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martes, 18 de marzo de 2014

20 preguntas a Verónica Corchado




Juárez, una ciudad de muchos retos

   «Juárez tiene muchos retos como ciudad y sus habitantes como parte de ella, pero todos tenemos que participar y hacer más por nuestra ciudad», dice la directora de Salud y Bienestar Comunitario

   «Cada vez hay más mujeres comprometidas con apoyar a otras mujeres, mujeres que navegan con sus propios dolores y ayudan a otras», comenta Verónica Corchado


Por Luis Carlos Cano C.
Mural de la Rodadora fue una  serie de asesorías al grupo 
de jóvenes para que se lograra la idea 
central del mural de graffiti

         Desde que estudiaba la secundaria le nació la inquietud de integrar grupos de jóvenes para trabajar por la comunidad y en poco más de dos décadas de actividad le ha tocado fundar varias organizaciones no gubernamentales que trabajan tanto por las mujeres como por los jóvenes.
         En esa tarea que desarrolla Verónica Corchado Espinoza como activista, promueve las actividades culturales como una forma de integrar a jóvenes y adultos y que a partir de eso busquen mejoras para el sector donde radican.
Actualmente es coordinadora de la organización social Salud y Bienestar Comunitario A.C, un espacio dedicado a la atención de la salud integral de las mujeres, pero también participa con otras organizaciones civiles que promueven la defensa de los derechos humanos y culturales. De esto y de lo que considera debe hacerse por mejorar la convivencia en Ciudad Juárez, platica con Semanario.

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         — ¿Cómo se define Verónica Corchado como mujer, como juarense?
         — Como una mujer solidaria que ha aprendido mucho de otras mujeres y de otros hombres, siempre estoy viendo qué aprender; me defino como una mujer que por norma tiene la idea del diálogo.
Una mujer que ha permanecido a lo largo de los años moviendo a la comunidad y siendo parte de ella.
«Por otro lado, en mi actividad en la comunidad pertenezco a un grupo de mujeres que desde la década de los 90s empezamos a reflexionar; viviendo en la zona poniente, en estudiar esa parte de la ciudad.
«Pensábamos si en la zona poniente se podrían cambiar las cosas, si había manera jurídicamente, culturalmente, social y económicamente, éramos un grupo de mujeres y hombres, en aquel tiempo más jóvenes, pensando en intervenir en sus comunidades».

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         — ¿En ese entonces buscaban involucrar a la gente, en especial a los jóvenes?
         — Si, éramos jóvenes hablándole a los jóvenes, entre 1990 y 1995 empezamos a trabajar en teatro callejero, hicimos grupos de jóvenes que limpiaban el parque, incluso construyeron algunos de ellos en la zona poniente, uno donde está la ONG Casa Promoción Juvenil, en la colonia Gustavo Díaz Ordaz, además del parque lineal que está en esa colonia, se trabaja en espacios pequeños, en arroyos y cualquier lugar que se pueda porque en el poniente no dejaron áreas para parques.
«En eso estábamos cuando nos dimos cuenta que ese trabajo nos gustaba y por qué no, pensábamos, en constituir una asociación civil, y empezamos a estudiar esa posibilidad. Ese grupo fue el semillero de donde surgió la creación de varias organizaciones civiles como la Organización Popular Independiente, Casa Promoción Juvenil, luego Voces Indígenas con Jesús Vargas y otros colectivos que fueron importantes en esa zona de la ciudad».

3
         — ¿Se formaron otros grupos para fortalecer las acciones comunitarias?
         — Así es, y no dividiéndose, sino fortaleciendo la lucha social, las ideas, eso me parece muy importante y poco se conoce, porque la agenda que se planteaba entonces era por la introducción de servicios y espacios comunitarios, pero mutó a la exigencia de los derechos de las personas, porque nos dimos cuenta que no era algo que estábamos pidiendo como un beneficio extra o algo gratuito, sino que estábamos en el derecho de exigirlo a la autoridad, en este caso a las más cercana que es la municipal.
         «Nos dimos cuenta que estábamos ante un fenómeno de desatención de décadas y ese grupo y otros que había en la ciudad éramos como la consecuencia de que la autoridad no invirtiera para dar a los juarenses una mejor calidad de vida, en especial en las colonias más necesitadas como la Adolfo López Mateos, la Gustavo Díaz Ordaz, la Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Mariano Escobedo y la 16 de Septiembre, en donde se sigue trabajando».

4
         — ¿En qué organizaciones civiles ha participado y en cuáles sigue haciéndolo?
         — A partir del año 2000, junto a un grupo de mujeres fundo la Organización Social Salud y Bienestar Comunitario, que es un espacio para la atención de la  Salud Integral de las mujeres.
«También fui fundadora, junto con artistas, académicos y promotores de la cultura, del movimiento Pacto por la Cultura en el año 2004, plataforma que permitió poner en el debate público los derechos culturales en Ciudad Juárez. 
«Asimismo, formo parte de procesos juveniles y culturales en distintas colonias con murales colectivos, procesos creativos de memoria colectiva y fotografía y soy integrante del consejo editorial en el Certamen Literario “Mi Vida en Juárez”, en el que se convoca a mujeres de Ciudad Juárez a narrar parte de su historia, además de impartir talleres vivenciales donde se reflexiona acerca de la vida de las mujeres en esta frontera.
«Participo también en la construcción de espacios de diálogo entre  Organizaciones de la Sociedad Civil Organizada como el Grupo de Articulación Justicia en Juárez y la Asamblea de Organizaciones de la Sociedad Civil, y coordino el área de Participación Ciudadana en la organización Plan estratégico de Juárez».  

5
         — ¿Cómo surge la idea de formar Salud y Bienestar Comunitario?
         —Después de participar durante 15 años en Casa Promoción Juvenil, al ver con un grupo de mujeres que tenían la necesidad de un espacio alternativo para varias cosas, entre ellas platicar sobre la salud, se formó lo que ahora es Salud y Bienestar Comunitario (Sabic).
«Este es un espacio de salud alternativa que está a la vista de todo lo que se ha generado con los años, así como un modelo de atención a través de la relajación y otros componentes educativos.
«Empezamos en trabajar por la salud de los humildes y ahora ya tenemos más de 10 años de actividad con un equipo propio».

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  — ¿Son procesos de ayuda especialmente a la mujer, o incluyen a todos los grupos?


         — Si, a la mujer, pero yo estoy preocupada por la atención de todos, aunque en el caso de Sabic es especializado en la atención a la mujer, pero mi trabajo como promotora cultural es más con los jóvenes, es por quienes estoy más involucrada en el trabajo.
En otra esta con los actores Perla de la Rosa y 
Daniel Giménez Cacho en su visita 
y participación en la Expo-AC
«Formé junto con otros artistas y gente el movimiento por la cultura y luego participo al mismo tiempo en las alianzas con la Red Mesa de Mujeres, pero desde hace varios años en donde tengo mi resonancia es en la Colectiva Arte, Comunidad y Equidad, en la que actualmente estoy más enfocada con el objetivo de visibilizar el tema de los derechos humanos, pero no en lo abstracto, sino de los derechos culturales.
«Ahí hay mucho que trabajar en la ciudad, porque cuando hablamos de derechos la gente no sabe que tiene derecho a vivienda, educación, y menos sabe que hay toda una maquinaria política y una lucha internacional porque se conciban los derechos culturales.
«Los mínimos necesarios son un espacio cultural cercano a donde la gente vive, la escuela digna, casa digna y una serie de actividades a las que ellos puedan tener acceso».

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         —¿Cuál es el programa de trabajo que tienen para ayudar a las mujeres?
         — Nosotros tenemos tres programas en la organización, el primero de ellos una serie de diálogos entre mujeres para generar la memoria colectiva de lo que viven las mujeres y sus familias en la ciudad y que de alguna manera les ayude.
«Se hace esto con una serie de diálogos para producir los testimoniales que luego son concentrarlos en un libro, del que ya van por el tercero. “Mi Vida en Juárez Voces de Mujeres” es el título. Primero se abre una convocatoria para las mujeres que quieran participar y luego se evalúan las participaciones.
         «El proceso se inicia cuando se abre la convocatoria, por ejemplo la joven Isis Alegre, envió su texto y luego un jurado integrado por dos activistas y un artista local revisan los textos y seleccionan los que tengan mayor calidad literaria a nivel testimonial, pero cuando se abre la convocatoria, es para las mujeres y para los diálogos.
«A mujeres que no saben escribirlo o cómo escribir, se les apoya con talleres en una serie de actividades dinámicas para que el producto final sea su testimonio en un libro, aunque a veces no quieren hacerlo público. Eso es parte  del primer trabajo, que se expresen, pero del 2006 a la fecha han participado 160 mujeres».

8
         — ¿Hay algún rango de edad que predomine en estos testimonios?
         — Ha sido diferente en todos los certámenes, en el primero había más mujeres adultas que pasaban los 30 años de edad; en el segundo fue de diferentes edades.
«Ahora, la más pequeña es una jovencita de 13 años de edad, a quien el juzgado ya le entregó una beca por su testimonial. Ella escribió sobre la situación de su familia, lo difícil que es para su madre mantenerla en la escuela y cumplir con lo que necesita, por la situación económica en que viven y los aspectos de inseguridad y violencia, lo que hace que ella se cuestione si lo que está viviendo es normal o ya es nueva medida lo que le pasa, es una joven de segundo año de secundaria que narró su historia.
«También en esta tercera etapa la más grande es una señora de 65 años de edad, pero es mucha la participación de mujeres jóvenes; estoy gratamente sorprendida porque esto quiere decir que las mujeres jóvenes nos quieren compartir que pasa en su vida, con su gente».

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         — ¿Los libros con estos trabajos cómo los imprimen, de dónde obtienen los recursos?
         — Básicamente presentamos proyectos a fundaciones que apoyan a las organizaciones civiles, para que nos den el recurso destinado a la impresión de los libros, así como lo que se necesita para la premiación, que es un estímulo económico de 5 mil pesos para los tres primeros lugares y una serie de reuniones con ellas para hacer el trabajo.

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         — ¿Los libros están a la venta?
         — Estos libros se ponen a la venta y eso genera un pequeño fondo para impulsar el siguiente certamen, pero también se regalan libros a algunas organizaciones que trabajan con mujeres, así como a las participantes tres o cuatro a cada una, y regalamos ejemplares en los sitios donde se presentan los testimonios, ya que cuando se presenta el libro no concluye la tarea y se presentan en iglesias, parques y otros sitios donde se narra el testimonio por las mismas mujeres.
«Hemos regalado libros en escuelas, sobre todo secundarias, instituciones en donde hemos hecho algunos ejercicios para que se conozcan; vamos a empezar durante abril a dar a conocer algunos testimonios a través de las redes sociales».

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         —¿Como parte del trabajo con los jóvenes qué es lo que hacen en su organización?
         — Es el acompañamiento a grupos juveniles que se hacen llamar colectivos culturales, a quienes básicamente se les apoya con asesorías para clarificar qué es lo que ellos quieren hacer por la ciudad, es decir, hay colectivos que quieren pintar y les acercamos a un profesor o alguien que les oriente, figuras como artistas locales o del extranjero con ideas que les ayuden a generar su trabajo y que los chavos y las chavas puedan aprender, eso lo hacemos muy comúnmente.
«Otra actividad es la intervención, ya que por los recursos económicos no podemos intervenir en muchas comunidades, pero lo que hacemos es desde la lógica cultural organizar a la comunidad para que vea cuáles son sus problemas y sus fortalezas, y que a partir de la historia y lo que se arme ahí, generar un mural, que por lo regular se elabora con material reciclado».

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         — ¿Este trabajo se hace en una colonia para que la gente sienta la identidad por el lugar donde vive?
         —Si, es para que se sientan parte de esa comunidad, este trabajo debe tener varias cualidades, que no solamente participen jóvenes, que lo hagan todos los sectores de la comunidad; otro, que sea en un lugar visible y que sea algo que no les digamos nosotros, que la gente lo decida y lo vaya construyendo.
«En esto hemos tenido muchas experiencias diferentes, ya hay un mural que hicimos cerca de San Lorenzo, otro en el fraccionamiento Vistas del Bravo 3, que está en la Calzada del Río y calle Telegrafistas y otro en la colonia 16 de Septiembre».

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En la inauguración de la campaña 
Vivamos la calle con la esposa del alcalde, 
Virginia Gaytán
  
— ¿Todo el material que utilizan es reciclado, no los hacen sólo con pintura?
         — Estamos trabajando con ese material para promover la cultura del cuidado del medio ambiente; el vidrio y azulejo que utilizamos es de las botellas de cerveza, de material que se desperdicia y lo recogemos del arroyo. Utilizamos tierra, vidrio y eso es reciclar, podemos reutilizar esos materiales y se ven muy bellos en un mural.
«Yo me he acercado con autoridades y he presentado proyectos de cómo emplear a los jóvenes, a las señoras para embellecer el entorno donde viven, es una actividad de impacto a bajo costo, pero no se ha tenido eco en esas propuestas, pero es una oportunidad para quien quiera embellecer el lugar donde vive».

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— ¿Se trabaja en lo cultural para de esa forma involucrar a la gente a que participe en tareas comunitarias?
— Así es, porque cuando la gente se da cuenta que puede luchar por generar actitudes que ayuden a mejorar su calidad de vida, que las merece, dejan ese conformismo de no hacer nada y eso es importante bajo el lema de si nos movemos avanzamos, si nos organizamos avanza la comunidad y la ciudad también. Si queremos una ciudad con menos violencia y crimen, eso se logrará porque te organizas, pasa por el respeto, la solidaridad y por hacer comunidad, porque el crimen no se puede atacar sólo con más policías, sino con más creatividad en la que se involucre a los grupos de la sociedad.

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         — ¿Esto implica que el trabajo no es sólo con las mujeres, sino con otros grupos de la comunidad?
         — En las tareas con la comunidad se trabaja con quien se acerca, esto quiere decir que quien se acerca tiene ánimo de trabajar por el lugar donde vive, yo siempre les digo, trabajemos por la comunidad que queremos, es como si quieres tu casa, la cuidas y la arreglas.
«Si nos movemos por nuestra casa, pensemos también que nuestro barrio es la casa, y si los hijos de la vecina están bien, los míos también, en una lógica de pertenencia, si el barrio está bien lo estoy yo, lo que de aplicarse a toda la ciudad la situación sería diferente, tenemos que apelar a los sentimientos de humanidad de la gente, porque han sido décadas de que cada quien se ocupa sólo de las necesidades en lo individual y tenemos que ver los modelos de distintos lugares del mundo donde la identidad colectiva puede tener otra repercusión en beneficio de todos».

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— ¿En tu organización el lema es mover a la gente para que trabaje por la comunidad?
         — Si, es trabajar por mejorar tu comunidad, por hacer algo por ella, mejorar en un sentido estricto, pero a la vez hacer exigibles los derechos humanos, en específico los de las mujeres, así como los derechos culturales como un derecho no negociable.

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         — ¿Qué tanto se ha logrado en cuanto a la participación de los jóvenes?
         — Es algo que lo he dicho en los últimos meses, veo muchos liderazgos juveniles en la ciudad, colectivos que cuando a mi tocó iniciar en 1983 no había como ahora, pues veo jóvenes que se involucran y trabajan por los demás.
«Esos liderazgos están muy preocupados por el tema de lo cultural, hay grupos de teatro, de colectivos de hombres y mujeres que toman parte del centro de la ciudad como en el Bazar del Monumento, el Colectivo Punta de Lanza que trabaja en la Plaza Cervantina, el Colectivo Caracol con el taller de serigrafía y otros liderazgos que generan diálogos para que el edificio donde estaba el cine Victoria se aproveche y sirva a la comunidad.
«Los chavos están tomándose la libertad de decir mi ciudad la quiero mejor».

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         — ¿Entonces en lo cultural se trabaja más con los jóvenes y en las colonias predomina el trabajo con las mujeres o es con ambos grupos?
         — Bueno, ahora se da una articulación de esfuerzos entre los jóvenes y las señoras, ya que hablan y trabajan por la comunidad en una correlación de esfuerzos.
«Sin embargo, hay que hacer más por los jóvenes en medidas de prevención contra hechos delictivos y que sea más con acciones que con orientación, que haya presupuestos más altos para la educación y que esto se traduzca en becas para ellos, que sean más recursos para la promoción de la cultura.
«Necesitamos acercar a los jóvenes a iniciativas culturales y esto debe venir de las autoridades porque son quienes manejan el dinero del pueblo».

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         — ¿Podrías hablar de logros en el trabajo que hacen en las colonias?
         — Hay varios logros de estos procesos, uno de ellos es que cada vez hay más mujeres comprometidas con apoyar a otras mujeres; eso es muy importante, mujeres que no sólo navegan con sus propios dolores, sino que dicen, «a mi me pasa esto, estoy inconforme, pero vamos a ver qué le pasa a otras y vamos ayudando».
«También veo que hay cada vez más mujeres y hombres que ven como opción dedicarse a este trabajo social, que somos una opción de trabajo de sociedad civil organizada como opción para la población y en ese sentido Ciudad Juárez pone la marca, pues aquí se han hecho acciones por la exigencia de los derechos, eso es un logro importante».

20
— ¿Como activista social y por la experiencia que te ha dado este trabajo a través de distintas organizaciones, qué debe hacerse para mejorar en la ciudad?
         — Juárez tiene muchos retos como ciudad, y sus habitantes como parte de ella, pero tenemos que participar y hacer más en amar a esta ciudad, es un reto que tenemos todos.
«De igual manera los actores específicos que tienen un liderazgo en la ciudad tienen también grandes retos, las autoridades en abrir más espacios para que la gente pueda participar, los empresarios en acercarse más a esas actividades, así como las organizaciones y los artistas, porque con la problemática de la ciudad no puede un grupo solo, no puede hacerlo la autoridad, ni los empresarios, ni sólo la sociedad civil o los artistas, debe ser una conjunción de esfuerzos para sacar adelante a nuestra ciudad». 

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