Se cumple un año de la triste, lamentable, condenable e impune desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos, en Iguala Guerrero, 365 días y la verdad y justicia siguen pendientes.
Un año se tardó el presidente Enrique Peña Nieto, en reunirse nuevamente con los padres de los jóvenes desaparecidos y asesinados, esta realidad choca, por ejemplo, con los sucesos ocurridos en Egipto, en donde de manera inexplicable un grupo de turistas entre los que se encontraba un buen número de mexicanos fueron atacados por presuntamente haber sido confundidos con terroristas.
El gobierno mexicano inmediatamente actuó, dio una alerta para la visita de mexicanos en Egipto, exigió una investigación minuciosa y coadyuvar en la misma; el presidente Peña Nieto recibió en sólo días a los familiares de las víctimas y el gobierno mexicano se puso exigente en los referente a la investigación y llegar a la verdad de los funestos hechos.
Esta actitud del gobierno mexicano, no pasó desapercibida para medios de comunicación del extranjero como The Guardian y The Financial Times de Londres, que hicieron notar de inmediato en sendos artículos periodísticos la celeridad y exigencia del gobierno mexicano en los sucesos ocurridos en Egipto y el contraste con los 24 mil desaparecidos en México en los últimos años, las constantes violaciones a los derechos humanos y la inconsistente actitud del Estado mexicano en casos como el de Ayotzinapa señaladamente. Lo que nos hace recordar aquel dicho de «farol de la calle oscuridad de la casa».
Se cumple un año de la peor crisis que ha vivido el gobierno de Enrique Peña Nieto, y conste que asuntos no han faltado, ahí está la «Casa blanca», Tlataya y los faraónicos viajes internacionales del presidente con hasta 400 invitados.
El lamentable aniversario llega acompañado con el dictamen del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales, que se integró a instancias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuyas conclusiones dejan en claro que los militares por lo menos supieron en tiempo reales de los sucesos del 26 y 27 de septiembre de 2014, lo que echa por tierra la «verdad histórica» sostenida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien merced a eventos tan lamentables como el de Ayotzinapa, ha perdido el respeto y la confianza no sólo de los mexicanos sino de la comunidad internacional, lo cual dificulta su actividad de gobierno y todavía faltan tres años del mismo, lo que significa malas noticias para los mexicanos a menos que el presidente decida llegar a la verdad de los hechos y ventilarlos públicamente, sin importar cálculos electorales.
Urge la verdad sobre Ayotzinapa.
Editorial 1203
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