Luego
de su regreso del viaje que realizó a China y Australia, el presidente
de la república Enrique Peña Nieto se mostró muy indignado y enojado por
las revelaciones de que luego de que termine su sexenio, se retirará a
vivir a Sierra Gorda No. 150 del fraccionamiento Lomas de Chapultepec,
que es la zona habitacional más cara del país.
En
su contenida ira, el presidente declaró que sería su propia esposa la
ex actriz a Angélica Rivera, quien daría respuesta a las dudas sobre la
propiedad con un valor de siete millones de dólares, ya que ella fue
quien la adquirió.
Esa
misma noche la esposa del presidente y estrella de televisión, explicó
por medio de un video difundido en Youtube, que esa propiedad la había
adquirido en base al patrimonio personal, que a lo largo de 25 años de
carrera profesional en la televisión, había solidificado.
Habló
de un pago de 88 millones de pesos al termino de su contrato con
Televisa, ya que se comprometía a no realizar ningún trabajo con otra
empresa televisora en los siguientes cinco años.
Declaró ingresos por 139 millones de dólares en su último año de trabajo en televisión y dijo que efectivamente conoce al constructor Armando Hinojosa Cantú, quien se encargó de construir la residencia, en la que destaca el abundante mármol blanco.
Dijo
que la casa continuaba a nombre de una filial de la constructora HIGA,
porque solo había pagado 14 de los 56 millones de pesos, que la
residencia vale.
En
redes sociales y en la prensa internacional, se dio por insuficiente la
explicación de la esposa del presidente, en redes sociales se generaron
muchos chistes y se habla de una desbandada de actores de Hollywood,
que pretenden venir a trabajar a Televisa, por sus buenos salarios.
La
prensa internacional por otra parte, siguió insistiendo en el conflicto
de interés que se deriva de que la constructora ganadora del concurso
del tren bala México-Querétaro, sea la misma que es propietaria de la
casa, empresa que por otra parte no se dedique a la construcción de
vivienda.
editorial 1164
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