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viernes, 23 de mayo de 2014

Los panistas votan por colaborar con Peña

 Por Rodrigo Borja
     No fue sorpresa, Gustavo Madero, pospuso artificiosamente el proceso de elección en el Comité Ejecutivo nacional del Partido Acción nacional, por meses, hasta tener los «amarres» necesarios, que le garantizaran el triunfo que finalmente obtuvo con un 57 por ciento de los votos. Los panistas votaron por seguir siendo un partido de tercera que debe su supervivencia al colaboracionismo con el gobierno federal.
     El calderonismo representado por Ernesto Cordero, tuvo un duro golpe, pero aun representa al 43 por ciento del panismo nacional y tiene amplia mayoría en la Cámara de Senadores. Es un golpe del que se puede recuperar.
    Por ser chihuahuense Gustavo Madero y haber aspirado en el pasado a la gubernatura de Chihuahua y en su condición de socio político de Enrique Peña Nieto, se convierte en un fuerte precandidato a la gubernatura de Chihuahua, por supuesto postulado por el PAN, pero sin enemigo de temer enfrente.
                 Tres lecturas 
          El periodista Pascal Beltrán del Río, escribió a escasas horas del triunfo de madero muñoz: «No es común que el líder de un partido que pierde el gobierno en una elección logre mantenerse mucho tiempo al frente de la organización. La priista Dulce María Sauri quiso renunciar de inmediato, luego de la derrota de 2000, pero le pidieron que se quedara… sólo hasta que se consolidó el proyecto de Roberto Madrazo de apoderarse del tricolor. La capacidad de operación política de Madero ha sido subestimada con frecuencia. Trataron de armarle un Tucom, pero no pudieron. Aquí escribí, desde el 19 febrero pasado, que el chihuahuense se reelegiría, y repetí el pronóstico el 12 de marzo.
                « El Pacto por México fue la tabla de salvación de la que se agarró Madero en los difíciles días posteriores a la elección de 2012, cuando el PAN, el partido de gobierno, se fue al tercer lugar. Al chihuahuense le cargaban la responsabilidad de la derrota y enfrentaba una fuerte oposición interna. Hoy Madero puede negociar con el gobierno desde una posición de mayor fuerza. Dentro de poco tiempo, solidificará su mando sobre las bancadas del partido. Muchos legisladores rebeldes, por conveniencia, regresarán al redil.
                «(…) Ave, Madero, los que están por arrimarse, te saludan. En el grupo de conversos cuente usted a los senadores corderistas que están pensando en ir por alguna de las gubernaturas próximas a renovarse. Por orden de aparición, primero están los potosinos Sonia Mendoza Díaz y Octavio Pedroza Gaitán. Mejor se alinean de una vez por la derecha. No se les vaya a atravesar un Zapata Perogordo. En San Luis ganóCordero el domingo. El pulgar de Madero anda inquieto.
                «El fin del calderonismo? Depende qué entendamos por eso. El expresidente Felipe Calderón seguirá teniendo influencia en el partido, pero ahora deberá negociar con el jefe nacional hoy reelecto, cosa que hasta ahora había creído innecesaria. Lo que sí se acabó es la carrera de Ernesto Cordero. Duró poco. La muerte de Juan Camilo Mouriño, en noviembre de 2008, lo convirtió, sin querer, en cabeza de grupo, pero sus descalabros consecutivos muestran que para la operación política le faltó madera».
                Por otra parte el analista político y especialista en seguridad nacional Jorge Fernández Menéndez, tiene un punto de vista compartido por muchos o¿bsernadores políticos, dice:«Es un simplismo absoluto sostener que con Gustavo Madero ganó el panismo pro Pacto y dialoguista en contra del duro y opositor que se habría identificado con Ernesto Cordero. El diálogo, con Madero o con Cordero, se hubiera dado igual, lo que estaba en disputa era el interlocutor. Es más, la fracción cercana a Cordero seguirá teniendo un peso importante en el Senado y tendrá que seguir siendo, por lo menos, un participante en el diálogo con el gobierno.
Tampoco implicaban uno u otro la llegada de un nuevo PAN, eran, incluso dentro de sus respectivas corrientes, candidatos ya vistos que, en ninguno de los dos casos, significaban la irrupción de algo diferente a lo que ya habíamos visto, de una nueva corriente, una nueva forma de hacer e interpretar las cosas, mucho menos de nuevos personajes: en las dos candidaturas había actores conservadores y liberales, de la derecha panista o que habían trabajado muy cerca de Fox o de Calderón».
                El analista lo ve buscando la gubernatura de Chihuahua: «Quien ganara sería, indudablemente, un presidente nacional de transición, más en el caso de Gustavo Madero, que iba por la reelección y dejará su responsabilidad a mediados del año próximo. Pero tampoco se veía a Cordero como un presidente de largo aliento en el panismo». La seguridad con la que dice que madero dejara la presidencia del PAN en 18 meses, es por los tiempos en que se debe desprender de esa responsabilidad para venir por la gubernatura de la entidad.
                Por su parte la analista Yuriria Sierra, pone énfasis en la operación cicatriz: «Pues sí, el domingo, Madero cenó Cordero. Al final, los augurios del presidente (re)electo de Acción Nacional se hicieron realidad, ganó con una diferencia de dos dígitos. Una victoria anunciada a lo largo de la vida que le siguió al partido a su salida de Los Pinos: la división dentro del PAN se hizo evidente, así como los conflictos dentro de sus bancadas legislativas y hasta escándalos, cuya única finalidad era el tropiezo del grupo contrario. Desde antes de los resultados, se sabía que el gran asunto que recibiría el ganador es la reconciliación, la operación cicatriz. Porque vaya que se dieron con todo, o al menos eso intentaron.
«(…) Lo que es evidente es que la derrota de Ernesto Cordero es un golpe que se recibió en las oficinas del expresidente Felipe Calderón. Ni el trabajo que realizaron durante la campaña ni el proselitismo que realizó Margarita Zavala fueron suficientes para retomar el mando del partido. El calderonismo quedó opacado por el músculo que Madero mostró para esta elección. A Cordero —y sí, también al calderonismo— les llegará la hora del premio de consolación, cuando en víspera de la elección intermedia del próximo año, les toquen algunas candidaturas. Y es que algún precio deberá tener esta reconciliación, que se marca en los pendientes al interior del PAN en calidad de urgente».
       En síntesis, tenemos una contienda que no ofreció sorpresas en su resultado salvo tal vez que no fue tan contundente como un dos a uno, es evidente que continuara el colaboracionismo con Enrique Peña Nieto y que este pude tener su pago en la gubernatura de Chihuahua para Gustavo Madero.

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