La corrupción ha crecido con Peña Nieto: «Reforma»

Por Rodrigo Borja

            Después de un sexenio en el que los miles de muertos de la «guerra de Calderón contra el narcotráfico» anegaron de sangre el país, y que el principal problema en la percepción de los mexicanos era la inseguridad, ahora se instala en ese lugar la corrupción, como el problema más grave que los mexicanos padecemos.

            Una reveladora encuesta publicada por el periódico Reforma de la Ciudad de México, alerta sobre el principal lastre del país y del gobierno de Enrique Peña Nieto.

            Según la publicación del diario capitalino, el 60% de los mexicanos considera que la corrupción ha crecido en los últimos dos años, los primeros del mandato del presidente Enrique Peña Nieto. Mientras, 36% de la población cree que el problema se ha mantenido igual y apenas 4% piensa que ha disminuido, señala la medición, que se da a conocer en medio de las críticas que el propio mandatario y su círculo cercano han recibido por haber comprado casas a empresas contratistas del gobierno federal. 

            Al respecto, tanto el presidente como sus colaboradores, señaladamente el secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso aseguran que las adquisiciones fueron legales y niegan haber incurrido en conflictos de interés. 

            La encuesta de Reforma también incluye una pregunta sobre este tema, en el cual el 92% de los entrevistados consideró que las compras de estas y otras viviendas de parte de otros políticos —como el ex gobernador de Oaxaca, José Murat— fueron resultado de la corrupción, y únicamente 3% creyó que fueron producto de su trabajo. 

            Diversos medios de comunicación repercutieron los resultados de la encuesta y CNNN México publicó en su portal: «En la medición, la corrupción se ubicó como el principal problema del país, con 36%, por encima de la inseguridad (28%), el desempleo (13%), la violencia (12%) y otros (8%). 

            «La mayoría de los mexicanos considera que la causa fundamental de la corrupción es cultural, con 39%, y a este motivo le sigue de cerca la falta de aplicación de la ley, con 34%. 

            «Otras causas señaladas son las necesidades económicas de quienes cometen actos corruptos (12%) y otras (13%). 

            «La instancia percibida como más corrupta fueron los partidos políticos, que recibieron una calificación de 9 en una escala del cero al 10. A estos le siguieron los altos funcionarios públicos y el sistema de justicia, con 8.8 cada uno. 

            «El resto de la tabla la ocuparon el gobierno federal y los gobiernos estatales (8.7), los legisladores y los gobiernos locales y delegacionales (8.5), los sindicatos (8.2), los burócratas (8.1), los trabajadores petroleros (8), la iniciativa privada (7.6), los maestros (7.3) y la Iglesia (6.7).

            «Otra pregunta fue si es posible erradicar la corrupción en México: 59% de los encuestados dijo que sí es posible y 38% estimó que no. 

Epicentro del discurso de AMLO

            Andrés Manuel López Obrador, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional, habló acerca de la difícil situación a la que se enfrenta el país, argumentando que nada ha dañado más que la deshonestidad de los gobernantes, siendo la corrupción, el principal problema en México, de hecho es el tema central de sus decursos a lo ancho y largo del país, en sus frenéticas giras diarias.

            Reiteró la necesidad de transformar el país de manera pacífica y sin violencia, y consideró que el hartazgo de la sociedad, derivado de la urgencia de cambios demandada por millones de mexicanos, es el principal incentivo para lograrlo.

            López Obrador recordó que anteriormente ya se había referido la necesidad de transformar la situación, sin embargo aceptó que no se había logrado tener cabida en la decisión de la población, que se mantenía apática ante los problemas sociales, y al cuestionarse acerca de las razones del que llamó «despertar ciudadano», respondió que lo definitorio ha sido el empobrecimiento de las clases medias.

            El ex candidato presidencial de 2006 y 2012 negó que exista justificación alguna para que México tenga los problemas con los que cuenta, y expuso: «México tiene muchas riquezas, pero el problema es el mal gobierno y la corrupción». Asimismo, consideró que del total de los más de cuatro billones 600 mil millones de pesos en los que se integra el presupuesto federal, al menos el diez por ciento se va en actos de corrupción, por lo que afirmó que «no hay banda criminal que robe tanto como los políticos corruptos».

            Descartó que se trate de un asunto que tenga que ser analizado debido a la claridad con la que se lleva a cabo el despojo de los presupuestos, y habló de la obligación de «limpiar como las escaleras, de arriba hacia abajo, del gobierno hacia la sociedad». Al respecto hizo mención a los sonados conflictos de interés en los que se encuentra involucrado el Gobierno Federal, desde la relación entre Peña Nieto con la constructora Higa, considerando como un soborno la adquisición de la famosa casa blanca de las lomas; hasta actos de corrupción derivados de su gestión como gobernador del Estado de México, donde entregó contratos de miles de millones a la propia empresa, así como a cercanos a la familia Salinas de Gortari. Mencionó el caso de la cancelación del tren México-Querétaro, también destinado a la empresa Higa, y dijo esperar la misma cancelación con el proyecto del acueducto que calificó como «innecesario», en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

            Entre otras de las principales problemáticas acerca del dispendio de los recursos, el también ex jefe de gobierno del Distrito Federal se refirió a los excesivos sueldos de los legisladores federales, en los que incluyó la existencia de bonos especiales tras la aprobación de reformas, y el problema de los denominados «moches» entre diputados federales y presidentes municipales. Lamentó también los recursos que se gastan en los sueldos de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y añadió lo lamentable que resulta la propuesta de Peña Nieto acerca de proponer a Eduardo Medina Mora como ministro de la misma, luego de haber sido embajador de México en Estados Unidos y director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

            También hizo referencia a la adquisición del avión presidencial con un costo superior a los siete mil millones de pesos, a los que agregó la inversión necesaria para la ampliación del nuevo hangar del mismo, así como los gastos de mantenimiento y operación que, en suma, superarían los diez mil millones de pesos, muy por encima de los presupuestos de muchos municipios del país. Criticó de igual manera las pensiones otorgadas a los ex presidentes y agregó lo lesivo que resulta solventar el actual costo de las gasolinas en el país.

            Finalmente señaló que para lograr el cambio se requiere responder a dos pilares fundamentales del actual régimen: el uso de las televisoras con fines oficiales y la compra del voto, por lo que estableció que se debe de dar a conocer a la población la situación por la que atraviesa el país, además de no permitir que la compra del voto influya en las venideras elecciones.

Acercamiento conceptual

            El estudioso Jonathan Cervantes Rodríguez, nos recuerda: «Stephen D. Morris, quien realizó un interesante estudio de la corrupción en México, sostenía que ‘Se la ha definido como el uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado’; ‘Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político»; o simplemente como «el uso arbitrario del poder.

            «Otra definición con un énfasis más jurídico la proporciona Guillermo Brizio: ’Se designa a la corrupción como un fenómeno social, a través del cual un servidor público es impulsado a actuar en contra de las leyes, normatividad y prácticas implementados, a fin de favorecer intereses particulares’.

            «La corrupción también ha sido definida como: ’comportamiento político desviado’ (falta de ética política); ‘conducta política contraria a las normas jurídicas’ (falta de ética jurídica y política); y ‘usurpación privada de lo que corresponde al dominio público’. Cabe destacar que el interés personal no es un elemento que necesariamente debe incluirse en una definición, pues los actos de corrupción no siempre benefician únicamente intereses particulares.

            «La corrupción puede beneficiar a familiares, amigos o incluso a una organización, a una causa o movimiento social, político o cultural. Debido a lo anterior, algunos autores han diferenciado la corrupción egoísta de la solidaria. Para efectos de esta disertación, la corrupción se define como un acto racional ilegal, ilegitimo y no ético por parte de servidores públicos, en perjuicio del interés común de la sociedad y del gobierno, y en beneficio de un interés egoísta o solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e indirectamente». Finalmente sintetiza:

Consecuencias de la corrupción

·         Favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas.

·         Erosiona la credibilidad y legitimidad de los gobiernos.

·         Reproduce una concepción patrimonialista del poder.

·         Reduce los ingresos fiscales e impide que los escasos recursos públicos coadyuven al desarrollo y bienestar social.

·         Permite la aprobación y operación de leyes, programas y políticas, sin sustento o legitimidad popular.

·         Revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación.