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lunes, 29 de junio de 2015

Crónica




Sigue sin placas el monumento 
a Francisco Zarco

–Mintió Adán Quezada Martínez y no repuso ninguna de las placas robadas
                                               –Lo creí serio e ingenuamente le agradecí que repondría las de Zarco
                                              –Paco Rodríguez Pérez donó la Estatua como presidente del PRI estatal
                                                      –Lupe Díaz Nieto la esculpió con amor patrio y rigor histórico
                                               –Patricio Martínez  y su Cabildo autorizaron ponerla frente a la Peni
                                           –Es la plaza 5 de Febrero  de 1857 como homenaje a la Constitución Federal
                                                   –Periodistas veteranos hacen guardia allí a las 11 cada 7 de Junio

Por  Jesús González Raizola*
Aún molesto por la falsa aseveración que me hizo Marco Adán Quezada Martínez, yo, que me precio de ser memoristas, deliberadamente olvidé cuándo me dijo aquella mentira, lo que tal vez ocurrió a la mitad de su estadía como presidente municipal de Chihuahua.
Tan desagradable momento se originó cuando unos empleados municipales que simulaban trabajar en cubículos dentro del área de la mediateca en el edificio del Archivo Histórico investigaron mi paradero, me buscaron, me localizaron y me pidieron «con urgencia» los textos contenidos en las dos placas de fierro que desaparecieron del Monumento a Francisco Zarco, que dizque porque iban a reponerse de inmediato por instrucciones del alcalde Quezada Martínez.
Claro que al saberlo me alegré en un grado súper pero superlativo. Y a pesar de que me era repulsiva la acritud que le veía en su rostro, vino a mi mente aquella sentencia de que si se es educado se debe ser agradecido, o aquella otra de que lo cortés no quita lo valiente, decidí, por elemental gratitud ciudadana acudir a agradecerle a Quezada Martínez la decisión oficial ya aludida.
Me encaminé hacia la Presidencia Municipal para gestionar un breve acceso al despacho del alcalde y culminar mi propósito de, en nombre del Padre Absoluto  de la Libertad de Expresión en México, decirle GRACIAS por el motivo multidicho.
No me recibió en su oficina que porque ya no era hora de audiencias. Pude expresarle mi gratitud en el pasillo, cuando ya iba de salida, y en ese momento fue cuando me reafirmó que ya había ordenado que fueran repuestas las placas de marras.
Con voz gruesa, y como minimizando mi agradecimiento anticipado por sólo dos placas robadas al Monumento de Francisco Zarco, volvió a reafirmarme lo ya dicho, y tajantemente me puntualizó:
–Pero las vamos a reponer todas no nomás esas dos que usted dice.
Procedía mi pregunta: ¿Cuáles todas?
–Todas las que se robaron de otros monumentos; de parques; de jardines y de algunos edificios públicos–,  me repitió con precisión.
Y avanzó sin despedirse, hacia la escalera.  Bajó y se fue.
Por mi parte, sin darle ninguna importancia a aquella actitud bastante indebida del alcalde, tomé mi rumbo, me puse en positivo, contento, porque me imaginaba que el siguiente 7 de junio, Día de la Libertad de Hablar, de Escribir y de Publicar consagrada por Francisco Zarco en la Constitución de 1857 con vigencia, pichicateada en la Constitución actual, volvería a ver allí, en el Monumento, las placas robadas y sus textos.
La original, la que el escultor Díaz Nieto le puso al esculpir la estatua y la otra, la que pusimos el 7 de Junio de 2009.
Pero no estaba ninguna.
Porque Marco Adán Quezada Martínez no repuso ni esas dos, ni las «todas» que me puntualizó… ni ninguna.
En la placa superior, la que, como única,  puso el escultor al pie de la estatua, medía 22 pulgadas de ancho por 9 pulgadas de alto y decía:
FRANCISCO ZARCO
Ejemplo vigente de Lucha Libertaria
7 de junio de 1985

La otra, la de abajo, que medía 20 pulgadas de ancho por 16 de pulgadas de  alto decía:

«Esta estatua de Francisco Zarco es obra del Escultor Juarense José Guadalupe Díaz Nieto, labrada en 1984 por encargo y patrocinio del Presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional, Lic. Francisco Rodríguez Pérez para donarla a la Asociación Estatal de Periodistas Chihuahuenses; y con acuerdo del Ayuntamiento  local se instaló en esta plaza 5 de Febrero de 1857, donde la inauguró el Presidente Municipal de Chihuahua, Patricio Martínez García, el martes 7 de junio de 1994 a las 11 horas.
                               Chihuahua, 7 de Junio de 2009».

Ese 7 de Junio de 2009 develaron la placa el Escultor Díaz Nieto y el donador Lic. Rodríguez Pérez. El escultor ahora, en 2015 ya no volverá a la guardia del 7 de junio, porque falleció el año pasado. Pero el  Lic. Rodríguez Pérez allí estará este 7 de junio de 2015 como lo ha hecho sin falta, desde el 7 de junio de 1985 en que el gobernador Oscar Órnelas Kuchle inauguró este Monumento en su ubicación original, la glorieta de Ortiz Mena y salida a Cuauhtémoc, de donde Patricio Martínez, alcalde capitalino, con acuerdo del Ayuntamiento, presidió su colocación en la Plaza 5 de Febrero de 1857 el 7 de Junio de 1994.
Para instalar el Monumento a Zarco en la Plaza 5 de Febrero de 1857 el alcalde Patricio Martínez instruyó a su Director de Obras Públicas, Ing. Jorge Barousse para reacondicionar tal sitio, y fue el asesor municipal, muy joven entonces, Ing. Javier Garfio Pacheco, quien en coordinación con quien escribe este texto se encargaron de realizar los arreglos, remodelaciones de la plaza y construir el basamento para colocar la estatua de Francisco Zarco.
Los regidores del Ayuntamiento, por unanimidad, en la sesión de Cabildo del jueves 26 de mayo de 1994, autorizaron la colocación, para siempre, del Monumento y Estatua de Francisco Zarco en la plaza citada, frente a la antigua Penitenciaria del Estado

Chihuahua, mayo del 1015.

*Premio Nacional de Periodismo 1973

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