Bienvenidos

La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
Este sitio se ve mejor con Firefox de Mozilla. Descarguelo haciendo click aqui.

miércoles, 3 de junio de 2015

Corrupción y crímenes el marco electoral


 Por Rodrigo Borja

                A sólo tres días de la elección para la renovación de la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas y en términos generales más de tres mil puestos de elección popular en 14 procesos locales y el intermedio federal, el marco en que se ha desarrollado el presente proceso electoral ha sido de graves acusaciones de corrupción, enfrentamientos violentos, y asesinato de candidatos.
                El comentario sobre las elecciones en Chihuahua, han sido en general de insípidas y poco visibles, sobre todo por las restricciones a que están sometidas por la reforma la ley electoral de 2014, que en su búsqueda de la equidad tomó medidas que en la práctica han resultado en campañas poco visibles, sobre todo en lo que se refiere a diputados federales.
                En general poco se sabe de propuestas de carácter legislativo y los últimos días se han significado por una andanada de señalamientos contra el candidato panistas al VI distrito federal electoral, con cabecera en Chihuahua, Juan Blanco Zaldívar, a quien se acusa de tener un adeudo en cartera vencida con el banco Unión Progreso, por siete millones de pesos. La andanada menguó cuando también trascendió que el priista Carlos Hermosillo, candidato a diputado por el IX distrito federal electoral, con cabecera en Parral, se encuentra en la misma situación por una cantidad muy superior, se habla de 36 millones de pesos.
                En términos generales en Chihuahua no se puede hablar de guerra sucia o de campañas agresivas, como las que se están viviendo por la gubernatura en los estados de Nuevo León y Sonora. Incluso se pensó que la demanda de Jaime García Chávez, contra el gobernador César Duarte, por el presunto delito de peculado y enriquecimiento inexplicable, jugaría un papel importante en el proceso, pero es un tema cada vez más ausente del debate público.
               
                Antecedentes ominosos
                El actual proceso electoral inició en medio de grandes manifestaciones por la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Iguala Guerrero. También en ese momento había una gran atención de la prensa internacional por el trágico caso referido y por el acribillamiento de 21 jóvenes en Tlatlaya, en el Estado de México, presuntamente a manos del ejército.
                Se habló incluso de la ausencia de condiciones para realizar elecciones en entidades como Michoacán y sobre todo Guerrero, en donde seguramente en algunas zonas éstas no se realizarán por lo menos con normalidad y certeza de seguridad.

                Marco de violencia
                Un enfrentamiento en Tanhuato, Michoacán, es sólo uno de los eventos más relevantes por el número de víctimas que han significado el actual proceso electoral. La versión original y oficial es que elementos federales se enfrentaron a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, que días antes había protagonizado una sangrienta jornada con bloqueos quema de bancos y otro tipo de negocios, y el derribamiento de un helicóptero con elementos del ejército en el cual murieron en el mismo lugar seis militares y otros tres han fallecido en los siguientes días, por la gravedad de sus heridas.
                Otras versiones de este evento de algunos familiares de los 42 presuntos narcotraficantes, ponen en duda la versión oficial  y acusan a las autoridades de haber cometido una masacre.
       «Eso no fue un enfrentamiento, fue una masacre», dijo Víctor Hugo Reynoso, hermano de Luis Alberto, uno de los 42 civiles abatidos en un operativo de las fuerzas federales en un rancho de Tanhuato, fronterizo con Jalisco, en el que también murió un policía federal.      
      Reynoso sostuvo su argumento basándose en las supuestas fotos del operativo que publicaron los principales periódicos nacionales, en las que se ven cuerpos «destrozados, calcinados», algunos sin camisetas ni zapatos y al lado de armas largas, señaló.
         A eventos como los anteriores se debe sumar la masacre ocurrida en el municipio de Apatzingán  que ha sido abordada por diferentes medios de comunicación con presencia nacional, desde el pasado mes de  enero en que ocurrieron los hechos.
           Reforma, La Jornada, El Universal, Excélsior, Reporte Índigo y Proceso informaron, en su momento, que policías federales pudieron haber estado involucrados en el asesinato de civiles desarmados en dos hechos diferentes ocurridos en Apatzingán, el 6 de enero de 2015.
            El 12 de enero, Alfredo Castillo, entonces Comisionado Federal de Seguridad por Michoacán, negó que hubieran ocurrido detenciones y ejecuciones de civiles desarmados.
            La investigación de Laura Castellanos titulada «La Masacre de Apatzingán», de la cual dieron cuenta en su momento Aristegui Noticias, Proceso y Univisión, se basa en 44 testimonios, actas de defunción, crudas imágenes, audios y videos de diversas fuentes que revelan que los disparos de la Policía Federal fueron ataques directos y no producto de enfrentamientos ni de fuego cruzado o «amigo», como se sostuvo en la versión oficial.
Corrupción de gobernantes
            Según  The Wall Street Journal El gobierno mexicano abrió una investigación contra el gobernador de Sonora y su hermano por supuestamente recibir millones de dólares de un empresario ligado a compañías que ganaron contratos del gobierno.
            La investigación de la Secretaría de Hacienda gira en torno a por lo menos$3.3 millones  de dólares en pagos que presuntamente recibió Miguel Padrés, el hermano del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, miembro del Partido Acción Nacional.
         Según la investigación realizada por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría, el dinero supuestamente fue pagado por Mario Aguirre, un destacado empresario de Sonora con lazos con las firmas que ganaron licitaciones por un valor de alrededor de $20 millones  dólares al año para proveer uniformes escolares a los niños de las escuelas públicas del estado.
            No está claro si se presentarán cargos formales en el caso. Un vocero de la Oficina de la Procuraduría declinó comentar. Padrés niega haber hecho algo impropio.
            La candidata del PRI al gobierno de Sonora, Claudia Pavlovich, por su parte ha sido señalada de usar una aeronave de un contratista favorecido por sus cabildeos , no únicamente para realizar su campaña en el estado de Sonora, sino para viajes de recreo a Las Vegas.
            En el mismo marco electoral desde noviembre, Enrique Peña Nieto, su esposa y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, han estado involucrados en escándalos de conflictos de interés en relación a las compras de casas de empresas que han ganado licitaciones multimillonarias con el gobierno. Todos han rechazado cualquier acto indebido.
            El mes pasado, otro político destacado del PRI, el ex gobernador del estado de Oaxaca, José Murat, se convirtió en el foco de acusaciones de actos indebidos después de que el diario New York Times informó que él y su familia habían adquirido media docena de propiedades en EE. UU., incluyendo un apartamento en la lujosa Times Warner Plaza en Nueva York. Murat niega cualquier delito.
            En febrero, también, la policía mexicana detuvo a nueve personas estrechamente vinculadas a Ángel Aguirre, ex gobernador del estado de Guerrero. Bajo presión política, Aguirre fue retirado de su cargo después de la desaparición y presunto asesinato en septiembre de 43 normalistas en Iguala, la tercera mayor ciudad de Guerrero, a manos de policías corruptos y narcotraficantes.
            Las nueve personas que han sido arrestadas, incluyendo el hermano y sobrino del ex gobernador, fueron acusadas de desviar alrededor de $19 millones de dólares de fondos del gobierno a sus cuentas personales. Los nueve dicen que son inocentes.
            No es la primera vez que el gobernador de Sonora, Padrés se ha visto envuelto en una controversia. El año pasado, las autoridades de agua y medioambiente de México encontraron que el gobernador había construido ilegalmente una represa en su rancho en el estado árido de Sonora, lo multaron con unos $400,000 dólares y le ordenaron que destruyera la represa. Pero una fuerte lluvia deshizo la represa antes de que fuera destruida.
            Javier Gándara Magaña, candidato del Partido Acción Nacional al gobierno de Sonora, su esposa, sus hijos y su yerno tienen al menos nueve casas en Estados Unidos que no reportó en sus declaraciones patrimoniales cuando fue Presidente Municipal de Hermosillo entre 2009 y 2012, publica el diario Milenio.
            En tanto, el periódico Reforma reporta que Maricela Velázquez Sánchez, candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Cuernavaca, en Morelos, omitió reportar en su declaración patrimonial una casa que compró a menos de la mitad de su precio mediante una inmobiliaria que la diputada federal con licencia creó ex profeso para ello.
            El diario capitalino dice que la candidata tricolor adquirió en 5.3 millones de pesos una casa de mil 767 metros cuadrados en el Fraccionamiento Las Delicias, en Cuernavaca.
            «Dicho precio, asentado en la escritura pública 10247, es una ganga si se compara con los precios que tienen inmuebles similares en esa zona, que fluctúan entre 9 y 13 millones de pesos, según los portales inmobiliarios especializados», refiere Reforma.    

Tres candidatos asesinados

             Al menos tres personas que aspiraban a un cargo en las elecciones locales y estatales del próximo 7 de junio fueron asesinadas en estados azotados por la violencia de los carteles del narcotráfico.
            Personas armadas que iban en una camioneta dispararon contra Enrique Hernández, candidato a alcalde del municipio de Yurécuaro, en el estado de Michoacán, cuando participaba en un mitin político en plena calle.
            La fiscalía del estado dijo en un comunicado que además de matar a Hernández, candidato por el izquierdista Morena, los atacantes hirieron a otras tres personas.
            Hernández era uno de los civiles que se alzó en armas en 2013 y participó en el movimiento de autodefensas que lucharon contra el cártel de Los Caballeros Templarios.
             El mismo día, un comando armado disparó contra Héctor López Cruz, aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a un puesto municipal en Huimanguillo, en el estado de Tabasco, en el golfo de México. En el momento del ataque, López Cruz regresaba a su casa después de un día de campaña con Erubiel Alonso, el líder del PRI en Tabasco.
            Alonso describió Huimanguillo como «uno de los lugares más violentos y peligrosos de Tabasco» donde la violencia por el tráfico de drogas se une al tráfico de migrantes y a los asaltos, robos y otros crímenes.
            Este mismo mes de mayo pero en el estado de Guerrero otro candidato a alcalde por el PRI, Ulises Fabián Quiroz, fue asesinado.
            Quiroz aspiraba a la alcaldía de Chilapa, una localidad que ha sido escenario de violentos enfrentamientos entre dos grupos criminales que se disputan la región. En noviembre se localizaron 11 cuerpos decapitados y amontonados en el borde de una carretera y desde entonces no han parado de aparecer cadáveres desmembrados, quemados o decapitados, lo que hizo complicado para el PRI encontrar a un candidato que sustituyera a Quiroz.
            En  marzo pasado fue asesinada una precandidata a alcalde también en Guerrero. Aide Nava González fue secuestrada y su cuerpo encontrado decapitado. Ella había anunciado sus planes para postularse a la alcaldía de Ahuacuotzingo por el Partido de la Revolución Democrática.
En pasadas elecciones la violencia no ha estado dirigida a ningún partido político en concreto y aspirantes de distintas formaciones se vieron afectados.
Entrevistado por Milenio José Antonio Crespo, analista del Centro de Investigación y Docencia Económica, señaló que la violencia electoral no es nueva en México. «Cada vez que hay elecciones, en los últimos años, desde el presidente Felipe Calderón cuando menos, hay este tipo de muertes, secuestros y amenazas», dijo.
            Recordó, por ejemplo, el asesinato en 2010 del candidato a gobernador del norteño estado de Tamaulipas, Rodolfo Cantú, días antes de la jornada electoral y dijo que son varios los políticos que tiran la toalla por amenazas.
            Asimismo, subrayó que aunque también hay violencia «política de un partido contra otro» la más preocupante es la generada por el crimen organizado porque «está revelando lo que ya sabemos, que ese problema está fuera del control del Estado mexicano».

No hay comentarios: