Bienvenidos
La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
lunes, 26 de octubre de 2015
Crónica
De la libertad de expresión al vandalismo
*Con marchas violentas; con atropellos al ciudadano común;
con vandalismo, ¿es la forma civilizada de pedir justicia? *Reclaman a 43 de Ayotzinapa pero dan la impresión de que a
nadie le importan los miles de muertos en todo el país. *Pintarrajearon el monumento a la División del Norte porque
ignoran que el general Villa respetaba los patrimonios históricos.
*Atinada la decisión del director de El Heraldo de Chihuahua de crear la sección Generación Milenio para
dar voz a los jóvenes con talento. *Bien que la Universidad Autónoma de Chihuahua tenga
estudiantes que saben nuestra problemática y cómo tratarla con altura y
educadamente.
Por Jesús González Raizola*
Es el
sábado 10 de octubre de 2015. Ocho de la mañana. Pedestreo por la calle Aldama
hacia el norte y al llegar donde la cruza la calle Séptima veo que desapareció
el pequeño y antiquísimo Bar Olimpia. Por lo visto, tiraron su edificio muy
recientemente. Recuerdo que allí, un mediodía de mayo de 1959, el historiador
non de Chihuahua, profesor don Francisco R. Almada y el subadministrador del
Servicio Postal Mexicano local, don Pedro Salcedo de los Santos me invitaron a
beber dos copitas, «sólo dos», dijo don panchito, atendidos por el dueño del
lugar, amigo de ellos, de nombre don Federico Moreno.
Seguí
hacia mi aposento propuesto a escribir los detalles del porqué de aquella
invitación; lo que el historiador me aconsejó; su conocimiento de la vida de
Francisco Zarco y la libertad de expresión de la que fue su padre; del trato
que le da a Pancho Villa en su «Villa gobernador de Chihuahua», etc. ¿Cómo no?
me iba diciendo solo: es el momento de usar la demolición del Bar Olimpia para
escribir esos recuerdos de viejito.
Pero ese propósito se fue al
traste cuando abrí El Heraldo de
Chihuahua y vi y leí y releí, una columna titulada «De la libertad de expresión
al vandalismo solo hay un paso» que venía al lado derecho de la página 3-A
local, con foto de carita y nombre del autor, Edgar Muñoz Acosta, con un piecito
a dos líneas: estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias
Políticas de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH).
Repito: la leí, bien leída. La
releí, bien releída. Encontré, entre otras algunas coincidencias: Libertad de
expresión (Zarco) y Almada «Villa gobernador», y mi conclusión fue que en lugar
de aludirla en un texto a mi nombre, lo cual resulta éticamente impropio, y
como la columna del estudiante Muñoz Acosta no tiene el menor desperdicio en su
contenido, mi obligación de profano, de empírico, de lo que los lectores
quieran y manden, opté por ingresarla, íntegra, a este escrito y es la
siguiente:
«De la Libertad de expresión al vandalismo, solo hay un paso»
Francisco Villa fue un hombre que
ofreció su vida por la nación, estuvo al frente de la División del Norte y con
su sangre, lograron marcar un antes y un después en la historia de este bello
país. ¿Por qué empiezo así? Sencillo, la mañana del 28 de septiembre de 2015,
se dio a conocer que el monumento a la División del Norte, fue víctima de un
acto de vandalismo. La glorieta que se encuentra ubicada en la intersección de
las calles División del Norte y Universidad, en la cual se erigió una estatua
en memoria de estos grandes héroes anónimos, fue pintada con las leyendas
«Faltan 43», «Fue el Estado», «Fue el PRI».
Estas pintas hacen alusión al
caso Ayotzinapa, el cual fue atroz, repulsivo, denigrante y muy doloroso para
el país, pero, ¿es esta la forma de pedir justicia? ¿Cómo ayudas a los padres
de los alumnos? ¿Qué buscan lograr? ¿Cómo ayudas al país? El fuego no se
combate con fuego, la violencia no debe de ser respondida con violencia. Los
autores de este nuevo «decoro» a la memoria de la División del Norte, deben de
tener el pecho inflamado de orgullo y deben sentirse que están a la par de
Francisco Villa, supongo que ignoran que el mismo Villa, pidió el artillero
Felipe Ángeles, no apuntar los cañones a los edificios de la ciudad, puesto que
eran patrimonio histórico, no tomaba, y cuando decía groserías en su despacho,
al momento salía del mismo para pedir disculpas a su secretaria por dichas
groserías, así era Villa, así pensaba.
La leyenda «Faltan 43», ¿Qué nos
dice? ¿Qué sólo importan esos 43? Me voy a permitir decir algo lleno de
polémica. El destino de esos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, fue
marcado por ellos mismos, ¿por qué? Porque haya sido quien haya sido, un
partido político, algún cartel, el ejército en una acción de traición a la
Patria, no reacciona de esa manera antes unos simples estudiantes, me explico,
los 43 estudiantes, no eran unos angelitos, las circunstancias de su atroz
destino los hicieron mártires. ¿Qué hacían aquella noche, tan lejos de su
escuela «boteando»? Ojo, no estoy justificando esta atrocidad cometida, pero
bien dice el dicho, «El que mal anda, mal acaba».
Durante la investigación del ex procurador
Murillo Karam, se encontraron fosos con cadáveres, miles de muertos fueron
dejados ahí, sepultados. Al parecer a nadie le importan estos muertos anónimos
¿quiénes eran? En la búsqueda de los estudiantes de la normal rural, tuvieron
la «suerte» de ser encontrados, pero nadie los reclama, nadie los buscaba,
nadie les llora. ¿Qué pasa en el país? Hay miles y miles de muertos sin nombre,
que a nadie le importa. ¿Por qué hay tantos
muertos en este país?, y lo peor de todo, ¿por qué a los mexicanos sólo nos
importan 43?
La segunda leyenda, reza «Fue el
Estado», ¿cuál estado?, ¿Chihuahua o Guerrero? Esto nos deja en claro que en
este país, existe la libertad de
expresión, pero por desgracia no existe una libertad de pensamiento, estos
«neo-revolucionarios» que buscan cambiar a este país por medio del vandalismo,
son como pericos repitiendo lo que escucharon sin detenerse a pensar que es lo
que repiten.
La tercera y última leyenda,
señala un culpable, dice «Fue el PRI», supongo que por esto fue que eligieron
este monumento para «decorarlo», recordemos que el partido resultante de la
revolución fue el ahora conocido como PRI (Partido Revolucionario
Institucional). Pero entonces ¿fue el estado mayor? Porque hay que mencionar
que el municipio donde fue perpetuada esta barbarie contra los estudiantes, era
gobernador por un militante del PRD, José Luis Abarca, quien se encuentra preso
por ser el presunto responsable de este ataque.
Me parece perfecto que la gente
salga a las calles a reclamar algo, a
expresar su sentir. Soy un partidario de las manifestaciones, siempre y cuando
estas sean de manera ordenada, con sentido, sin afectar a los demás y por
supuesto sin vandalismo. El manifestarte, salir, y alzar la voz, es un derecho
que todos tenemos, pero es muy fácil que se degenere y dé como resultado, actos
como el vandalismo en este monumento.
El caso Ayotzinapa es algo que
afecta a todo el país, me atrevería a decir que impactó al mundo, ha pasado
mucho tiempo ya, y no se han encontrado a los 43 alumnos, quedan muchas dudas,
nadie sabe qué pasó, pero esta no es la manera, dañar los monumentos históricos
de las ciudades no es el camino a un mejor mañana, es un gran paso hacia atrás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario