La irresponsabilidad del municipio

Visitar el bazar del Monumento el último domingo no fue la experiencia agradable de las últimas semanas, hoy el Monumento está ocupado por juegos mecánicos y una cantina que puso la cervecería Modelo en los más de mil metros cuadrados de la explanada que está bajo las escalinatas.

No sabemos cuánto pagó de permiso el dueño de los juegos mecánicos, pero difícilmente fue lo suficiente para reparar los daños que su instalación ha causado a los pisos, un mal negocio el que el municipio hizo al rentar un espacio público tan importante y simbólico a una empresa privada. Los daños ya causados a las baldosas en particular y al parque en general no serán cubiertos con los ingresos que por esta estulticia captó la tesorería municipal.

El daño al espacio es grave y condenable y ponen en evidencia el poco cariño que el presidente municipal le tiene a uno de los símbolos más importantes de la ciudad, a un generador de la identidad juarense. Nunca se había hecho algo similar por lo menos en los últimos cuarenta años, lo más que se habían acercado a este latrocinio era el colocar juegos mecánicos sobre la calle 20 de Noviembre a un lado del monumento, con el consecuente cierre al tráfico de la vía, pero no habían llegado al grado de rentar la plaza como si fuéramos un pueblo de cuatro mil habitantes.

Más grave aún que el daño físico a la plaza, es el consentimiento de venta de bebidas alcohólicas al aire libre y en un espacio que en los últimos dos años ha sido recuperado por las familias juarenses que domingo a domingo, van a disfrutar del Bazar Cultural del Monumento, en donde pueden encontrar libros, artesanía y disfrutar de expresiones artísticas como la música a cargo de grupos locales o bien observar una competencia de pinturas en gran formato, elaboradas ante sus ojos.

Los últimos 50 domingos el monumento se convertía en el escenario de una fiesta, de una convivencia en donde los juarenses se encontraban y reconocían y a ello se llegó luego de un año de lucha de los animadores del bazar, quienes no se desanimaron cuando la gente no llegaba en las cantidades necesarias para que el esfuerzo fuera sólo por amor al arte, su persistencia los ha hecho dueños de ese espacio por lo menos el día domingo, ese día es de ellos que lo animan y de los cientos o miles de visitantes que a lo visitan y disfrutan.

Ahora las autoridades municipales en su afán recaudatorio, olvidan su discurso de recuperación de los espacios públicos y pervierten uno, que no las autoridades, sino los juarenses habían rescatado por su gran necesidad de ellos.

El daño está hecho, pero que quede registrado el desinterés de las autoridades por la recuperación de la ciudad y su labor en contra del esfuerzo ciudadano, con la instalación de una gigantesca cantina en el Monumento.

Editorial 1084