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lunes, 16 de marzo de 2015
Asoma la violencia
El
sábado 28 de febrero al cierre de Semanario, la violencia asomó a las
calles de la ciudad de Chihuahua; la violencia política, la violencia
social, que nada tiene que ver con un robo a mano armada. Ese sábado la
Unión Ciudadana (UC) tenía planeada una gran concentración en la plaza
Hidalgo de la capital estatal para repudiar al gobierno de César Duarte
Jáquez.
La
reunión era un evento más de los muchos que la UC, ha realizado para
presionar al gobernador para que pida licencia al cargo, y haga frente a
la denuncia que el abogado Jaime García Chávez, le presentó el pasado
23 de septiembre ante la Procuraduría General de la República por el
presunto delito de enriquecimiento ilícito, todo esto basado en la
creación de un fideicomiso por 65 millones de pesos, para comprar
acciones del banco regional Unión Progreso, con sede en Delicias.
Desde
la mañana empezaron a circular por las redes sociales mensajes en el
sentido de que el mitin se cancelaba y por la mañana frente a palacio se
inició la instalación de un gran escenario, un templete, para la
presentación no anunciada de un grupo musical.
La
violencia se desató cuando un grupo de personas encabezados por la
lideresa priista conocida como la «Negra Tomasa», trataron de reventar
la reunión, que concentró a más de un millar de personas apenas, decimos
apenas porque había sido planeada como un gran concentración estatal,
en la que esperaban a miles de manifestantes que externaran su repudio
al gobernador chihuahuense.
Hubo
jaloneos, golpes y gases lacrimógenos lanzados por las huestes
encabezadas por la «Negra Tomasa», pero finalmente los manifestantes de
Unión Ciudadana, encabezados por Jaime García Chávez, Javier Corral y
Víctor Quintana Silveyra, fue notable la ausencia de Francisco Barrio,
lograron subir al templete instalado presuntamente por órdenes del
gobierno estatal, esto hizo decir a Corral Jurado en su discurso: «nadie
sabe para quien trabaja».
Los
manifestantes declararon que el propósito se había cumplido, aunque la
convocatoria no fue la esperada, pero finalmente el evento se realizó,
con toda y la bronca inicial, que afortunadamente no pasó a mayores.
El
intento por «reventar» —y lograrlo parcialmente— la manifestación,
llegó a linderos peligrosos, los responsables de haber enviado a la
«Negra Tomasa» a tratar de evitar que la manifestación se realizara,
llegaron a límites que no se
deben permitir, lo único que no convirtió el enfrentamiento en noticia
nacional, es que la sangre finalmente no llegó al rio, con esto queremos
decir que no hubo lesionados graves y todo se concretó a empujones
jaloneos y mentadas de madre, sin embargo, es claro que Unión Ciudadana,
continuará con sus manifestaciones callejeras contra el gobernador
Duarte, y éste debe ser el principal interesado en que la violencia no
desborde el problema que enfrenta por la demanda de García Chávez… sería
peor.
Editorial 1176
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