A
sólo noventa días de las elecciones para renovar a los quinientos
diputados de la Cámara baja, el Instituto Nacional Electoral (INE),
enfrenta una grave crisis por la salida de siete de los diez partidos en
contienda, en medio de una serie de acusaciones sobre la falta de
imparcialidad del organismo electoral. Los representantes de los
partidos se retiraron de las sesiones del Consejo General del INE.
Con
la vocería del senador chihuahuense Javier Corral Jurado, los partidos
PAN, PRD, MORENA, PT, Movimiento Ciudadano, PES y el Partido Humanista,
acusan al INE de actuar con parcialidad a favor del PRI y de sus
partidos satélites el Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.
Acusan
concretamente al consejero Marco Antonio Baños, de encabezar un bloque
de seis consejeros, de un total de once, que votan en bloque y con la
tendencia de favorecer al PRI y al Verde Ecologista. Sobre este último
alegan que incluso se le debería suspender el registro, por desacato a
los lineamientos del propio INE.
La
situación es de suma gravedad ya que el próximo siete de junio, se
realiza la elección que renovará la Cámara de Diputados y la falta de
confianza en un árbitro como el INE, pone en riesgo lo logrado desde
finales de los años noventas, cuando fue creado el Instituto Federal
Electoral, institución que desapareció a propuesta del PAN el año
pasado, en la última reforma electoral, que concentra en un solo
organismo las elecciones de todo el país y desaparece los institutos
electorales estatales.
El
alegato para su desaparición, es que eran controlados por los
gobernadores de los estados para favorecer a su propio partido, de
manera mayoritaria al PRI, ya que es el partido que mayor número de
entidades federativas gobierna.
La
medida no surtió ningún efecto, ya que entre las acusaciones que los
partidos en retirada hacen contra el INE, es que en la conformación de
los organismos locales, llamados OPLEs, hubo maniobras para que los
mismos estuvieran dominados por priistas.
Se
acusa al consejero presidente del INE Lorenzo Córdoba Vianello, de no
tener el liderazgo y la voluntad, para llevar a cabo un trabajo que
garantice elecciones confiables en junio próximo.
El
problema es de suma gravedad dado que, el proceso electoral está en
marcha y como nunca en los últimos años, se había puesto en duda la
confiabilidad del instituto electoral, antes llamado IFE.
El
motivo que despertó la protesta, es que no se quiere reglamentar el uso
de los programas oficiales para evitar que sean usados para allegarse
clientela electoral y supone un gran retroceso del INE comparado con el
también desprestigiado IFE.
editorial 1175
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