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jueves, 29 de mayo de 2014

Sebastián ataca de nuevo el erario de Juárez


Por Rodrigo Borja

         Luego de la falta de trasparencia y grandes costos que Ciudad Juárez pagó por la escultura conocida simplemente como la «X», el camarguense Sebastián  ataca de nuevo al erario de Ciudad Juárez, con el supuesto proyecto que ya está en marcha, editar un libro en el que explique, sus motivaciones y el simbolismo de la escultura.
         Lo anterior fue dado a conocer al propio alcalde Enrique Serrano Escobar, por el escultor en un encuentro que recientemente tuvieron en la Ciudad de México, en la cual el escultor le dio a conocer el proyecto editorial y el tiraje inicial de dos mil ejemplares y le solicitó fondos para tirar dos mil ejemplares más.
         El mismo «modus operandi» que utilizó para vender la costosísima «X», que empezó como un regalo del conocido escultor para Ciudad Juárez. Un regalo que tras ser aceptado empezó costando 25 millones de pesos y terminó en 88 millones de pesos.

Por sus obras los conoceréis
         Lamentablemente el alcalde Serrano Escobar, acogió la idea con buen ánimo y declaró que se buscarán los fondos para llevar a cabo la empresa editorial, sin una reflexión sobre la experiencia amarga tendida con la erección de la «X».
         Conociendo la forma de operar de Sebastián, seguramente pedirá la firma de un contrato, tal y como lo hizo cuando «regaló» el monumento que domina el parque de El Chamizal en nuestra ciudad.
         Un libro sin lugar a dudas de pasta dura, cocido, papel couche de por lo menos 12 puntos y gráficas a todo color, que en cualquier excelente imprenta ya con los originales listos no debe ir más allá del millón y medio de pesos  ,los cuatro mil ejemplares.
         No obstante lo anterior, lo relativamente económico que puede ser el proyecto. Estemos atentos a los números que se darán próximamente de seguir como parece el proyecto.

La mula no era arisca
La maquinación de este nuevo atraco a Ciudad Juárez, es inadmisible, debemos tener memoria. En el numero 1084 de Semanario con fecha 13 de mayo de 2013 se relata: «En plena euforia del Bicentenario del Natalicio de Benito Juárez, el  escultor camarguense Sebastián, anunció su deseo de donar una escultura monumental a Ciudad Juárez. Despertó grandes expectativas y con el argumento de que Benito Juárez, adoptó la «X» para el nombre de México, arguyó largamente a favor de su proyecto ante el presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007) y tras convencerlo, pidió un adelanto de doce millones de pesos; la cara de incertidumbre y pasmo de los ahí reunidos, fue hábilmente sorteada por el escultor, quien  atajó: «Yo les regalo el diseño, pero no tengo el dinero para el material y acero que se necesita».
            «Al notar que la tensión disminuía remató: «La escultura está proyectada para 60 metros, yo le regalo cinco más». Inmediatamente después inició un espectacular juego de manos con figuras geométricas de su invención, un hábil acto de circo que maravilló a los ahí presentes.
            Hoy, ocho años después del show de Sebastián, los 24 millones de inversión para la escultura reconocida desde ese momento popularmente como la «X», se han vuelto por lo menos 88 millones y se habla de un total de 102 millones de pesos, en donde se incluyen los gastos de la inauguración.
            «La escultura finalmente quedó en 62 metros de altura y su costo estimado —la información oficial es poco fiable y elusiva— es de 45 millones de pesos, mas una inversión de 43 millones en la Plaza de la Mexicanidad».

            
            Crónica del atraco
            El número 1024 de Semanario de marzo de 2012, consigna: «Hace más de seis años en una reunión en un pequeño salón del conjunto Cibeles, presentó (Sebastián) un proyecto que fue llamado desde ese momento la «X», en un trabajo en power point, que ni siquiera se dio la molestia de actualizar, ya que estaba fechado en el año 2000, dijo con descaro que había pensado en ese proyecto porque se acercaba el bicentenario del natalicio de don Benito Juárez y que él quería regalar ese monumento a los juarenses.
            Inventó que don Benito, había adoptado la X para el nombre de México, aduciendo otra serie de falsedades ante un auditorio pequeño pero crédulo. Una pequeña digresión sobre la «X», es un atavismo del lenguaje, lo podemos ver en la primera edición de don Quixote, así escrito o bien en el lema de la Real Academia Española de la Lengua que «Limpia, fixa y da esplendor». México simplemente lo conservó al igual que Texas, que significan el techo de la Nueva España, allá arriba, donde van las tejas. Pero bueno una voz se acercó al alcalde para argumentar en contra del proyecto, entre las consideraciones no era la menor que una cruz de esas dimensiones y color rojo, con la fama de Juárez de ser el lugar en donde en cada esquina y cada tres minutos se asesina a una mujer, era profundamente riesgoso. El consejo de Teto, al inconforme fue que expusiera sus argumentos ante todos.
 
            «Teto de pie rumiaba la idea y en eso estuvo prácticamente toda la exposición de Sebastián, de repente dijo «le entramos» y elaboró un discurso de las voces que se alzarán contra el proyecto, apoyándose en las ideas que en contra le acababan de dar. Inmediatamente después de la aceptación, vino el primer traguito amargo. Sebastián regalaba el proyecto, su diseño, pero él no tenía el dinero para regalar el material, su elaboración y montaje, que probablemente saldría en unos 24 millones… aun así se aceptó. Ahora los juarenses pagarán más de 40 millones de pesos por el regalo del escultor, quien impone empresa para que su obra sea instalada; impone empresa transportista; impone empresa aseguradora y un recomendado suyo es el encargado de la instalación… un regalo muy caro y del cual como desde el principio se vio, corremos el riesgo de arrepentirnos, porque esos fierros no son como la Torre Eiffel, son una cruz y la cruz es un símbolo que entre otras cosas representa la muerte, podríamos estar construyendo el símbolo por el que seremos conocidos en el mundo…». Así fue el atraco.
         Sería el colmo que Sebastián volviera a ver la cara a los juarenses. Estemos atentos.

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