«Teto de pie rumiaba la idea y en eso estuvo prácticamente toda la exposición de Sebastián, de repente dijo «le entramos» y elaboró un discurso de las voces que se alzarán contra el proyecto, apoyándose en las ideas que en contra le acababan de dar. Inmediatamente después de la aceptación, vino el primer traguito amargo. Sebastián regalaba el proyecto, su diseño, pero él no tenía el dinero para regalar el material, su elaboración y montaje, que probablemente saldría en unos 24 millones… aun así se aceptó. Ahora los juarenses pagarán más de 40 millones de pesos por el regalo del escultor, quien impone empresa para que su obra sea instalada; impone empresa transportista; impone empresa aseguradora y un recomendado suyo es el encargado de la instalación… un regalo muy caro y del cual como desde el principio se vio, corremos el riesgo de arrepentirnos, porque esos fierros no son como la Torre Eiffel, son una cruz y la cruz es un símbolo que entre otras cosas representa la muerte, podríamos estar construyendo el símbolo por el que seremos conocidos en el mundo…». Así fue el atraco.
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jueves, 29 de mayo de 2014
Sebastián ataca de nuevo el erario de Juárez
Por Rodrigo Borja
Luego de la falta de trasparencia y grandes costos que
Ciudad Juárez pagó por la escultura conocida simplemente como la «X», el
camarguense Sebastián ataca de nuevo al erario
de Ciudad Juárez, con el supuesto proyecto que ya está en marcha, editar un
libro en el que explique, sus motivaciones y el simbolismo de la escultura.
Lo anterior fue dado a conocer al propio alcalde Enrique Serrano
Escobar, por el escultor en un encuentro que recientemente tuvieron en la
Ciudad de México, en la cual el escultor le dio a conocer el proyecto editorial
y el tiraje inicial de dos mil ejemplares y le solicitó fondos para tirar dos
mil ejemplares más.
El mismo «modus operandi» que utilizó para vender la
costosísima «X», que empezó como un regalo del conocido escultor para Ciudad
Juárez. Un regalo que tras ser aceptado empezó costando 25 millones de pesos y
terminó en 88 millones de pesos.
Por sus obras
los conoceréis
Lamentablemente el alcalde Serrano Escobar, acogió la idea
con buen ánimo y declaró que se buscarán los fondos para llevar a cabo la
empresa editorial, sin una reflexión sobre la experiencia amarga tendida con la
erección de la «X».
Conociendo la forma de operar de Sebastián, seguramente
pedirá la firma de un contrato, tal y como lo hizo cuando «regaló» el monumento
que domina el parque de El Chamizal en nuestra ciudad.
Un libro sin lugar a dudas de pasta dura, cocido, papel
couche de por lo menos 12 puntos y gráficas a todo color, que en cualquier
excelente imprenta ya con los originales listos no debe ir más allá del millón
y medio de pesos ,los cuatro mil
ejemplares.
No obstante lo anterior, lo relativamente económico que
puede ser el proyecto. Estemos atentos a los números que se darán próximamente
de seguir como parece el proyecto.
La mula no era
arisca
La maquinación de este nuevo
atraco a Ciudad Juárez, es inadmisible, debemos tener memoria. En el numero
1084 de Semanario con fecha 13 de mayo de 2013 se relata: «En plena euforia del
Bicentenario del Natalicio de Benito Juárez, el escultor camarguense
Sebastián, anunció su deseo de donar una escultura monumental a Ciudad Juárez.
Despertó grandes expectativas y con el argumento de que Benito Juárez, adoptó
la «X» para el nombre de México, arguyó largamente a favor de su proyecto ante
el presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007) y tras
convencerlo, pidió un adelanto de doce millones de pesos; la cara de
incertidumbre y pasmo de los ahí reunidos, fue hábilmente sorteada por el
escultor, quien atajó: «Yo les regalo el diseño, pero no tengo el
dinero para el material y acero que se necesita».
«Al
notar que la tensión disminuía remató: «La escultura está proyectada para 60
metros, yo le regalo cinco más». Inmediatamente después inició un espectacular
juego de manos con figuras geométricas de su invención, un hábil acto de circo
que maravilló a los ahí presentes.
Hoy,
ocho años después del show de Sebastián, los 24 millones de inversión para la
escultura reconocida desde ese momento popularmente como la «X», se han vuelto
por lo menos 88 millones y se habla de un total de 102 millones de pesos, en
donde se incluyen los gastos de la inauguración.
«La escultura finalmente
quedó en 62 metros de altura y su costo estimado —la información oficial es
poco fiable y elusiva— es de 45 millones de pesos, mas una inversión de 43
millones en la Plaza de la Mexicanidad».
Crónica
del atraco
El número 1024
de Semanario de marzo de 2012, consigna: «Hace más de seis años en una
reunión en un pequeño salón del conjunto Cibeles, presentó (Sebastián) un
proyecto que fue llamado desde ese momento la «X», en un trabajo en power
point, que ni siquiera se dio la molestia de actualizar, ya que estaba fechado
en el año 2000, dijo con descaro que había pensado en ese proyecto porque se
acercaba el bicentenario del natalicio de don Benito Juárez y que él quería
regalar ese monumento a los juarenses.
Inventó
que don Benito, había adoptado la X para el nombre de México, aduciendo otra
serie de falsedades ante un auditorio pequeño pero crédulo. Una pequeña
digresión sobre la «X», es un atavismo del lenguaje, lo podemos ver en la
primera edición de don Quixote, así escrito o bien en el lema de la Real
Academia Española de la Lengua que «Limpia, fixa y da esplendor». México
simplemente lo conservó al igual que Texas, que significan el techo de la Nueva
España, allá arriba, donde van las tejas. Pero bueno una voz se acercó al
alcalde para argumentar en contra del proyecto, entre las consideraciones no
era la menor que una cruz de esas dimensiones y color rojo, con la fama de
Juárez de ser el lugar en donde en cada esquina y cada tres minutos se asesina
a una mujer, era profundamente riesgoso. El consejo de Teto, al inconforme fue
que expusiera sus argumentos ante todos.
«Teto de pie rumiaba la idea y en eso estuvo prácticamente toda la exposición de Sebastián, de repente dijo «le entramos» y elaboró un discurso de las voces que se alzarán contra el proyecto, apoyándose en las ideas que en contra le acababan de dar. Inmediatamente después de la aceptación, vino el primer traguito amargo. Sebastián regalaba el proyecto, su diseño, pero él no tenía el dinero para regalar el material, su elaboración y montaje, que probablemente saldría en unos 24 millones… aun así se aceptó. Ahora los juarenses pagarán más de 40 millones de pesos por el regalo del escultor, quien impone empresa para que su obra sea instalada; impone empresa transportista; impone empresa aseguradora y un recomendado suyo es el encargado de la instalación… un regalo muy caro y del cual como desde el principio se vio, corremos el riesgo de arrepentirnos, porque esos fierros no son como la Torre Eiffel, son una cruz y la cruz es un símbolo que entre otras cosas representa la muerte, podríamos estar construyendo el símbolo por el que seremos conocidos en el mundo…». Así fue el atraco.
Sería el colmo que Sebastián volviera a
ver la cara a los juarenses. Estemos atentos.
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