Por Rodrigo Borja
Siendo
presidente municipal de Juárez por primera vez y ante un auditorio compuesto
por estudiantes, el ex alcalde Héctor teto Murguía, en una plática que buscaba
ser motivacional se sincera: quiero ser gobernador, presidente de la republica
no, porque ya no tengo tiempo.
Fue como
un juego, como fueron sus declaraciones sobre el mismo asunto en los dos
primeros años de alcalde, pero ya en el tercero, las cosas cambiaron. Los
empeños del entonces presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal, iban
encaminados a lograr la candidatura del Partido Revolucionario Institucional
para el 2010.
Dio la
pelea y como todos sabemos finalmente fue vencido por César Duarte Jáquez, sin
embargo la espinita quedó clavada y hoy por hoy las principales acciones de Teto Murguía, van encaminadas a
lograr la candidatura que se le negó en 2010.
Fue
notorio y hasta chocante que durante la campaña de Cesar Duarte a la
gubernatura y Murguía Lardizábal a la presidencia municipal —por segunda
ocasión—, en sus discursos el ex alcalde por partida doble, hacía alusión a que
tanto él como Duarte Jáquez pretendieron a la misma dama y que el perdió, lo
decía así palabras más palabras menos.
La frustración
Era
evidente la frustración que el entonces alcalde tenía y no lograba digerir que
en la carrera por la gubernatura le hubiera ganado a quien él contaba como uno
de sus apoyos a la gubernatura y no al contrario.
Esta
actitud de mal perdedor lo llevó a tener una relación por tres años llena de
rispidez con el gobernador Duarte, una mala relación que se tradujo en mayores
rezagos para nuestra frontera; en retraso por casi un año del Programa de
Movilidad Urbana y en otros perjuicios más.
Entre
las condiciones que llevaron a César Duarte y no a Murguía Lardizábal a la
gubernatura esta la buena relación que con entidades políticas de la capital
del país, mantenía Duarte Jáquez y fueron descuidadas por Teto Murguía. No es
un secreto para nadie que peso mucho en la decisión sobre quien gobernaría
Chihuahua, la opinión de los hombres y mujeres fuertes del partido tricolor, a
saber: Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes Rangel y sobre todo Emilio Gamboa Patrón, con este último el
gobernador chihuahuense mantiene una relación inmejorable y era líder de los
diputados, como ahora lo es de los senadores.
Nueva estrategia
Tras un
mínimo análisis de las fuerzas que determinaron la gubernatura en Chihuahua,
Héctor Murguía parece haber llegado a la conclusión de que tiene que estrechar
lazos con las fuerzas políticas del centro, sobre todo con el grupo
Atlacomulco, en donde tiene una llave en la persona de Arturo Montiel, tío del
presidente de la republica, padrino político del mismo y a quien Enrique Peña
Nieto, dedicó su tesis de maestría.
Ahora,
Teto viaje de tres a cuatro veces al mes a la capital del país, reuniéndose con
diversas personalidades de la política, estrechando lazos, con los actores
políticos en el candelero, estrechando su relación con Montiel.
La
relación con este último se inició en 2004, cuando el entonces gobernador del
Estado de México, se acercó al candidato a la presidencia municipal de Ciudad
Juárez, con miras a tener un aliado político para la sucesión presidencial del
2006.
Se habla
de un acercamiento entre el baecismo y Murguía Lardizábal, aquí debemos poner
atención en que el baecismo a estas alturas juega con más de una carta para la
sucesión de 2016 y la versión no ha sido confirmada por este columnista.
En un
listado amplio de precandidatos priistas a la gubernatura debe ser incluido el
nombre de Héctor Murguía Lardizábal, el tiempo nos dirá si al reducirse con
el tiempo la lista, el nombre del juarense continua en la misma.
Entre
los puntos en contra para este escenario político, esta la segura oposición del
gobernador César Duarte a la candidatura de Murguía Lardizábal, esta sólo puede
ser una realidad, si se impone desde el centro de la república.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario