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viernes, 9 de mayo de 2014

20 preguntas a Leticia Chavarría Villa

               Al rescate de los 
            valores del médico


*«En una institución pública los médicos ven hasta 30 pacientes por turno, pero nada más los ven, porque así se los ordenan, mientras que en el ejercicio privado la consulta dura hasta una hora en la primera visita», afirma Leticia Chavarría

*«Los médicos y cualquier otra persona debemos salir de nuestra zona de confort para apoyar a la gente más desprotegida», dice la también integrante del grupo Lucas Médico Querido

Por Luis Carlos Cano C.

         De igual forma ha dedicado su tiempo en ayudar a otros grupos de la comunidad que no tienen el acceso a la medicina en instituciones de gobierno y aunado a ello, en el grupo Lucas Médico Querido, promueve entre los médicos el rescate de valores y otras normas que de nuevo le den ese prestigio a quienes se encargan de la salud de los demás. De esto, de lo que considera debe ser un buen profesional de la medicina, entre otros aspectos, platica con Semanario.

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    — ¿Por qué el nombre de Lucas y cuáles son los objetivos principales de este grupo?
    — Pues precisamente porque el apóstol Lucas fue médico, entonces, que mejor que tomar este nombre para llamar así a este proyecto que se puede considerar como semilla, en donde el objetivo es profundizar en la educación del médico, propiciar una visión médica con espíritu cristiano y cultivar un diálogo fructífero con la razón y la fe, la ciencia médica, ética teológica, la vida y la moral

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    — ¿Ustedes buscan con esto que el médico ejerza su profesión pensando primero en los demás, antes que en el beneficio económico?
    — Como el médico, hay otras profesiones dentro una sociedad que también son básicamente de educación como el maestro, el sacerdote y se tienen que ejercer por vocación, con entrega de un amor hacia el prójimo, porque de otra manera no lo entendemos; no entendemos cómo un estudiante de medicina entre a la universidad con ese fin de hacerse rico.
     «Ese no debe ser el fin, puede ser una consecuencia si es un buen médico, si se prepara, atiende bien a sus pacientes, es humano con ellos, hay una empatía y obviamente va a haber un éxito y una consecuencia económica redituable, pero no debe ser eso el inicio de que yo voy a estudiar medicina para hacerme rico. Lo que queremos nosotros con el grupo es poner nuestro granito de arena para rescatar ese tipo de situaciones, lo que es la vocación del médico y su papel dentro de una sociedad».

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    — ¿Ustedes tienen ya reuniones, los interesados en formar parte de esto, a dónde puede dirigirse?

    — Nos estamos reuniendo el tercer domingo de cada mes en el Seminario Conciliar, ahí estamos de 10 a 2 de la tarde y obviamente se invita a todos los médicos que les interese incursionar dentro de la espiritualidad, a hacer una reflexión y es algo muy interesante porque no es con la idea de que vayan a convertirse, a ser beatos, creo que es importante que vayan con esa inquietud primero y si les interesa y atrae, pues irán retomando muchas cosas muy valiosas como personas y como profesionistas.

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    — ¿Entonces, el objetivo de este grupo que han formado es que el acercamiento con la religión los haga volver a retomar los valores de la medicina?

    — Si, retomar esos valores, creo que es a través de la religión donde podemos crecer en el espíritu, y esto quiere decir muchas cosas, no necesariamente estar metidos en la iglesia rezando, quiere decir amar al prójimo, eso es la base de todo, y para nosotros como médicos es atender bien a un paciente, es platicar con él, conocerlo, darle una palmada, animarlo, motivarlo.
     «Cuando estaba yo en la universidad se decía entonces que del 70 al 80 por ciento, o más, de las personas que llegaban  a consulta médica traían un mal no tanto físico, sino emocional, psicológico, y ahora podemos agregar también eso, lo espiritual; o sea, las enfermedades son una consecuencia de otros padecimientos y se manifiestan de una manera física, orgánica, pero la persona pudo haber pasado por un problema espiritual, emocional, depresivo, de stress, angustia, el dolor, muchas emociones que no se han resuelto y en un momento dado van a generar un trastorno que se va a manifestar en una afección real como hipertensión, diabetes, cáncer, muchas que son consecuencia de que esa persona no recibió a tiempo ninguna ayuda de otro tipo».

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    — ¿Cuántos médicos participan en este grupo, son de distintas especialidades?

    — La participación ha sido variable desde que inició el proyecto, pero alrededor de 80 somos los que acudimos a estas reuniones en las que asisten de todas las especialidades, así como médicos que trabajan en instituciones públicas, o están en el ejercicio privado, y en este grupo la edad tampoco importa, no se hace discriminación de ello o del género.
    «Hay de todo, si hay gente ya mayores, incluso jubilados de alguna institución pública y estamos otros que no estamos jubilados, y quizá no lo vayamos a hacer porque ejercemos la medicina privada, pero ahí estamos participando por igual».

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    — ¿Hay otra parte del país donde haya grupos como este que han formado ustedes?

    — Que yo sepa no, no hemos sabido de otro, pero ojala que existan y si los hay, podamos contactarlos.

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    — ¿En el caso de los galenos, que ha influido para que el interés por los bienes materiales sea más importante que el de ayudar a los demás en el ejercicio de su profesión?
    — Yo creo que ha sido una cuestión a nivel mundial y más ahora con la globalización porque ya estamos en esta vorágine de competitividad, de productividad, de que si no eres el mejor, el más fuerte, el más inteligente, el más rápido, pues ya no cuentas, y por eso se ha dejado de lado la cuestión de los valores, del valor del ser humano, pero independientemente de su capacidad física o mental, hay muchos valores que cada uno de nosotros podemos tener y reconocer unos a otros.
     «Esa es la razón del grupo, volver a retomar modelos que hemos ido dejando de lado, como el personaje que hay en cada comunidad, y así como el médico, el sacerdote, el maestro, personajes que son emblemáticos de cada actividad.
     «Cada quien tenía un lugar en la sociedad, y en el caso de los médicos, la confianza que tenían nuestros padres en ellos, que ya simplemente decían que con ver al doctor ya estaba aliviado, pero desafortunadamente hemos perdido ese trato hacia el paciente, en muchas instituciones públicas ven al enfermo, pero sólo eso, nada más lo ven, a pesar de que la gente tiene un afección».

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    —¿Cómo confiar en los médicos ahora y acabar con ese sentir de mucha gente cuando se enferma y no conoce a uno, que la piensa de con quién ir para que no sólo le vaya a sacar dinero?

    — Si, desafortunadamente ese es el sentir de mucha gente, no podemos ocultarlo ni negarlo, o cerrar los ojos a eso, ahorita lo que predomina en muchas personas es ese sentimiento de que el médico lo que le ve en la gente es el signo de pesos en la frente, claro que no son todos y eso es lo que necesitamos revertir, ese es el objetivo del grupo Lucas Médico Querido.

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    — ¿Además de la promoción de valores, el grupo Lucas Médico Querido promueve otras actividades?

    — Así es, de hecho el próximo 8 de junio se estará llevando a cabo en esta ciudad un Congreso Médico Católico y eso es muy importante porque van a venir invitados de Estados Unidos, de Phoenix o Houston, en donde tienen un proyecto semejante al de nosotros, pero ya llevan más tiempo trabajando y será interesante el intercambio de experiencias.

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    — ¿Con los que vienen de Estados Unidos aprovecharán también ese intercambio por los adelantos científicos en la medicina, sobre todo de esas ciudades que se destacan en ese ramo?
    — Más que ver sobre los adelantos científicos, es la relación con la gente; más que los adelantos en la medicina, es la relación humana, es un grupo enfocado hacia el trato humano al paciente, porque la tecnología ahorita nos pone a los médicos en una disyuntiva difícil y precisamente es buscar como está la cuestión de la razón con la fe, de la ética en el médico, lo moral. Esa es la reflexión que tenemos que hacer.
     «Este es un proyecto semilla, estamos empezando, por eso queremos que este congreso se convierta en muchos eventos similares cada año y con más afluencia de profesionales de la medicina de todos el país, con muchas personas invitadas».

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    — ¿En estas reuniones que tienen ustedes una vez al mes, qué hacen, como funciona en lo que respecta al rescate de los valores?

    — Bueno, estamos apoyados por los sacerdotes porque ellos son los que van orientando toda esta cuestión, porque es dirigido a la espiritualidad, a los valores, a la ética, a reflexionar.
     «Hay una reflexión que a mí me gustó mucho que fue el decálogo del Papa Francisco, en donde él hace una invitación a todos los cristianos de que salgamos de nuestro entorno, de la zona de confort, seamos profesionistas o no, de que salgamos y apoyemos a la gente más desprotegida, el reflexiona que la pobreza es una causa fundamental de la violencia y así es, lo sabemos todos aquí en nuestra ciudad por lo que pasamos años atrás.
     «El Papa invita a eso, a aportar a los más desprotegidos, ayudarlos a que salgan de esa brecha y que no se haga mayor esa diferencia, pues cada vez hay más pobres y menos ricos en el mundo.
     «Yo creo que ese es un análisis muy profundo como ciudadano, como médico de que es lo que estoy haciendo en mi comunidad, que hago como profesional de la salud».

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    — ¿Ese sería un paso en el proyecto de trabajo de este grupo, reflexionar sobre quién soy yo y luego aplicarlo en servicio a la comunidad?

    — Si, reflexionar cada quien en su persona y como profesionista ayudar a los demás. Esto a mi me dio mucha gusto el darme cuenta de esto, porque de alguna manera encontré coincidencias en lo que dice el Papa Francisco y entonces dije voy bien.

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    — ¿En el grupo hay más personas como usted que tienen años trabajando por los demás?

    — Yo creo que todo esto para nada le estorba a nadie; las cuestiones éticas, morales, a nadie le deben de estorbar, ya que si a alguien lo inquieta es porque hay algo que quizá no esté muy derecho, pero no es algo que estorba, nos enriquece como seres humanos y sobre todo si lo enfocamos para trabajar por los más necesitados y luchamos aparte de eso; en lo personal me interesa ayudar a los más necesitados, pero también tratar de que se resuelvan los problemas de fondo y cuáles son, las cuestiones políticas que estamos viviendo en el país y el mundo, el porqué estar siempre a favor de los que más tienen y siempre en contra de los que menos tienen y ahí es donde a mi me interesa mucho.

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    — ¿Buscan que el grupo crezca y que otros profesionistas sigan este ejemplo para mejorar en el ejercicio de sus funciones por el bien de la comunidad?

    — Sí, yo les diría que no tengan miedo de participar en este tipo de proyectos, pues yo creo que cada quien lo puede hacer a su nivel, que cada quien decida que tan profundo quiere llegar. Es como se dice, que cada quien vea qué ejemplo tienen que dar para que la gente crea, que vea lo que pienso y demostrar que eso es lo que yo vivo y en lo que creo, eso es lo importante.

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    — ¿Qué cambios ha visto con este ejercicio en los médicos, todos van por la misma intención de seguir sirviendo?

    — Yo creo que ahorita estamos en una etapa de reflexión, estamos entendiendo y analizando de lo que se trata este proyecto y cómo llevarlo a la práctica, porque si le puedo comentar que en un inicio éramos más, yo no sé por qué no participan los demás, no sé si es porque no tienen tiempo de asistir, o de plano porque no se cumplió la expectativa que ellos tenían, pero si, algunos médicos que iniciaron ya no están.
     «Ocurre como en otros grupos, pero creo que en los que estamos participando se ha afianzado y esperamos que más profesionistas conozcan el proyecto, por eso la organización del primer Congreso Médico, para dar a conocer la idea de este proyecto entre los profesionales de la medicina».

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    — ¿Qué sigue, cuál es el plan de trabajo después de ese congreso que viene para el 8 de junio?

    — Yo creo que hay que organizarnos, una organización de ayuda, una idea es también formar una comisión de bioética teológica y quizá otras ideas que vayan sobre la marcha, lo que veamos del grupo que viene de Estados Unidos, creo que surgirán algunas ideas importantes y cómo llevarlas a la práctica, que se puedan aplicar y permanecer dentro de la comunidad.

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    — ¿Los médicos que participan en este grupo ya aplican lo que tratan en estas reuniones?

    — Fíjese que aquí hay algo importante que no podemos tampoco dejar de lado, sobre todo cuando los médicos trabajan para alguien, porque cuando no son libres del ejercicio de la medicina, los que trabajan en instituciones tienen que someterse a ciertas reglas.
     «Ven 30 pacientes en un turno, si, los ven, nada más los ven, pero no platican con ellos ni los interrogan bien porque no se puede, así está la regla que deben seguir y a la que están sometidos; en base a eso, yo creo que va a ser difícil que el profesionista pueda en ese sentido cambiar ciertas cosas, pero por algo se tiene que empezar y ya nada más con que se convenza de que a quien tiene enfrente es un ser humano, que no es un número.
     «En esos casos el facultativo se ve obligado a cumplir con los lineamientos que le da la institución para la cual trabaja, o de lo contrario lo despiden y viene otro en su lugar.
     «Además, él es quien da la cara frente al paciente y en muchas ocasiones se le culpa de todas las deficiencias, de todo lo que sale mal con el enfermo, pero hay una estructura detrás que es la que dicta los lineamientos de cómo se deben de conducir los empleados de la institución, y si le dicen tú tienes que ver 30 ó 40 pacientes, pues los tiene que ver y es difícil revelarse o negarse a hacerlo, si se niega, el paciente lo va a culpar a él en caso de que no lo atienda.
     «El médico entra como una pieza de todo un mecanismo que existe en la institución».

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    — ¿Normalmente en un consultorio privado cuánto tiempo se lleva en una revisión al paciente?

    — Mire, en un consultorio privado, cuando es la primera consulta son de 40 minutos o hasta una hora con un paciente de primera vez, porque dependiendo de su padecimiento se tiene que hacer un interrogatorio, una buena exploración, se tiene que generar esa relación médico-paciente, darle la confianza a la persona. El primer contacto con el paciente es muy importante.
     «Ya después las consultas subsecuentes pueden ser de 20 minutos para darle un seguimiento al enfermo.
     «Eso es en una consulta privada, pero ya en una institución pública está muy difícil tardarse media hora con una persona, pues duran en promedio 10 minutos, tardarse media hora con un paciente, en seis horas serían 12 los que atendería.
     «Aquí es importante también que la comunidad este consciente de esta situación y aunque el galeno tenga que darle poco tiempo al paciente, puede ser con calidez, no es lo mismo decirle ahí tiene ese medicamento y se lo toma cada determinado tiempo, o decirle de otra forma, incluso, depende del tono de la voz, el saludo de mano, hablarle por su nombre, darle un trato de valor a la persona, porque hay casos que ni levantan la vista mientras lo interrogan, aunque sean pocos minutos, que sean de calidez, con afecto y el enfermo va a recibir eso bien».

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    — ¿Han tenido algún tipo de acercamiento con la Escuela de Medicina de la universidad para que los estudiantes desde esta etapa valoren el trato hacia el paciente?

    — No tenemos por ahora ese acercamiento, hay mucho que se puede hacer y tal vez lo hagamos en el futuro, ahora estamos apenas empezando, pero  nuestro objetivo es crecer como grupo y como personas; en el caso de los estudiantes de medicina el problema es que desde la secundaria y la preparatoria les quitaron las materias de ética, de civismo y eso influye en la formación para una relación con los semejantes, porque en medicina no hay una materia concreta que enseñe eso.
     «Sobre eso, lo que yo recuerdo con mucho agrado son los consejos de los maestros, que fueron grandes médicos y algunos de ellos siempre recalcaban eso, que el facultativo tiene una gran responsabilidad en la comunidad».

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    — ¿Usted aconseja a los médicos que retomen esos valores de la profesión y que la ejerzan más por vocación que por interés?

    —Así es, pero desafortunadamente tenemos el ejemplo en nuestro vecino país, allá el médico cobra hasta porque lo voltea a ver desde la puerta de la cama del hospital; entonces, eso de que a este profesionista se le vea como un grupo selecto, quizá sí, pero que sea en base a su función como médico y no selecto porque tenga un gran vehículo, una casota y cuentas abultadas en el banco, esa no debe ser la finalidad, si es una vocación genuina y es un médico excelente, claro que el prestigio le va a generar que lo busquen y aumente sus ingresos, pero como consecuencia de su buen ejercicio de la medicina, sin olvidar la vocación de servicio.
Con más de 30 años ejerciendo la medicina, Leticia Chavarría es también desde hace tiempo una incansable luchadora social y en los años de la crisis de seguridad en esta frontera participó incansablemente en acciones exigiendo la seguridad para los integrantes de su gremio, como parte del Comité Médico Ciudadano.
Convencida de que los valores, la ética y el amor al prójimo deben prevalecer en quien tiene la oportunidad de servir a los demás a través de su profesión, Leticia Chavarría Villa predica con el ejemplo y no deja de participar en asociaciones que promueven la ayuda a la gente.

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