,
hay un grupo que sea más numeroso en cuanto a la edad?
– El año pasado atendimos 2 mil 250
gentes mayores de 50 años. Si hablamos del programa educativo andamos en la
edad entre 63 y 65 años; en el de vinculación hay gente más joven en promedio
de 56 y si es el de asesoramiento, el promedio de la gente es de 60 años, pero la
mayor parte de las personas que acuden son de 60 años o más y tenemos gente de
88 años o más.
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–¿Qué falta hacer por los adultos
mayores, qué más debe hacer la sociedad?
– Yo creo que hacen falta políticas públicas,
no tenemos políticas públicas que dignifiquen a la persona en sus años
acumulados, no solamente en salud, sino en darles oportunidad de continuar
educándose, de inclusión social, eso es lo que ayudaría muchísimo.
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–¿Alguna vez su grupo ha enviado alguna
iniciativa de esto a las autoridades?
–No, hasta ahora no tenemos una
estrategia que nos lleve a incidir en políticas públicas, probablemente más
adelante, en este momento contamos con muchísima información como para hacer
una investigación interna, pero necesitamos gente de investigación que se
quiera comprometer a hacer una investigación seria de los resultados que
tenemos en trabajar con los adultos en Girasoles
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–¿Qué tipo de información, está
relacionada con los cambios que tienen los adultos al integrarse en Girasoles?
– Fíjese, nada más le voy a dar un dato
de los programas que tenemos en Girasoles, les aplicamos un cuestionario antes
de recibir cualquier beneficio y otro después, y mediante ellos medimos su
percepción en cuanto a su inclusión social, la autorrealización, la seguridad,
autoestima y salud. En el resultado tienen algunos diferenciales de mejora arriba
del 30 por ciento, un ejemplo de eso es como se sentían antes de entrar a
Girasoles y ahora como se sienten en cuanto a su salud, ya que al participar en
el grupo se sienten que están mejor en todos los aspectos.
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–¿Tomando en cuenta esos resultados,
quiere decir que una persona al ser excluida, se afecta también en su salud, en
su ánimo?
– Yo diría que la vejez no debería ser
tan triste si se mantiene activa a la persona, pero una cosa que si es triste
es que se le van muriendo los pares, eso es natural, se va muriendo la pareja,
los hermanos, los primos, los amigos, y quedan solo los descendientes y la
persona se va aislando, pero sí de pilón le agregamos, como lo hace la
sociedad, de que a mayor edad más parálisis debe tener, es decir, los paran en
sus actividades antes de tiempo; por un lado la medicina los mantiene bien,
saludables, les retarda el envejecimiento, pero resulta que por otro lado le
dicen mantente quieto porque ya no hay lugar para ti en el mundo, déjaselo a
los jóvenes y eso es terrible, casi nadie lo ve y todo mundo lo acepta como
algo natural y no lo es; quien nos creó nos dio cerebro para rato y tiene
neuronas que reemplazan las neuronas dañadas indefinidamente, científicamente está
comprobado que el cerebro no envejece, por lo tanto, en un cerebro activado
tenemos neuronas para rato, no lo digo yo, lo dice la ciencia y además lo dicen
gentes que tienen sus cerebro activo, como los escritores, muchos a pesar de
sus limitaciones motrices siguen desprendiéndose y desarrollando nuevas ideas y
haciendo un trabajo cada vez más valioso, pero son garbanzos de a libra, sin
embargo, creo que el mundo se enriquecería si sólo mitad de las gentes mayores
de 55 años continuaran activas.
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–¿Tiene Girasoles alguna meta, o usted
al frente del consejo?
– Yo estoy terminando mi gestión como
presidenta del consejo y ya hay incluso nueva mesa directiva que va a presidir
Carlos Cuéllar y yo seré vicepresidenta para tender un puente, pero me gustaría
ver más personas interesadas en este proyecto que es serio, porque las mismas
gentes de 30 ó 40 años sienten que es un asunto que no les compete a ellos,
pero a todos nos compete porque unos ya llegaron, otros estamos por llegar y
otras van para allá; con mucha suerte todos pueden vivir arriba de los 60 años
de edad.
15
–¿Hasta dónde considera que deba llegar Girasoles
como asociación, tiene una meta el equipo o cómo lo visualizan?
– Bueno, definitivamente las estrategias
que tenemos de momento pueden cambiar, nosotros tenemos un proceso de
planeación estratégica y naturalmente que vamos a llegar a tener una estrategia
de incidencia pública, pero no son metas, lo que planeamos es a corto plazo de
dos años, aunque indudablemente que el día que el consejo quiera podríamos
ampliar nuestras metas para incidir en políticas públicas.
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–¿Hay otro grupo, otra institución como
Girasoles en otra ciudad del estado o el país?
– Que nosotros sepamos, con este
concepto de trabajo no hay ninguna organización que se dedique a lo que estamos
haciendo nosotros en el estado de Chihuahua, ni siquiera hemos detectado a
nadie en el resto del país, a lo mejor si hay pero no lo sabemos, hay buenos y
serios intentos de revertir los efectos de la exclusión de la vejez en otros
países como Chile, Argentina y España.
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–¿El trabajo que se hace en otras
instancias, algunas de gobierno como el DIF con los Consejos del Adulto Mayor, o
en los Centros Comunitarios, es algo como lo que hace Girasoles, cómo lo ve?
– Yo creo que no es parte de lo que
nosotros estamos haciendo, es valioso, pero diferente, si hablamos del DIF,
bueno es una integración de la familia en general incluyendo al adulto mayor,
pero a este se le ve qué necesita, cuando bien nos va, una ayuda para su salud,
ayuda para un beneficio económico, para mantenerlo con sus necesidades físicas
bien cubiertas, pero nadie está pensando en una necesidad de continuar con una
vida digna, que sepamos, nadie se está ocupando de eso, ni gobiernos, ni sus
instituciones, ni la sociedad. Lo que hacen en los Centros Comunitarios es muy
valioso que les den ocupación, pero no hay trascendencia a esa ocupación, lo
vemos como un entretenimiento y claro que les hace bien, porque por ejemplo si
participan en danza es ejercicio y lo que hacemos en Girasoles es que nosotros
queremos llegar más allá, a una digna inclusión de las personas mayores,
tenemos mucho trabajo por delante.
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–¿Qué la motiva a participar en
actividades sociales?
– La verdad es que siempre me gustó todo
lo relacionado con el hombre como especie y dentro de las humanidades me
interesó siempre mucho la cuestión social y en los trabajos que tuve me enfoqué
mucho a la gente y me dio muchas satisfacciones trabajar con gente, y el tema
de la vejez como que coincidió una inquietud que traía yo al ver a mis padres
viejos, de ver el fenómeno social que es la vejez a través de mis padres. Me
llamó la atención ver que como sin importar el carácter, el tipo de ocupación
que hayan tenido, los viejos terminan solos y eso sin importar que los hijos
los quieran mucho, que los tengan en su casa, pero terminan solos en el sentido
de que no forman parte de la vida de nadie, ni de una sociedad, salvo
excepciones, terminan pensando si su vida tuvo sentido o no. Si el viejo muere
cuando está activo, con proyectos de vida aprendiendo cosas, moriría feliz.
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–¿Hay que darles más oportunidades en
todo?
– Claro, para empezar, de todos los
servicios que tenemos, el que más demanda tiene es que rehabilitemos a las
personas mayores para el trabajo, nosotros tenemos ese programa detenido, que
se llama de vuelta al trabajo, pero necesitamos 250 mil pesos al año, pero no
tenemos patrocinador.
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–¿Quién los apoya para los otros programas,
de donde obtienen los recursos?
– Fíjese que creo que tenemos suerte,
porque no es fácil conseguir fondos, ni públicos, ni privados para gente mayor,
es mucho más fácil conseguir para el tema de las mujeres, los niños o los
jóvenes, pero no para el adulto mayor, sin embargo no nos podemos quejar porque
los proyectos que presentamos en el programa educativo, de asesoramiento y
vinculación y reconocimiento hemos encontrado patrocinadores, pero no para el
del trabajo. Tenemos también personas que nos ayudan económicamente, pero
también acudimos a fondos públicos y de organizaciones privadas para
presentarles proyectos, nos apoyan la Fundación del Empresariado Chihuahuense y
la Secretaría de Desarrollo Social federal.
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