Juárez,
una ciudad de
muchos retos
«Juárez
tiene muchos retos como ciudad y sus habitantes como parte de ella, pero todos
tenemos que participar y hacer más por nuestra ciudad», dice la directora de
Salud y Bienestar Comunitario
«Cada
vez hay más mujeres comprometidas con apoyar a otras mujeres, mujeres que
navegan con sus propios dolores y ayudan a otras», comenta Verónica Corchado
Por
Luis Carlos Cano C.
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Mural de la Rodadora fue una serie de asesorías al
grupo
de jóvenes para que se lograra la idea
central del mural de graffiti
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Desde que estudiaba la secundaria le
nació la inquietud de integrar grupos de jóvenes para trabajar por la comunidad
y en poco más de dos décadas de actividad le ha tocado fundar varias
organizaciones no gubernamentales que trabajan tanto por las mujeres como por
los jóvenes.
En esa tarea que desarrolla Verónica
Corchado Espinoza como activista, promueve las actividades culturales como una
forma de integrar a jóvenes y adultos y que a partir de eso busquen mejoras
para el sector donde radican.
Actualmente es coordinadora de la organización
social Salud y Bienestar Comunitario A.C, un espacio dedicado a la atención de
la salud integral de las mujeres, pero también participa con otras
organizaciones civiles que promueven la defensa de los derechos humanos y
culturales. De esto y de lo que considera debe hacerse por mejorar la
convivencia en Ciudad Juárez, platica con Semanario.
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— ¿Cómo se define Verónica Corchado
como mujer, como juarense?
— Como una mujer solidaria que ha
aprendido mucho de otras mujeres y de otros hombres, siempre estoy viendo qué
aprender; me defino como una mujer que por norma tiene la idea del diálogo.
Una mujer que ha permanecido a lo largo de
los años moviendo a la comunidad y siendo parte de ella.
«Por otro lado, en mi actividad en la
comunidad pertenezco a un grupo de mujeres que desde la década de los 90s
empezamos a reflexionar; viviendo en la zona poniente, en estudiar esa parte de
la ciudad.
«Pensábamos si en la zona poniente se
podrían cambiar las cosas, si había manera jurídicamente, culturalmente, social
y económicamente, éramos un grupo de mujeres y hombres, en aquel tiempo más
jóvenes, pensando en intervenir en sus comunidades».
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— ¿En ese entonces buscaban involucrar
a la gente, en especial a los jóvenes?
— Si, éramos jóvenes hablándole a los
jóvenes, entre 1990 y 1995 empezamos a trabajar en teatro callejero, hicimos
grupos de jóvenes que limpiaban el parque, incluso construyeron algunos de
ellos en la zona poniente, uno donde está la ONG Casa Promoción Juvenil, en la
colonia Gustavo Díaz Ordaz, además del parque lineal que está en esa colonia,
se trabaja en espacios pequeños, en arroyos y cualquier lugar que se pueda
porque en el poniente no dejaron áreas para parques.
«En eso estábamos cuando nos dimos
cuenta que ese trabajo nos gustaba y por qué no, pensábamos, en constituir una
asociación civil, y empezamos a estudiar esa posibilidad. Ese grupo fue el
semillero de donde surgió la creación de varias organizaciones civiles como la
Organización Popular Independiente, Casa Promoción Juvenil, luego Voces Indígenas
con Jesús Vargas y otros colectivos que fueron importantes en esa zona de la
ciudad».
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— ¿Se formaron otros grupos para
fortalecer las acciones comunitarias?
— Así es, y no dividiéndose, sino
fortaleciendo la lucha social, las ideas, eso me parece muy importante y poco
se conoce, porque la agenda que se planteaba entonces era por la introducción
de servicios y espacios comunitarios, pero mutó a la exigencia de los derechos
de las personas, porque nos dimos cuenta que no era algo que estábamos pidiendo
como un beneficio extra o algo gratuito, sino que estábamos en el derecho de
exigirlo a la autoridad, en este caso a las más cercana que es la municipal.
«Nos
dimos cuenta que estábamos ante un fenómeno de desatención de décadas y ese
grupo y otros que había en la ciudad éramos como la consecuencia de que la
autoridad no invirtiera para dar a los juarenses una mejor calidad de vida, en
especial en las colonias más necesitadas como la Adolfo López Mateos, la
Gustavo Díaz Ordaz, la Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Mariano Escobedo
y la 16 de Septiembre, en donde se sigue trabajando».
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— ¿En qué organizaciones civiles ha
participado y en cuáles sigue haciéndolo?
— A partir del año 2000, junto a un
grupo de mujeres fundo la Organización Social Salud y Bienestar Comunitario,
que es un espacio para la atención de la
Salud Integral de las mujeres.
«También fui fundadora, junto con artistas,
académicos y promotores de la cultura, del movimiento Pacto por la Cultura en
el año 2004, plataforma que permitió poner en el debate público los derechos culturales
en Ciudad Juárez.
«Asimismo, formo parte de procesos
juveniles y culturales en distintas colonias con murales colectivos, procesos
creativos de memoria colectiva y fotografía y soy integrante del consejo
editorial en el Certamen Literario “Mi Vida en Juárez”, en el que se convoca a
mujeres de Ciudad Juárez a narrar parte de su historia, además de impartir
talleres vivenciales donde se reflexiona acerca de la vida de las mujeres en esta
frontera.
«Participo también en la construcción de
espacios de diálogo entre Organizaciones
de la Sociedad Civil Organizada como el Grupo de Articulación Justicia en
Juárez y la Asamblea de Organizaciones de la Sociedad Civil, y coordino el área
de Participación Ciudadana en la organización Plan estratégico de Juárez».
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— ¿Cómo surge la idea de formar Salud y
Bienestar Comunitario?
—Después de participar durante 15 años
en Casa Promoción Juvenil, al ver con un grupo de mujeres que tenían la
necesidad de un espacio alternativo para varias cosas, entre ellas platicar
sobre la salud, se formó lo que ahora es Salud y Bienestar Comunitario (Sabic).
«Este es un espacio de salud alternativa
que está a la vista de todo lo que se ha generado con los años, así como un modelo
de atención a través de la relajación y otros componentes educativos.
«Empezamos en trabajar por la salud de
los humildes y ahora ya tenemos más de 10 años de actividad con un equipo
propio».
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— ¿Son procesos de ayuda especialmente a
la mujer, o incluyen a todos los grupos?
— Si, a la mujer, pero yo estoy
preocupada por la atención de todos, aunque en el caso de Sabic es
especializado en la atención a la mujer, pero mi trabajo como promotora
cultural es más con los jóvenes, es por quienes estoy más involucrada en el
trabajo.
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En otra esta con los actores Perla de la Rosa
y
Daniel Giménez Cacho en su visita
y participación en la Expo-AC
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«Formé junto con otros artistas y gente
el movimiento por la cultura y luego participo al mismo tiempo en las alianzas
con la Red Mesa de Mujeres, pero desde hace varios años en donde tengo mi
resonancia es en la Colectiva Arte, Comunidad y Equidad, en la que actualmente
estoy más enfocada con el objetivo de visibilizar el tema de los derechos
humanos, pero no en lo abstracto, sino de los derechos culturales.
«Ahí hay mucho que trabajar en la
ciudad, porque cuando hablamos de derechos la gente no sabe que tiene derecho a
vivienda, educación, y menos sabe que hay toda una maquinaria política y una
lucha internacional porque se conciban los derechos culturales.
«Los mínimos necesarios son un espacio
cultural cercano a donde la gente vive, la escuela digna, casa digna y una
serie de actividades a las que ellos puedan tener acceso».
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—¿Cuál es el programa de trabajo que
tienen para ayudar a las mujeres?
— Nosotros tenemos tres programas en la
organización, el primero de ellos una serie de diálogos entre mujeres para
generar la memoria colectiva de lo que viven las mujeres y sus familias en la
ciudad y que de alguna manera les ayude.
«Se hace esto con una serie de diálogos
para producir los testimoniales que luego son concentrarlos en un libro, del
que ya van por el tercero. “Mi Vida en Juárez Voces de Mujeres” es el título.
Primero se abre una convocatoria para las mujeres que quieran participar y
luego se evalúan las participaciones.
«El proceso se inicia cuando se abre la
convocatoria, por ejemplo la joven Isis Alegre, envió su texto y luego un
jurado integrado por dos activistas y un artista local revisan los textos y
seleccionan los que tengan mayor calidad literaria a nivel testimonial, pero
cuando se abre la convocatoria, es para las mujeres y para los diálogos.
«A mujeres que no saben escribirlo o cómo
escribir, se les apoya con talleres en una serie de actividades dinámicas para
que el producto final sea su testimonio en un libro, aunque a veces no quieren
hacerlo público. Eso es parte del primer
trabajo, que se expresen, pero del 2006 a la fecha han participado 160 mujeres».
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— ¿Hay algún rango de edad que
predomine en estos testimonios?
— Ha sido diferente en todos los
certámenes, en el primero había más mujeres adultas que pasaban los 30 años de
edad; en el segundo fue de diferentes edades.
«Ahora, la más pequeña es una jovencita
de 13 años de edad, a quien el juzgado ya le entregó una beca por su testimonial.
Ella escribió sobre la situación de su familia, lo difícil que es para su madre
mantenerla en la escuela y cumplir con lo que necesita, por la situación
económica en que viven y los aspectos de inseguridad y violencia, lo que hace
que ella se cuestione si lo que está viviendo es normal o ya es nueva medida lo
que le pasa, es una joven de segundo año de secundaria que narró su historia.
«También en esta tercera etapa la más
grande es una señora de 65 años de edad, pero es mucha la participación de
mujeres jóvenes; estoy gratamente sorprendida porque esto quiere decir que las mujeres
jóvenes nos quieren compartir que pasa en su vida, con su gente».
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— ¿Los libros con estos trabajos cómo
los imprimen, de dónde obtienen los recursos?
— Básicamente presentamos proyectos a
fundaciones que apoyan a las organizaciones civiles, para que nos den el
recurso destinado a la impresión de los libros, así como lo que se necesita
para la premiación, que es un estímulo económico de 5 mil pesos para los tres
primeros lugares y una serie de reuniones con ellas para hacer el trabajo.
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— ¿Los libros están a la venta?
— Estos libros se ponen a la venta y
eso genera un pequeño fondo para impulsar el siguiente certamen, pero también se
regalan libros a algunas organizaciones que trabajan con mujeres, así como a
las participantes tres o cuatro a cada una, y regalamos ejemplares en los
sitios donde se presentan los testimonios, ya que cuando se presenta el libro
no concluye la tarea y se presentan en iglesias, parques y otros sitios donde
se narra el testimonio por las mismas mujeres.
«Hemos regalado libros en escuelas,
sobre todo secundarias, instituciones en donde hemos hecho algunos ejercicios
para que se conozcan; vamos a empezar durante abril a dar a conocer algunos
testimonios a través de las redes sociales».
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—¿Como parte del trabajo con los
jóvenes qué es lo que hacen en su organización?
— Es el acompañamiento a grupos
juveniles que se hacen llamar colectivos culturales, a quienes básicamente se
les apoya con asesorías para clarificar qué es lo que ellos quieren hacer por
la ciudad, es decir, hay colectivos que quieren pintar y les acercamos a un
profesor o alguien que les oriente, figuras como artistas locales o del
extranjero con ideas que les ayuden a generar su trabajo y que los chavos y las
chavas puedan aprender, eso lo hacemos muy comúnmente.
«Otra actividad es la intervención, ya
que por los recursos económicos no podemos intervenir en muchas comunidades,
pero lo que hacemos es desde la lógica cultural organizar a la comunidad para
que vea cuáles son sus problemas y sus fortalezas, y que a partir de la
historia y lo que se arme ahí, generar un mural, que por lo regular se elabora
con material reciclado».
12
— ¿Este trabajo se hace en una colonia
para que la gente sienta la identidad por el lugar donde vive?
—Si, es para que se sientan parte de
esa comunidad, este trabajo debe tener varias cualidades, que no solamente participen
jóvenes, que lo hagan todos los sectores de la comunidad; otro, que sea en un
lugar visible y que sea algo que no les digamos nosotros, que la gente lo
decida y lo vaya construyendo.
«En esto hemos tenido muchas
experiencias diferentes, ya hay un mural que hicimos cerca de San Lorenzo, otro
en el fraccionamiento Vistas del Bravo 3, que está en la Calzada del Río y calle
Telegrafistas y otro en la colonia 16 de Septiembre».
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En la inauguración de la campaña
Vivamos
la calle con la esposa del alcalde,
Virginia Gaytán
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— ¿Todo el material que utilizan es reciclado,
no los hacen sólo con pintura?
— Estamos trabajando con ese material para
promover la cultura del cuidado del medio ambiente; el vidrio y azulejo que
utilizamos es de las botellas de cerveza, de material que se desperdicia y lo
recogemos del arroyo. Utilizamos tierra, vidrio y eso es reciclar, podemos
reutilizar esos materiales y se ven muy bellos en un mural.
«Yo me he acercado con autoridades y he
presentado proyectos de cómo emplear a los jóvenes, a las señoras para
embellecer el entorno donde viven, es una actividad de impacto a bajo costo,
pero no se ha tenido eco en esas propuestas, pero es una oportunidad para quien
quiera embellecer el lugar donde vive».
14
—
¿Se trabaja en lo cultural para de esa forma involucrar a la gente a que
participe en tareas comunitarias?
—
Así es, porque cuando la gente se da cuenta que puede luchar por generar
actitudes que ayuden a mejorar su calidad de vida, que las merece, dejan ese
conformismo de no hacer nada y eso es importante bajo el lema de si nos movemos
avanzamos, si nos organizamos avanza la comunidad y la ciudad también. Si
queremos una ciudad con menos violencia y crimen, eso se logrará porque te
organizas, pasa por el respeto, la solidaridad y por hacer comunidad, porque el
crimen no se puede atacar sólo con más policías, sino con más creatividad en la
que se involucre a los grupos de la sociedad.
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— ¿Esto implica que el trabajo no es sólo
con las mujeres, sino con otros grupos de la comunidad?
— En las tareas con la comunidad se
trabaja con quien se acerca, esto quiere decir que quien se acerca tiene ánimo
de trabajar por el lugar donde vive, yo siempre les digo, trabajemos por la
comunidad que queremos, es como si quieres tu casa, la cuidas y la arreglas.
«Si nos movemos por nuestra casa,
pensemos también que nuestro barrio es la casa, y si los hijos de la vecina están
bien, los míos también, en una lógica de pertenencia, si el barrio está bien lo
estoy yo, lo que de aplicarse a toda la ciudad la situación sería diferente,
tenemos que apelar a los sentimientos de humanidad de la gente, porque han sido
décadas de que cada quien se ocupa sólo de las necesidades en lo individual y
tenemos que ver los modelos de distintos lugares del mundo donde la identidad
colectiva puede tener otra repercusión en beneficio de todos».
16
—
¿En tu organización el lema es mover a la gente para que trabaje por la
comunidad?
— Si, es trabajar por mejorar tu
comunidad, por hacer algo por ella, mejorar en un sentido estricto, pero a la
vez hacer exigibles los derechos humanos, en específico los de las mujeres, así
como los derechos culturales como un derecho no negociable.
17
— ¿Qué tanto se ha logrado en cuanto a
la participación de los jóvenes?
— Es algo que lo he dicho en los
últimos meses, veo muchos liderazgos juveniles en la ciudad, colectivos que
cuando a mi tocó iniciar en 1983 no había como ahora, pues veo jóvenes que se
involucran y trabajan por los demás.
«Esos liderazgos están muy preocupados
por el tema de lo cultural, hay grupos de teatro, de colectivos de hombres y
mujeres que toman parte del centro de la ciudad como en el Bazar del Monumento,
el Colectivo Punta de Lanza que trabaja en la Plaza Cervantina, el Colectivo
Caracol con el taller de serigrafía y otros liderazgos que generan diálogos
para que el edificio donde estaba el cine Victoria se aproveche y sirva a la
comunidad.
«Los chavos están tomándose la libertad
de decir mi ciudad la quiero mejor».
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— ¿Entonces en lo cultural se trabaja
más con los jóvenes y en las colonias predomina el trabajo con las mujeres o es
con ambos grupos?
— Bueno, ahora se da una articulación
de esfuerzos entre los jóvenes y las señoras, ya que hablan y trabajan por la comunidad
en una correlación de esfuerzos.
«Sin embargo, hay que hacer más por los
jóvenes en medidas de prevención contra hechos delictivos y que sea más con
acciones que con orientación, que haya presupuestos más altos para la educación
y que esto se traduzca en becas para ellos, que sean más recursos para la
promoción de la cultura.
«Necesitamos acercar a los jóvenes a
iniciativas culturales y esto debe venir de las autoridades porque son quienes
manejan el dinero del pueblo».
19
— ¿Podrías hablar de logros en el
trabajo que hacen en las colonias?
—
Hay varios logros de estos procesos, uno de ellos es que cada vez hay más
mujeres comprometidas con apoyar a otras mujeres; eso es muy importante,
mujeres que no sólo navegan con sus propios dolores, sino que dicen, «a mi me
pasa esto, estoy inconforme, pero vamos a ver qué le pasa a otras y vamos
ayudando».
«También veo que hay cada vez más
mujeres y hombres que ven como opción dedicarse a este trabajo social, que
somos una opción de trabajo de sociedad civil organizada como opción para la
población y en ese sentido Ciudad Juárez pone la marca, pues aquí se han hecho
acciones por la exigencia de los derechos, eso es un logro importante».
20
—
¿Como activista social y por la experiencia que te ha dado este trabajo a
través de distintas organizaciones, qué debe hacerse para mejorar en la ciudad?
— Juárez tiene muchos retos como ciudad,
y sus habitantes como parte de ella, pero tenemos que participar y hacer más en
amar a esta ciudad, es un reto que tenemos todos.
«De igual manera los actores específicos
que tienen un liderazgo en la ciudad tienen también grandes retos, las
autoridades en abrir más espacios para que la gente pueda participar, los
empresarios en acercarse más a esas actividades, así como las organizaciones y
los artistas, porque con la problemática de la ciudad no puede un grupo solo, no
puede hacerlo la autoridad, ni los empresarios, ni sólo la sociedad civil o los
artistas, debe ser una conjunción de esfuerzos para sacar adelante a nuestra
ciudad».
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