Bienvenidos

La apertura de este espacio, conlleva la intención de interactuar con los lectores de la revista Semanario del Meridiano 107, conocer sus opiniones, enriquecernos con sus comentarios y complementar nuestros servicios editoriales.
Este sitio se ve mejor con Firefox de Mozilla. Descarguelo haciendo click aqui.

viernes, 19 de diciembre de 2014

20 preguntas a Irma Guadalupe Casas



Ineficiencia en la atención
a la violencia doméstica

 La Unidad Especializada de Atención a la Violencia Doméstica de Seguridad Pública Municipal no es eficiente y para los policías que atienden esa unidad es como un castigo», dice la directora de Casa Amiga

* «Las instituciones de los tres órdenes de gobierno que trabajan por los derechos de las mujeres funcionan con dinero público, por eso es importante que realmente funcionen, no que desaparezcan», afirma Irma Casas

 Por Luis Carlos Cano Córdoba

Irma Guadalupe Casas Franco es una mujer que ha enfrentado y superado con valentía los retos, que ha conocido de los problemas sociales que se dan en las colonias populares, conoció de cerca las luchas de pandillas, de lo que es la pobreza en esos sectores de la ciudad y lo que tienen que luchar sus moradores para salir adelante ante la adversidad.
         Nació y se crió en la colonia Bellavista, estudió en las escuelas del sector, lo que dice, da gracias porque a los estudiantes, además de prepararlos en lo académico, se les inculca la responsabilidad social hacia la comunidad.
         Ahora, Irma Casas, como la identifican quienes la conocen, es la directora de Casa Amiga «Esther Chávez Cano», institución a la que llegó para cumplir con su servicio social como universitaria, pero tiempo después conoció a fondo el manejo de esta Organización no Gubernamental, de la cual se hace cargo después de la muerte de su fundadora y en donde afirma, se mantiene el interés por servir a la mujer y a la familia. De esto, lo que implica estar al frente de un centro como este y lo que pasa en Juárez con la violencia infrafamiliar, platica con Semanario.


1
— ¿Cómo y desde cuándo es su llegada a Casa Amiga?
— Desde que estudié en la Preparatoria Altavista surgió en mí el interés por atender los problemas sociales. Después de la preparatoria estudié la licenciatura en la Escuela Superior de Psicología; en febrero del 1999 abrió Casa Amiga y llegué a la institución en agosto de ese año, estaba Esther Chávez Cano con sus tres personas colaborando y fue cuando presté mi servicio social ahí.
         «Luego seguí en la institución como voluntaria hasta el 2001, año en el que me fui. Entré luego a estudiar una maestría en Ciencias Sociales con especialidad en Género y Cultura y regreso a Casa Amiga en el 2005.
«En esa fecha se abrió una plaza de psicóloga, metí mi currículum, me hicieron los exámenes y me quedé, desde entonces estoy aquí. Inicié como psicóloga, después en la coordinación del Departamento de Psicología, luego cuando Esther se enfermó, participé en la dirección operativa, estuve muy cerca de ella en ese tiempo y cuando fallece, el consejo decide que me quede al frente de la dirección general, en enero del 2010, y desde entonces estoy al frente de la institución».

2
— ¿Qué significó para usted quedar al frente de esta institución?
— Bueno, la personalidad que tenía Esther Chávez era tan importante, lo que hizo. Era tan responsable que siempre asumió los riesgos y las consecuencias de lo que hacía, desde la cuestión personal, familiar y administrativa en esta institución y yo no me quería quedar porque me parecía que era dejar de lado la práctica terapéutica, que es algo que me llena, pero también porque tenía miedo a la crítica, a enfrentarme a esta figura que era Esther.

3
— ¿El reto para Irma Casas era superar ese miedo a que la compararan con ella?
— Claro y así pasó, al principio se me decía, es que Esther hacía así las cosas, es que Esther esto o aquello, eran mis temores, porque en esas fechas tuve la pérdida de Esther y un mes antes la muerte de mi madre, situación que me afectó sentimentalmente, pero eso no influyó para que dejara de trabajar. La institución no resultó afectada porque ya tenía más de un año encargándome de todo lo de Esther, ya me sabía el teje y maneje de, por eso no había problema y aunque me decían, como tomas las riendas de lo que es Casa Amiga, la realidad es que yo las había tomado desde hace tiempo en el trabajo con Esther.
         «Ya me sabía cómo funcionaba lo de los proyectos, lo que había en su oficina, por lo que no fue una crisis el retomar lo de Casa Amiga porque yo ya lo había retomado, pero fue una crisis porque figuras tan importantes para mí y tan cercanas, fallecieran».

4
— ¿A pesar de que Irma Casas ya tenía la experiencia y Casa Amiga no era nada nuevo, cómo fue su inicio al frente de la institución?
— Bueno, al principio fue con temor, empezamos el año 2010, el consejo sesionó para decidir quién se quedaba, y pensaba que a lo mejor tenían una terna y de ella decidían quien se quedaba.
«También, de cierta forma hubo cierta división en el equipo por el propio proceso del duelo, el decir «por qué tú», aunque ya sabían, pero viví esos meses algunos jaloneos internos, siento que fueron normales, pero tardaron  como seis meses y sobre todo, el acostumbrarse a trabajar de una manera distinta a la de Esther, porque soy totalmente distinta, hasta en como manejo las cosas.
«Ella tenía que ser una mujer dura y con visión fuerte para crear lo que creo, pero yo tenía otra manera de trabajar y así fue, con miedo, pero le hice frente a la responsabilidad que ahora tenía y empecé a retomar lo que ya sabía, pero aun así me costó mucho, un año me costó mover de posición los muebles de la oficina y hacer otros cambios en ella».

5
— ¿Cuando inicia su gestión al frente de Casa Amiga, sigue con el mismo personal o se aumenta?
— Se siguió con el mismo personal, incluso, algo que tenemos que presumir es que nosotros tenemos rotación mínima de personal, las que se han ido en los últimos cinco años son como cinco personas, pero se fueron por decisión propia y para mejorar en lo profesional o personal, no se han ido enojadas con la organización.

6
— ¿Cuántas personas trabajan actualmente en la institución?
— Somos un equipo multidisciplinario de 23 personas, hay una psicóloga, trabajadoras sociales, abogadas, educadoras, tenemos una compañera que estudio relaciones exteriores, la administradora, una médico. Del total, el 90 por ciento somos mujeres y el resto hombres, tenemos un psicólogo, un administrador y el de mantenimiento.

7
— ¿Se mantiene la visión que tenía doña Esther Chávez del trabajo en esta institución de ayuda a la mujer desde la perspectiva de género?
— De hecho, todo sigue igual, yo no he hecho transformaciones de fondo, he tratado de seguir lo que aprendí de Esther, esta visión de género, de mirar la vida con esa perspectiva de género; incluso, hoy señalan que deben renovarse o morir y me dicen que tengo que generar otras cosas, pero les digo que no, porque la visión de Esther fue exitosa y la perspectiva de género no muere, no es una moda y si nosotros nos desviamos de eso no hacemos honor a la fundadora de esta institución, hemos de tener el motivo para seguir.

8
— ¿Entonces Casa Amiga mantiene la misión de servicio a las mujeres, como cuando fue creada por Esther Chávez Cano?
— Ella siempre pensó, las mujeres están en situación de violencia, vamos a trabajar con las mujeres, los niños y las niñas, y lo seguimos haciendo.
«No podemos romper la misión de Casa Amiga, es parte fundamental que implica la organización del trabajo y además la solidaridad que nos enseñó Esther. Esto lo debemos ver no como un trabajo, sino como una misión de vida para servir, porque Esther así lo vio.
«El éxito fue verlo como una misión, no trabajar las ocho horas de una jornada laboral, se trata de una transformación con la aportación que cada quien hace».

9
— ¿Esto significa que la institución sigue dando un buen servicio y la gente sigue acudiendo?
— Si, porque atendemos entre 350 y 400 personas que vienen por primera vez cada mes, estamos atendiendo más o menos 500 personas de servicio psicológico de terapia y 300 en asesorías legales, pero también en seguimiento de juicios, denuncias y demás, sólo en el Departamento de Intervención.
«Nosotros trabajamos en dos grandes líneas, una que es la intervención y otro la prevención; en la primera es lo que se hace aquí adentro, pláticas, talleres, trabajo social, atención médica y legal.
«También están quienes llevan el mensaje en temas relacionados a la prevención del abuso sexual, que es un problema muy fuerte en la ciudad, prevención de la violencia familiar, de la sexual en las calles y ellas trabajan con niños, niñas, mujeres, hombres, maestros, en las maquiladoras, en centros comunitarios y en iglesias».




10
— ¿Cuánta gente atienden en esas pláticas de prevención y cómo trabajan en estas tareas?
— De estas tareas se encarga un equipo de psicólogos, una psicóloga y una interventora educativa. Los primeros meses del año y los últimos, es cuando menos gente atiende, pero pueden ser mil 350 personas al mes y hasta 3 mil en los meses más fuertes, que son en primavera y verano. En prevención trabajan más en esas fechas porque en otras son bajas por el frío, salen de vacaciones y la gente al cerrar el año ya no piensa en esto, pero no es por repunte de la violencia.
«Por las condiciones climáticas se favorece el trabajo durante la primavera y verano, todas hacen un trabajo muy reconocido y profesional, pero a veces trabajan en la calle».

11
— ¿Casa Amiga sigue atendiendo a mujeres y familias?
— Nosotros seguimos teniendo más fuerte la atención a mujeres, de cada 10 casos 7 son mujeres, pero la problemática principal es la violencia familiar.
«Sigue siendo lo más, pero también atendemos a niños y niñas, muchas que han sufrido algún tipo de violencia sexual».

12
— ¿De la atención que brindan a la comunidad, hay algún grupo en especial que predomine?
— El grueso de la población que acude con nosotros son mujeres entre 25 y 35 años de edad, pero atendemos desde los cinco años hasta los 99 si alguien los tiene, la mayoría de las mujeres que vienen son desempleadas, casadas o con alguna relación y que están viviendo una situación de violencia.
«Son muchos tipos de violencia, desde una mujer que la agreden físicamente, pero también la violentan emocionalmente y luego la controlan económicamente y dicen, ´sólo vivo violencia  económica´, pero es difícil desmenuzar y muchas de ellas no entienden este concepto de la violencia.
«‘Los celos son violencia, yo creí que lo hacía porque me quería, porque le interesaba’, dicen algunas de las afectadas. Para eso nosotros tenemos una serie de pláticas donde trabajamos mostrando qué es la violencia familiar y cuáles son los derechos de las mujeres, y ellas descubren que están viviendo violencia y cuáles son las opciones de atención para sí mismas».

13
— ¿Licenciada Casas, en esto de la violencia familiar, cuál es la causa principal que ustedes detectan con las mujeres que atienden?
—Yo creo que es una cuestión multifactorial, por lo que yo veo, la situación de  la cultura en la que estamos inmersas, aprendemos en una cultura donde las mujeres somos como sometidas o controladas dentro de la familia, somos como un objeto y que nosotros vamos reproduciendo y los hombres también, además de la falta de políticas públicas de intervención a largo plazo y que Esther lo mencionó hace muchos años, va a ver casos más terribles sino hay una intervención; la ciudad tiene más de 20 años padeciendo situaciones de feminicidio y sigue habiendo feminicidio y desapariciones de mujeres.

14
— ¿A pesar de las campañas sobre la igualdad de derechos entre el  hombre y la mujer, siguen dándose esos casos?
— Sigue habiendo la falta de trabajo con perspectiva de género, las mujeres seguimos estando relegadas en el trabajo, en las oportunidades laborales, de adquirir una vivienda, en oportunidades del cuidado de los hijos, de salud, usted lo puede ver, pues a pesar de que Juárez es la ciudad donde hay más hogares del estado de Chihuahua y de otras ciudades del interior del país, donde hay más mujeres cabeza de familia, las mujeres aquí tienen dos o tres jornadas laborales, el de la casa, uno formal y otro no formal, porque la vida económicamente es difícil.

15
— ¿Casa Amiga mantiene esa confianza en las mujeres para que acudan a ustedes en busca de ayuda?
Las mujeres siguen refiriendo que hay más confianza en venir a Casa Amiga que acudir a algunas instituciones gubernamentales, incluso, nosotras las canalizamos para presentar denuncias, dar seguimiento a sus casos, pero no quieren ir porque ya se han enfrentado a un trámite burocrático, cansado, a una revictimización; ellas inmediatamente notan el trabajo que nosotras hacemos y el trato que brindamos, que dista mucho del trato que desafortunadamente se está dando en dependencias como la Fiscalía Especializada en Violencia Contra las Mujeres, es un avance que tengamos ese centro, pero no se ha logrado que funcione bien.

16
— ¿El apoyo que da la Unidad Especializada de Atención a la Violencia Doméstica de Seguridad Pública Municipal qué tan eficiente es?
— En el aspecto policíaco está la UNEVID, pero desafortunadamente tienen dos unidades con 10 elementos para cubrir toda la ciudad, pero es el colmo, no lo pueden hacer y les falta capacitación. Para los policías que atienden esa unidad es como un castigo.
         «No ha respondido esa unidad, se ha solicitado y se han hecho muchos escritos para que tenga mayores elementos de trabajo, más herramientas para atender a las víctimas, que no haya revictimización de las mujeres afectadas, porque las cuestionan de nuevo y hasta las critican. “Hay señora otra vez usted, porque no regresa con su esposo”, les dicen.
«Incluso, hay casos en los que los policías son los agresores de sus propias mujeres, no los de esa unidad, son de otros, pero si pasa que tenemos policías agresores que son protegidos por sus compañeros».



17
— ¿Actualmente hay algún avance en la atención a las mujeres y menos agresiones en su contra?
— Si, la situación ha cambiado porque percibo que las mujeres están con mayor conocimiento de sus propios derechos y de que hay opciones cuando están viviendo una situación difícil, no han sido los logros que queremos, nos falta mucho, que el tema de violencia contra las mujeres no sea un tema de moda, no por un caso que nos estremece, sino que sea un trabajo permanente constante, con miras a  tener mediciones de impacto, porque sigue habiendo desapariciones y feminicidio.

18
— ¿Por la experiencia que tienen en este centro de atención, cómo está la situación de violencia intrafamiliar?
— Algo que estamos observando es que la violencia de las calles se ha adentrado también a los hogares, este año hemos tenidos varios casos donde las mujeres han sido asesinadas por sus parejas.
         «Quienes están alrededor de estas familias se daban cuenta de que existía violencia familiar, por eso todavía estamos en ese trabajo de hacer visible que la violencia familiar no es un asunto privado, no es un asunto que le involucre sólo a la mujer y a sus hijos, sino a toda la comunidad.
«Esta violencia tiene costos económicos, de impacto fuerte en la economía de la ciudad y si no se trabaja, la salud mental va a seguir siendo precaria para hombres y mujeres, niños y niñas, pues esto afecta a toda una comunidad».

19
— ¿El acoso sexual y laboral es otro tipo de violencia contra la mujer, han atendido de estos casos en Casa Amiga?
— Esto es más allá de la violencia familiar, es en otro ámbito, pero si las mujeres no dicen lo que está sucediendo, otras no se van a animar a denunciar, es más, no se van a atrever a decir lo que está sucediendo porque a veces no saben que están siendo acosadas, y es porque lo ven tan normal, a veces lo vemos como un cortejo, pero las instituciones no asumen su responsabilidad de lo que está sucediendo.
«Hay gente que se aguanta por la necesidad de trabajo, pero es importante hacer una denuncia, nosotros podemos hacerla y podemos asesorar, tuvimos el caso de una chica que le pasó así; una estudiante que trabajaba en una cadena comercial y que ayudamos a poder conseguir que se le pagara legalmente el tiempo que perdió al estar poniendo la denuncia. Ya no se pudo reincorporar a esa cadena, pero se consiguió que obtuviera otro empleo y que el jefe reconociera lo que estaba sucediendo en el lugar de trabajo y ejercido por alguien que ocupaba un puesto de confianza.
«Es importante denunciar, pero el nivel de denuncia de acoso sexual laboral es muy pequeño, no porque no suceda, sino porque nos da miedo, porque no tenemos los elementos y consideramos que es algo común».

20
— ¿Cuál es el mensaje de la directora de Casa Amiga a la comunidad juarense para que se involucre en bajar más la violencia contra la mujer?
— Que sepan que hay personas y organizaciones que estamos trabajando en estos temas, que las personas no están solas, que es importante denunciar, levantar la voz y exigir, porque a veces digo, “para qué exijo sino pasa nada”, pero si pasa, porque si yo exijo estoy hablando de un servicio que se me tiene que dar y que se está pagando.
«Por ejemplo, las instituciones de los tres órdenes de gobierno que trabajan en pro de los derechos de las mujeres, están funcionando con dinero público, con dinero que a todos nos quitan, por eso es importante que nosotros las hagamos funcionales, no que desaparezcan, que realmente funcionen, que los gobiernos escuchen la voz, pero si no hablamos, no nos van escuchar y no sólo es la queja, sino también tener propuestas claras con relación a qué es lo que queremos.
«Nosotras consideramos que no sólo es la crítica de un sistema, sino el decir que podemos hacer ante este sistema; no nos parece que esté pasando esto, proponemos que se haga de esta forma, que las mujeres se acerquen, que es importante denunciar, es un derecho, que no están solas y que existe esperanza, esa es una frase que Esther acuñó».

No hay comentarios: